La avanzadilla del desembarco renovable luso en España

Para hacerse una idea de la importancia que se le otorga a España desde la emblemática empresa lusa, basta un dato rotundo que lo dice todo. Y es que, de esa cifra, 325 millones corresponden a nuestro país, mientras que otros 325 más se añadirían posteriormente. Total: 650 millones de euros, un volumen que testimonia la dimensión del reto que se ha marcado Galp dentro de su plan de actuación de aquí a 2025, que incluye una partida de 41,5 millones para instalar 5.500 puntos de recarga eléctrica en los dos territorios, siempre con el objetivo de alcanzar los 10.000 de aquí a casi cuatro años.

La firma incrementará, por tanto, el número de parques de energía solar y considera que así promueve no solo acciones climáticas sino también la cohesión social en algunas regiones más frágiles. En total, estos proyectos generarán una capacidad para abastecer a cerca de un millón de hogares (940.000, exactamente, de los cuales 866.000 pertenecen a España) La construcción de todas estas unidades fotovoltaicas está prevista en diciembre, enero o febrero, una circunstancia que contempla igualmente la estructura de interconexión a la red.

Por cierto, el BEItiene a un vicepresidente portugués que ha intervenido para dar salida a la operación: es Ricardo Mourinho Féliz, exsecretario de Estado de Finanzas y primo del actual entrenador de la Roma tras su paso por el Real Madrid, el Chelsea, el Manchester United y el Tottenham.

El catedrático Antonio Nogueira Leite, de la Nova School of Economics en Carcavelos, entre Lisboa y Cascais, contextualiza la estrategia en declaraciones a ABC: «Galp decidió invertir más en las energías renovables y apartarse de su negocio tradicional de las refinarías de petróleo (además del comercio de gas). En este sentido, España es el mercado natural de expansión. No puede olvidarse que los italianos han mostrado idéntico interés».

El prestigioso profesor asegura que la compañía se encuentra todavía un escalón por debajo de Iberdrola, EDP y Enel en lo que respecta a volumen, pero también es verdad que tienen un amplio margen en ciernes. «Las decisiones de Galp han de valorarse por sus intereses a medio y largo plazo, en absoluto por las difíciles circunstancias actuales en el sector energético», prosigue Nogueira Leite antes de explicar: «La transformación hacia una economía descarbonizada no está exenta de costes… en la península y en todas partes. Poco se habla de esto, pero los costes económicos de la transición serán muy elevados y se prolongarán a lo largo de mucho tiempo. Ahora mismo no tiene sentido depender solo del sol y del viento, la verdad».