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La batalla de la competitividad se libra en la industria

Tras la crisis, que dejó al país con 50.000 fábricas menos, el sector retoma el pulso y supone ya el 16,4% del PIB, muy lejos aún del objetivo del 20%

La crisis económica que ha vivido España ha exacerbado la terciarización de la economía española, según los expertos
Maribel Núñez

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La industria es un sector de actividad fundamental en cualquier economía, y si no que le pregunten a los alemanes. Aporta valor añadido al país, eleva la competitividad, paga salarios elevados a sus trabajadores (la mayoría con contratos indefinidos) y, además, resiste mejor las crisis ya que siempre tiene el recurso de exportar cuando se producen caídas del consumo interior.

¿Y por qué si este sector es tan importante en España sigue pesando tan poco, apenas un 16,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en el año 2016? La respuesta no es ni mucho menos sencilla, ya que se mezclan razones históricas, como el declive y posterior cierre de muchas industrias ineficaces(con un claro exponente en la minería de carbón), con la falta de tradición como país industrializado y el pinchazo de la burbuja de la construcción en nuestro país, que se llevó por delante desde cementeras a fabricantes de puertas. En concreto, la crisis acabó con el 30% del entramado industrial español ya que se cerraron más de 49.500 empresas del sector manufacturero, según datos del INE.

Miguel Ángel Bernal, economista del Instituto de Estudios Bursátiles, cree que «la recuperación del sector industrial español ha sido muy buena, propiciada porque la construcción ha perdido peso y se han incorporado otras industrias, como ha sido la del sector del automóvil, muy activa en los últimos años en nuestro país, que se ha convertido en el segundo fabricante europeo».

Sin embargo, pese a esta recuperación, desde el año 2000, y tal y como se aprecia en el gráfico adjunto, este sector nunca ha representado más allá de un 20% del conjunto de la actividad del país, justo la trayectoria contraria que ha tenido el sector servicios que, desde ese mismo año 2000 no ha hecho más que crecer y ha pasado del 65% del PIB al 74% el año pasado y con perspectiva muy favorable, dado el récord de turistas internacionales que visita cada año nuestro país.

En un estudio del profesor Rafael Pampillón , del Instituto de Empresa, se explica cómo «la crisis económica que ha vivido España ha exacerbado la terciarización de la economía española, con lo que el peso del PIB industrial ha ido bajando hasta situarse en el 17%».

Sumar esfuerzos

Las empresas, conscientes del reto que supone ganar peso en el conjunto de la economía, se han unido para sumar esfuerzos y concienciar a la sociedad, aunque principalmente al Gobierno, de que su papel es fundamental para aumentar la competividad del país. Un dato que conviene destacar en este punto es que cuentan también con el apoyo de los sindicatos, un detalle ni mucho menos menor. Hay que recordar, por ejemplo, que el apoyo de los sindicatos a los fabricantes de coches en los últimos años en España, en el sentido de aceptar rebajas en sus condiciones salariales y de contratación para adaptarse a los picos de producción, ha hecho que algunas multinacionales movieran fábricas desde otros países europeos hacia el nuestro. Cuestión de productividad y de competitividad.

La UE quiere que la industria sea el 20% del PIBen 2020

Desde el Gobierno se han escuchado las demandas del sector, entre las que figura en lugar destacado una rebaja del precio de la electricidad por ser superior entre un 20 y un 30% al de los países competidores, y se trabaja ya en un Marco Estratégico Industrial. A principios del mes pasado el Rey recibió a los representantes de la Alianza por la Competitividad y les mostró el apoyo a sus demandas.

Desde Europa se ha repetido hasta la saciedad que la industria debe aumentar su peso en las economías de todos los países con el objetivo de que suponga el 20% en el año 2020.

Pero por si el reto de la competitividad fuera pequeño está también el de adaptarse a la conocida como Cuarta Revolución Industrial o la Industria 4.0, que supone una transformación a todos los niveles de las empresas para ganar competitividad y eficiencia. En el caso de las compañías españolas han empezado por digitalizar procesos, desarrollar el big data & analytics, así como invertir en tecnologías de la información. Esta es una de las conclusiones a las que llega el informe Perspectivas España 2017, centrado en el sector industrial, elaborado por la firma de servicios profesionales KPMG. Según el citado estudio «siete de cada diez grandes empresarios industriales españoles señalaron la automatización de procesos como una de sus grandes preocupaciones respecto a la implementación de la Industria 4.0, para la que el 67% ya ha tomado medidas».

Procesos de producción

En la misma línea, el 40% de los encuestados por KPMG señaló que el principal impacto que ha tenido hasta el momento la transformación digital ha estado relacionada con los procesos de producción. A su vez, el almacenamiento del gran número de datos que generan las herramientas interconectadas ha obligado a las compañías a dar un paso más para convertirse en referentes de sus respectivos negocios ya que, según se ha demostrado, las compañías no sólo tienen que ser capaces de obtener datos masivamente, sino que los tienen que interpretar, de ahí que casi la mitad de los líderes empresariales encuestados señalen la importancia de la apuesta por el big data & analytics. Y, como no podía ser de otra manera, todos estos cambios requieren también inversiones en el desarrollo de tecnologías de información.

Desde el Gobierno la Secretaría General de Industria y de pyme del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, presentó hace unos días la Herramienta de Autodiagnóstico Avanzado (HADA), dentro de la estrategia de Industria Conectada 4.0. HADA tiene como objetivo servir de punto de partida a toda aquella empresa industrial española, independientemente de su tamaño y sector de actividad, que desee iniciar el proceso de transformación digital. Su uso es gratuito y accesible a través de Internet, y las empresas obtendrán un informe en el que se determinará su grado actual de madurez digital en base a 6 estadios definidos: estático, consciente, competente, dinámico, referente y líder.

A las empresas industriales se le ofrecerá, además, diversas comparativas de su grado de madurez en función de su tamaño, sector y área geográfica. Con esta información, se construirá un Barómetro Industrial 4.0. HADA es un nuevo paso en la Iniciativa Industria Conectada 4.0, que puso en marcha la Secretaría General de la Pequeña y Mediana Empresa en 2015 en el marco de la Agenda para el Fortalecimiento del Sector Industrial para incrementar el valor añadido industrial y el empleo cualificado en este sector, favorecer el modelo industrial de futuro para la industria española, con el fin de potenciar los sectores industriales de futuro de la economía española y aumentar su potencial de crecimiento, desarrollando a su vez la oferta local de soluciones digitales.

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