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Blesa, cómo derruir en 10 años lo construido en 200

Caja Madrid, fundada en el siglo XVIII, tuvo que ser convertida en Bankia tras una inyección multimillonaria

FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA

A finales del siglo pasado, los últimos años noventa, Caja Madrid era una entidad financiera singular (rara avis como todas las cajas), eficiente, austera y muy rentable. Creada a principios del XVIII como Monte de Piedad para socorro de las almas por un canónigo ... aragonés list o, que ejercía de capellán de las Descalzas Reales, el padre Piquer, se convirtió en caja de ahorros un siglo más tarde (de las primeras en España), siempre bajo la protección de la Casa Real, de las autoridades municipales y de otros patrocinadores. El fundador buscó equilibrio de poder para evitar mangoneos. La obra funcionó mejor que bien y el Monte y la Caja, leales a los objetivos fundacionales, progresaron sin prisa ni pausa, con consistencia y profesionalidad. Curiosamente nadie se propuso (los que lo hicieron desistieron) crear otra caja competidora en Madrid. La instalada frente a las Descalzas en la madrileña plaza del Celenque, era mucha caja, capaz de competir por el negocio financiero de familias y empresas pequeñas y medianas con todos los grandes bancos instalados en Madrid.

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