Botín llama al orden a su equipo para que el fraude no dañe el balance del banco

La decisión no era sencilla. El caso de Lehman Brothers estaba aún demasiado reciente en la memoria de las grandes fortunas implicadas, lo que, sin duda, ponía en jaque la imagen del Santander entre este preciado nicho de negocio; pero Emilio Botín no dudó. En su opinión, y así lo hizo llegar el presidente a todos los directivos de su red, Lehman y Madoff son casos radicalmente opuestos. En el primero de ellos, el mayor banco nacional decidió asumir parte de las pérdidas de su clientes dado que el origen de agujero fue una quiebra. No una estafa, como ocurre ahora. Por ello, el agujero creado por el magnate de Wall Street no hará lo mismo en las cuentas de la entidad que él preside.

Contra los custodios

Sin embargo, y pese a la lógica del argumento esgrimido por la entidad, el daño de imagen ya está hecho. Tanto el Santander como la gestora M&B (Morenés y Botín), han anunciado que emprenderán las actuaciones judiciales que sean necesarias para proteger los intereses de sus clientes. Mensaje que ha sido rápidamente interpretado como un aviso a navegantes para los bancos custodio de las respectivas inversiones ya perdidas —en concreto, el suizo UBS y el británico HSBC—. Los expertos consultados por este periódico creen que, aunque en estos casos es habitual buscar un clavo ardiendo al que agarrarse, lo más probable es que gran parte de las reclamaciones queden al fin en papel mojado.

Caída amortiguada

Y así mismo lo ha interpretado el mercado. Las acciones de Santander comenzaba el duro día de lunes en rojo, llegando incluso a perder un 5% en algunos momentos. Finalmente, la compra de 30 millones de acciones propias por parte del banco amortiguó lo que se intuía como una dura caída y los títulos cerraron en tablas. La entidad pudo, incluso, vender 10 millones de los comprados anteriormente al término de la sesión, con lo que el saldo total de las compras se zanjó en 20 millones de títulos, según datos de Bloomberg. Compras «in extremis» para suavizar el doloroso golpe atizado por Madoff.