1985-1994: Una generación maldita atrapada entre dos grandes crisis

La crisis de 2008 y el Covid-19 provocan que los nacidos en España entre 1985 y 1994 sean un 16% más pobres que sus mayores. Alemania, con un 6% de paro juvenil, escapa de esta regresión

La llegada de la pandemia ha convertido el paro juvenil en una auténtica emergencia nacional en España ISABEL PERMUY

La crisis ha arrasado de nuevo el endeble mercado laboral español, pero si ha habido una facción de la población con la que se ha ensañado con especial dureza ésa han sido los jóvenes. Jóvenes que ya habían sido condenados a la precariedad por la ... recesión derivada de la quiebra de Lehman Brothers ; y el posterior colapso de deuda soberana y que ahora, como en un doble tsunami, afrontan la pandemia con el miedo de tener que renunciar a su proyecto vital para siempre. La generación nacida entre 1985 y 1994 ha tenido que afrontar dos Grandes Recesiones en su periodo de formación e incorporación al mercado laboral, un fenómeno que ninguna otra generación había sufrido. Pocas veces hubo un caldo de cultivo tan fecundo para los movimientos populistas.

Así lo pone de manifiesto un estudio de EsadeEcPol y la Friedrich Naumann Foundation titulado «La generación de la doble crisis: inseguridad económica y actitudes políticas en el sur de Europa», que analiza la situación socio económica de esta generación en el sur de Europa en comparación con Alemania. La radiografía que ofrecen es poco alentadora para los otrora llamados «P IGS» (Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglés) , pero es especialmente inquietante en nuestro país. En los países del sur de Europa, esta «generación maldita» cuenta con menores tasas de empleo que los nacidos una década antes, unos ingresos más bajos, emancipaciones más tardías... Son la excepción que confirma la regla del progreso generacional.

Los investigadores del estudio, la economista Ariane Aumaitre, Investigadora en el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales del European University Institute de Florencia, y Jorge Galindo, director de economía política y visualización de datos en EsadeEcPol, ponen cifras a esta brecha: los españoles de esta generación maldita tienen 12.000 euros menos de ingresos anuales acumulados que la generación anterior a los 33 años, lo que supone un 16% menos.

«En España, Italia y Portugal , la generación poscrisis, incorporada al mercado laboral durante la Gran Recesión, inicia sus carreras laborales con menores ingresos que los percibidos por la generación precrisis a la misma edad. Este patrón se mantiene a lo largo de la veintena para esta generación, que cuenta durante este período con un nivel de ingresos anuales inferior en media a su predecesora» , remarca el informe.

Ahora, la llegada de la pandemia ha convertido el paro juvenil en una auténtica emergencia nacional en España. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el 40,45% de los jóvenes de entre 16 y 25 años están desempleados , lo que nos coloca en el primer puesto de este nocivo ranking. La tasa española más que duplica la media europea (17,1%) y es casi siete veces superior a la de Alemania, que con un 6% es el afortunado de los Veintisiete. La diferencia con otros vecinos es también más que notable: Italia tiene un 29,7% de desempleo juvenil; Portugal , un 24% y Francia , un 19,6%. También las hay dentro de la realidad regional: Canarias soporta un 61,72% de paro juvenil y Andalucía un 51,53%, frente a Navarra que, con un 29,4%, registra la mejor tasa.

De vuelta a 2001

El Consejo de la Juventud de España (CJE) ha puesto también negro sobre blanco cómo el Covid-19 ha truncado las perspectivas socioeconómicas de la juventud española, cuando aún no se había recuperado por completo de la anterior crisis. Según los datos del Observatorio de Emancipación Juvenil, solo el 17% de las personas jóvenes españolas viven emancipadas , lo que supone la caída más acuciada de esta tasa desde 1988 y los peores niveles de emancipación desde el año 2001.

La situación del mercado laboral es la principal causa. Según el observatorio, a las dramáticas cifras de desempleo hay que añadir que al menos un tercio de las personas jóvenes que sí tienen trabajo se encuentran en situación de ERTE.

Esto complica la consecución de objetivos vitales como acceder a una vivienda en propiedad o formar una familia. Según el mismo observatorio, el salario medio de las personas jóvenes con empleo en España es de 11.682,91€ anuales (973€ al mes) , lo que supone que deberían destinar el 93% de su salario al alquiler si no quieren compartir piso.

Y aunque el problema no es nuevo, pues España lleva años acumulando altas tasas de paro juvenil, la pandemia sí que ha reavivado las diferencias en un mercado laboral que se divide sin pudor entre fuertes y débiles. Los datos hablan. Frente a la contracción del 4,9% de la afiliación de los jóvenes de menos de 35 años, la reducción en el grupo de 35 o más años es prácticamente nula. «El grueso del nuevo desempleo del último año lo han absorbido mayoritariamente los jóvenes -sea cual sea su nivel de formación-, aunque de forma más pronunciada en los grupos con niveles educativos más bajos», desvela un informe de ManpowerGroup y la Cámara de España.

Sin formación

Pese al carácter global de la pandemia, esta situación no se repite en todas las juventudes de Europa. Según los investigadores de Esade, «este patrón generacional es específico del sur de Europa . En el resto de los países, la generación poscrisis supera en condiciones materiales a la generación anterior».

La economista Ariane Aumaitre advierte de que dejar pasar las oportunidades no sale gratis: « Aunque a partir de los 30 años hay una cierta convergencia en ingresos y empleo , lo cierto es que esto no implica una recuperación de esta generación. La generación de la crisis acumula una desventaja, llegan a la treintena en una situación mucho más desfavorable. Sin embargo, en Alemania la situación es la opuesta, esta generación sí vive mejor que la de sus padres, sí tiene mejores condiciones de vida, la situación contraria al sur de Europa».

Para Toni Roldán, director de Esade EcPol y exdiputado de Ciudadanos, las causas de esta divergencia es amplia y compleja y comprende factores como el tamaño empresarial, la fortaleza de la industria, la educación o la absoluta falta de reformas con la que vive España desde 2012 . «Los fondos Europeos son ahora una gran oportunidad pero me gustaría que tuvieran alguna condicionalidad.

El dinero por sí mismo no va a cambiar las cosas. El problema más grave al que se enfrenta ahora la UE son las trayectorias divergentes de productividad entre el norte y el sur . Y los fondos europeos no van a revertir esta tendencia sin reformas. Reformas que son imposibles con gobiernos débiles y sin presión externa», asegura Roldán.

«Ya lo estamos viendo. Uno de cada cuatro trabajadores de entre 15 y 24 años pierden su empleo. Pero lo progresista es subir las pensiones para cargar un poco más de deuda a la generación más precaria en décadas», concluye.

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