2011, un ajuste sin tregua

Un nuevo «annus horribilis»... y van tres. pero el ajuste duro llega en 2011, tras la borrachera de gasto, y con las economías familiares al límite

2011, un ajuste sin tregua ÓSCAR T. PÉREZ

susana alcelay

¿Irá mejor la economía española en 2011? ¿Será el recién estrenado año el de la recuperación económica y del empleo? ¿Vendrán nuevos ajustes? ¿Y más impuestos? ¿Y la deuda soberana? ¿Y los mercados? ¿Hasta cuándo aguantarán las economías familiares? ¿Convocarán UGT y CC.OO. ... huelga general? España estrena un año cargado de incertidumbres, de tensión electoral, de preguntas sin respuesta, un año de ajuste muy duro, un nuevo «annus horribilis»... y ya van tres.

Y sin tregua. El ajuste empieza desde el minuto uno. Enero se estrena con las tradicionales y temidas subidas del precio de la luz —esta vez explosiva—, transporte, peajes, tasas..., nuevas losas sobre unas muy castigadas economías familiares, que ya no se beneficiarán de la deducción de 400 euros, pero los parados de larga duración tampoco recibirán ya los 426 euros, las madres dejarán de percibir el cheque bebé y el que quiera comprar una vivienda no tendrá deducción alguna en el IRPF. Todos estos factores hacen temer una crisis de empobrecimiento social, una crisis para la que las perspectivas sobre el desempleo son más que negras. Y con el añadido de que la mayoría de trabajadores y pensionistas tendrán que afrontar todos los pagos con unos ingresos congelados.

La economía española saldrá de la crisis a cámara lenta y desde luego no lo hará en 2001, un año de ajuste brutal, que obligará a las administraciones públicas a apretarse el cinturón y reducir hasta el 6% el déficit público, que alcanzó en 2009 el 11,2% del PIB y cerrará 2010 en el 9,3%, según el objetivo de estabilidad del Gobierno. La meta está clara, los medios no tanto. ¿Habrá recortes adicionales? ¿Y un Plan B para hipotéticos incumplimientos de objetivos? Lo que sí está claro es que vendrán reformas con más recortes, como pensiones o negociación colectiva.

Pero... ¿qué opinan los expertos? ¿Qué podemos esperar de 2011 en términos económicos? Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y consultor del Banco de la Reserva Federal de Chicago, cree que 2011 será todavía un año de ajustes y de saneamientos, «por tanto —dice— aún será duro». Este economista opina que «el crecimiento económico será muy suave, el PIB puede avanzar un 0,8% en el conjunto del año, aun cuando la demanda interna aún será débil». Asegura que este crecimiento será insuficiente para crear empleo, «algo para lo que probablemente —apunta— habrá que esperar, al menos, hasta 2012». A su juicio, la mejor noticia en 2011 sería la eliminación de las incertidumbres sobre la viabilidad y capacidad de recuperación de la economía española.

«Si finalmente sorteamos con algo de suerte y mucho de credibilidad el acoso de los mercados, puede que se produzca una recuperación más acelerada», explica. Añade que «será preciso que reformas como la bancaria, la laboral o la de las pensiones se desarrollen y materialicen con pulso firme, sobre todo la del mercado de trabajo que tal vez debería acompañarse de una descentralización significativa de la negociación colectiva y un cambio drástico en los modelos de contratación. Sería conveniente que estas y cualquier otra iniciativa que se emprenda se revistan de incentivos y productividad, dos cosas que se echan de menos en España, donde la competencia y la meritocracia aún tienen que avanzar», puntualiza.

¿Podrá el Gobierno cumplir con los objetivos de déficit?¿Debemos esperar un nuevo plan de ajuste? Todos confiamos en que se cumplan los objetivos del déficit, por el bien de todos, puntualiza Carbó. Y aunque reconoce que el recorte es duro destaca que parece haber convencimiento y consenso sobre ello.

Explica este economista que «los ajustes siguen produciéndose y de lo que creo que hay seguridad es que cualquier desviación será contrarrestada rápidamente con ajustes adicionales si son precisos. La duda sobre los objetivos de déficit se ha cernido en gran medida sobre las administraciones autonómicas y locales y es ahí donde es necesario que, dentro de lo posible, no tiemble el pulso. Lo que los ciudadanos desgraciadamente debemos interiorizar es que el efecto de los ajustes serán duraderos, hasta corregir buena parte de los desequilibrios acumulados durante muchos años».

¿De la crisis económica podríamos pasar a una crisis social? Santiago Carbó explica que «la crisis social está ahí, aunque no se manifieste en la misma medida en delincuencia o inseguridad o revueltas». Afirma que «en España existe una escasa movilidad y lo que hay es apego al vínculo familiar que, en circunstancias como esta, curiosamente ayuda, puesto que supone una red civil de apoyo. Al margen de esto, 2011 será un año más duro en lo social. Y por las propuestas que hay sobre la mesa no parece que los agentes sociales vayan a comulgar con los ajustes por lo que es posible que la presión sindical aumente».

¿Y los tipos? Carbó no cree que se produzcan subidas del tipo de interés significativas a corto plazo, «porque el Banco Central Europeo tiene claro que tendrían un efecto muy negativo sobre la recuperación y la carga de la deuda no sólo en España, sino en otros países. En todo caso, si el crecimiento sigue siendo asimétrico y desacompasado en Europa, la elección de una política monetaria común y la evolución de los tipos pueden ser bastante controvertidas», concluye.

Despegue tibio

Para Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), este 2011 será un año de transición. «Es probable —asegura— que la economía española inicie el nuevo año creciendo, pero también es fácil convenir en que lo hará de forma muy tibia. Insuficiente en todo caso para que la tasa de paro ceda de forma significativa desde el actual 20%». Añade Ontiveros que «en realidad, el crecimiento del PIB español estará muy por debajo de esa tasa del 1,5 ó 2% que es necesaria para crear empleo».

Explica el presidente de Afi que entre las restricciones diferenciales que la economía española tendrá que sortear para volver a crecer están las financieras. «A pesar de que los mercados de deuda pública mantienen la tensión de las últimas semanas, el endeudamiento que realmente preocupa en nuestro caso es el del sector privado. Su bancarización, para ser más concreto. Bancos y cajas, lejos de ser parte de la solución, forman parte de los problemas diferenciales, no tanto por razón de su solvencia, sino por la liquidez que precisan para atender sus vencimientos», explica.

Y añade Emilio Ontiveros que «será, por tanto, un año de transición, todavía adverso, hacia un crecimiento económico algo más sostenido: menor que el promedio registrado en los doce años previos a 2008, pero muy probablemente mejor. Ojalá», precisa.

Para Gregorio Izquierdo, director del servicio de estudios del Instituto de Estudios Económicos, 2011 será un año de estancamiento económico más que de recuperación. Según sus pronósticos, la economía española crecerá de forma débil en 2011, un 0,5%, menos que el 1,3% previsto por el Gobierno y cree que se destruirán 80.000 puestos de trabajo. Alerta de que España corre el riesgo de una nueva crisis de deuda soberana y advierte de que para salir de la crisis es necesario que el Gobierno emprenda reformas estructurales y continúe con el proceso de consolidación fiscal.

Piensa Gregorio Izquierdo que el Gobierno va por el camino adecuado para reducir el déficit público, pero también cree que las medidas de ajuste son insuficientes y que el Ejecutivo no logrará los objetivos previstos de recorte del gasto, por lo que le recomienda que tenga preparado un nuevo Plan B. Un Plan B que, en su opinión, no debe incluir una nueva subida de impuestos porque, dice, «pondría en peligro el débil crecimiento» y «en estos momentos no tenemos margen de error, y cualquier fallo nos va a situar en el filo de la navaja», advierte. Su propuesta de ajuste pasa también por las Administraciones Públicas.

El Gobierno, confiado

Y... ¿qué dice el Gobierno? Se muestra confiado en que la economía española crecerá un 1,3% este ejercicio, pese a que una gran mayoría de los expertos rebaja esa cifra a la mitad por las dificultades para generar empleo, revertir la tasa de paro (17,9% de la población activa) y generar actividad económica. De cumplirse las peores previsiones, el peor escenario de crecimiento de la economía —el panel de expertos de Funcas prevé un crecimiento del 0,7%—, el Ministerio de Economía asegura que el déficit sería 0,25 puntos porcentuales mayor (6,5%), una desviación «facílmente asumible», según ha explicado hace unos días el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

Siempre nos quedará 2012. ¿Tras la tempestad vendrá la calma?

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