Opinión

Amber capital y el lobo que esconde otros lobos para zamparse a Prisa

El fondo de inversión, del que el mercado descuenta ya que tiene más del mínimo establecido para lanzar un opa, está de «road show» por el Puente Aéreo, con paradas a medio camino, en busca de un nuevo socio editorial con el que camelarse a Moncloa

Javier Monzón, presidente de Prisa EFE

A vueltas con el dichoso problema de ciertas fisuras en la reputación de grandes compañías españolas, que más que dolores de cabeza provocan fuertes migrañas diarias en sus altas esferas. Fisuras por las que se cuelan lobos vestidos de cordero en apariencia que, en realidad, ... esconden otros lobos, con el firme objetivo de hacerse con el control de la compañía en cuestión. Y en esas están en el grupo Prisa , tras el frente abierto contra su actual presidente no ejecutivo, Javier Monzón , al que muchos no le han querido otorgar, así de primeras (¡qué país este, siempre igual!) el beneplácito de la duda –la presunción de inocencia–, tras ser imputado el pasado 2 de septiembre en el caso Púnica , junto con los tres expresidentes del PP madrileño, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes.

El asunto es que Monzón ahora no solo debe demostrar al juez su inocencia, cuando aún ni siquiera es culpable –es lo que tiene la Justicia española– sino que también sufre su particular vía crucis interno, con los accionistas y resto del consejo de Prisa , que deciden en el próximo día 26 si le piden su dimisión o esperan a conocer la decisión del juez. Recordar que cuando los hechos ocurrieron, Monzón era presidente de Indra , no del grupo mediático, y según el auto judicial es investigado por su gestión en la firma que «se convirtió en instrumento de desvío de fondos públicos» dentro del caso de la presunta financiación ilegal del PP de la Comunidad de Madrid.

La declaración ante Manuel García Castellón será el 4 de octubre. Ese día podría mantener a Monzón como investigado pero también retirarle los cargos. El directivo, dicen fuentes jurídicas, basará su defensa en que no aparece en ningún hecho concreto, porque su firma no consta en ningún documento, ni físico ni online, además de constatar que existía un mecanismo interno de lucha contra la corrupción. Por ello, no sería considerado partícipe activo, al contrario que, añaden las fuentes, su entonces CEO en Indra, Javier de Andrés, y su director general de Estrategia, Santiago Roura.

De Andrés , buen amigo de Ignacio González , está imputado desde abril de 2015 en la Púnica , y contaba con la máxima confianza de Monzón . De junio de 2011 a diciembre de 2017 en el cargo, prescindió de él el hoy presidente de la compañía, Fernando Abril-Martorell, que cuentan que de «motu proprio» colabora con la causa para desvincularse de la anterior etapa.

El caso es que vuelven los conflictos de intereses en el seno de uno de los más relevantes grupos de comunicación españoles. Mientras parte del consejo no está dispuesto a apartar a «su» presidente ( el Santander y los Polanco , entre otros) por una imputación relacionada con otra época empresarial –poniendo en valor su gestión al frente de Prisa tras mejorar sus «fundamentales», como gusta decir en el mercado–, otra parte quiere aprovechar la situación para quitárselo de encima, de la misma manera que, tras una guerra interna que duró un año, hicieran con el anterior presidente, Juan Luis Cebrián . Me refiero a Amber Capital , primer accionista del editor de El País . El fondo de inversión, liderado por Joshep Oughourlian , posee más del 29% de sus acciones (cerca yadel 30% que obligaríaa lanzar una opa), frente a la que tiene Telefónica (9,4%), los Polanco (7,6%), Oviedo Holdings (10,8%), HSBC (9,1%) y el Santander de Ana Botín , amiga personal de Monzón (con el 4,1%).

En manos del inversor –muy a favor de «su» CEO en Prisa, Manuel Mirat , y de su eficaz proyecto y «managment»–, y en su poder de convicción sobre otros accionistas, pudiera estar la decisión de hacer dimitir a Monzón , al ser miembro de la comisión de nombramientos que está estudiando el asunto, y en el que está también Javier Gómez Navarro (exministro socialista hermano del exDircom de Pallete en Telefónica, José Luis , jugador, dicen, con siete barajas, siempre pendiente de quien resulta ganador para salir en su auxilio).

De momento, lo cierto es que Oughourlian , del que el mercado descuenta ya que tiene más del mínimo establecido para lanzar un opa, está de «road show» por España, vía Puente Aéreo , con paradas a medio camino, en busca de un nuevo socio editorial, que aporte el know-how necesario para el futuro del grupo mediático, con el que camelarse a Moncloa y facilitar la digestión a Santander y Telefónica . Y con varios ases en el bolsillo, porque los activos se pueden colocar por separado, la Ser, El País, Santillana ...

Y es que en la lucha por el control de Prisa nada es lo que parece. Los protagonistas son como matriuscas que esconden en su interior otras muñecas rusas que a su vez albergan intereses, quizás, más retorcidos. ¿Qué lobo está debajo de la piel de lobo de Oughourlian ? El error, dicen las fuentes, interpretar que Amber es exclusivamente un fondo en busca del retorno de su inversión. Es la punta del iceberg de una operación mediático-político-económica para darle la vuelta a Prisa y controlarla desde otras esferas.

En definitiva, una partida donde las partes del premio valen más que el todo. Y si no que pregunten a ATT , que sabe mucho de estos cuentos. El lobo, de tanto avisar, termina zampándose el gran pastel.

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