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En la antesala del desahucio: sin luz, sin agua y sin calefacción

La OCU estima que hasta un 5% de los españoles ha vivido a oscuras alguna vez. Estas son las consecuencias de un impago

En la antesala del desahucio: sin luz, sin agua y sin calefacción

eva pastrana

El drama de un desahucio normalmente no empieza el día que el cerrajero destruye una cerradura. El que deja de pagar la casa lleva meses, sino años, haciendo equilibrios imposibles con las facturas. Primero se deja de pagar el colegio de los niños, luego el seguro, más tarde el coche. De repente no hay dinero para pagar la luz y hay que elegir entre poner la calefacción o ducharse con agua caliente. En la antesala del desahucio muchos viven en penumbras. Más de los que nos imaginamos.

La OCU afirma que hasta un 5% de los españoles ha vivido a oscuras alguna vez. Eso son 2,35 millones de personas. Y que hasta un 13% de la población ha sufrido retrasos en el pago de las facturas.

La llamada «pobreza energética», la incapacidad de un hogar para satisfacer una cantidad mínima de energía para sus necesidades básicas, es cada vez más habitual.

Un 43% de las personas que acuden a Cruz Roja no pueden poner la calefacción en invierno. Algo especialmente complicado entre las personas mayores, que se relaciona con enfermedades como la neumonía, el asma o la artritis, y que tiene también incidencia en la salud mental, según revela esta institución humanitaria.

Y lo más grave es que cuando más hondo calaba la crisis, más alto subían los precios. La Comisión Europea señala que desde julio de 2009 a julio de 2012 los cargos de la red aumentaron un 25% y el componente energético un 28%. Cada vez es más difícil pagar y la eléctrica es inflexible cuando tiene que cobrar.

De la factura al impago

Aunque la intención de la Comisión Europea es que en España se cree un mercado únicamente privado para acabar con el déficit tarifario en la factura de la luz , de momento coexisten dos sistemas, el público y el privado. El Ministerio de Industria, con el objetivo de garantizar suministro energético a un precio razonable, tiene fijada la Tarifa de Último Recurso (TUR). Esta figura está restringida a usuarios con una potencia contratada de hasta 10kW. El plazo para ingresar el recibo en este régimen es de unos 20 días desde que se emite la factura , lo que permite jugar con el momento en que se ingresa el dinero para no hacerlo coincidir con otros gastos.

Pasados esos 20 días la maquinaria se pone en marcha. Antes de cortar la luz, la compañía tiene la obligación de avisar al cliente de las consecuencias de no pagar y del día en que detendrá el suministro –nunca en día festivo o en su víspera–. Desde ese requerimientos hasta que la compañía le deje a oscuras deben pasar al menos dos meses. Además, volver a recuperar el servicio no sale gratis, sino que las compañías se cobran un generoso porcentaje de recargo. Una vez hecho el pago, la eléctrica tiene 24 horas para devolver el alumbrado a la vivienda, aunque según la OCU existen casos en los que esta penosa situación se prolonga más allá de los 5 días. El corte del suministro es un negocio muy rentable para las eléctricas.

Los plazos se acortan en el llamado mercado libre. Por ejemplo, según revela la OCU, Endesa puede cortarte la luz cuando hayan pasado solo 20 días y E-On acorta el plazo a 10 días. Por su parte, Iberdrola no establece ningún plazo, por lo que pueden empezar con el procedimiento al día siguiente del impago. Lo único que cambia con respecto a la energía eléctrica son los plazos de restitución del servicio, que en el caso del gas se amplían a un máximo de 48 horas.

En el caso del gas, lo único que cambia con respecto a la energía eléctrica son los plazos de restitución del servicio, que se amplían a un máximo de 48 horas. Además, este sector no sólo obliga a pagar por el renganche, sino que también hay que abonar la reconexión del suministro. Este importe equivale al doble de lo abonado por el derecho de enganche vigente, como compensación por los gastos de desconexión.

Aunque el agua es normalmente lo último que se deja de pagar en cuanto a suministros, también hay casos. La regulación es similar en cuanto a cortes y avisos. Si una persona deja de pagar, la entidad podrá cobrar una cantidad máxima similar a la cuota de contratación vigente para un suministro igual al instalado. Esto deberá realizarse el mismo día o al siguiente día hábil en que se haya pagado, o se haya solucionado el problema.

En conclusión, la misma disciplina mecánica se aplica en todas las compañías energéticas. Y aquí no hay moratoria.

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