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El camino expoliador del «frente socialista» latinoamericano

Evo Morales recoge el guante de Cristina Fernández de Kirchner y expropia una empresa el Primero de Mayo, como ya hiciera en 2008, 2009 y 2010. La década de los 2000 se caracteriza por el abandono de las políticas neoliberales en América Latina

El camino expoliador del «frente socialista» latinoamericano archivo

abc.es

A Evo Morales le gusta dar golpes de efecto. El Día del Trabajo es un escenario perfecto para los líderes que dicen gobernar para los trabajadores. Y así, «como justo homenaje al pueblo boliviano», el presidente este martes ha repetido la misma jugada que hizo el 1 de mayo de 2008. Entonces Morales decretó la nacionalización de tres petroleras (Compañía Logística de Hidrocarburos, Chaco, Andina), una transportadora de hidrocarburos (Transredes) y de la telefónica Entel, filial de la italiana Telecom.

La misma que hizo el 1 de mayo de 2009: nacionalización de Air BP. Y al misma que hizo el 1 de mayo de 2010: nacionalización de cuatro empresas eléctricas: Corani, Guaracachi, Valle Hermoso y la cooperativa distribuidora Empresa de Luis y Ferza Eléctrica de Cochabamba. «Es obligación de las Fuerzas Armadas recuperar la electricidad para el pueblo boliviano», ha dicho hoy Morales. Esta expropiación se produce dos semanas después de que la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, hiciera lo propio con Repsol YPF .

La presidenta argentina justificó su decisión por la falta de inversiones de la empresa con capital español. Lo mismo ha hecho este martes Morales: «Esa empresa internacional española en 16 años apenas ha invertido 81 millones de dólares, una inversión en término medio de cinco millones al año». Insuficiente, según Morales.

Lo cierto es que el año 2000 significó el inicio del abandono de las políticas neoliberales en América Latina , cuyos gobiernos propiciaron una oleada de privatizaciones en los años noventa. El núcleo «duro» de esa nueva izquierda latinoamericana lo conforman Evo Morales el venezolano Hugo Chávez que, en la línea del cubano Fidel Castro, encarnan la más férrea oposición a EE.UU. y hablan de «revolución» y «socialismo» en el siglo XXI.

Tras la avalancha privatizadora, promovida principalmente por el FMI como única alternativa de desarrollo latinoamericano, se está produciendo un retorno al control estatal de «sectores estratégicos» , en particular los hidrocarburos, seguido de la generación eléctrica y las telecomunicaciones.

Ejemplos de ello son la nacionalización de los hidrocarburos decretada por Evo Morales en 2006 en Bolivia y la reestatalización por Hugo Chávez de la petrolera PDVSA y la empresa telefónica CANTV, entre otras. Argentina es otro viejo sospechoso , pues ya recuperó para el Estado algunos servicios públicos antaño privatizados, además de nacionalizar en 2008 Aerolíneas Argentinas y los fondos de pensiones privados, incluido el Consolidar, de BBVA.

Incluso el gobierno del expresidente brasileño Lula da Silva, que mantuvo una relación correcta con las potencias occidentales, propició que la estatal Petrobras adquiriera parte del Grupo Ipiranga, el segundo mayor distribuidor de combustibles del país, y la Petroquímica Suzano, consolidando su presencia en el mercado nacional.

Rafael Correa , en Ecuador, decretó en 2007 una nueva modalidad de contrato en el sector petrolero, en que el Estado se queda con el 90% de los excedentes. Una forma de plantar cara al «frente del FMI» cuando se pierde el apoyo popular.

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