Los funcionarios dicen «basta» y exigen subidas salariales con el IPC

La gran protesta contó con 70.000 manifestantes según los datos del sindicato y entre 15.000 y 17.000 personas según la estimación provsional de la Delegación de Gobierno de Madrid.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, puso fin a los dos años de incomunicación con el sindicato más representativo de la Administración Pública tras conocerse el anuncio de la protesta convocada por el CSIF. Montero citó al sindicato el próximo miércoles para negociar una subida de sueldo para los empleados públicos, pero no consiguió disuadir al sindicato de convocar la primera gran manifestación contra el Gobierno de Pedro Sánchez, tras dos años marcados por las restricciones de la pandemia.

Desde las 11,30, las pitadas y el sonido de los tambores se hicieron presentes en la Plaza de las Cortes, que comenzó a abarrotarse de integrantes de los sindicatos del CSIF y Jusapol, portando insignias de protesta contra Pedro Sánchez y consignas para exigir la subida salarial.

Los manifestantes portaban banderas de prácticamente todas las comunidades autónomas, como Galicia, Asturias, Castilla y León, Andalucía o Aragón entre otras, denotando la representación de la totalidad del territorio, ya que miles de ellos se desplazaron en autobús con motivo de la protesta.

Es el caso del Elvira, que acude con su familia desde Huelva para apoyar la manifestación y defender las reclamaciones del CSIF. «Los que deberían de bajarse el sueldo son los políticos», afirmó las onubense antes de incorporarse al resto de manifestantes.

Heraldo también acude desde Huelva con sus compañeros de la construcción. El trabajador critica la inacción de los políticos ante la escalada de precios y las dificultades para mantenerse con un sueldo que cada vez vale menos. «Los políticos no pueden seguir haciendo lo que les da la gana», señala con indignación.

Otro grupo importante de manifestantes corresponde a miembros de la Guardia Civil y Policía Nacional, como es el caso de Beatriz. La sevillana acudió a la capital con sus compañeros de la ASIG, asociación independiente de la Guardia Civil, para reclamar la subida salarial y protestar contra la diferencia salarial entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «No tiene sentido que un mosso d´escuadra cobre más que un Policía Nacional o un Guardia Civil», afirma la sevillana.

Concretamente, un Policía Nacional que acaba de incorporarse al cuerpo -escala básica C1- cobra una retribución básica de 10.823 euros al año sin contar lo que perciben de forma complementaria, que supondría entre 4.892 y 9.600 euros más al año en función del destino. En el caso de la Guardia Civil el sueldo base es el mismo y el complementario varía entre los 5.708 y 13.320 euros al año dependiendo del rango del agente.

En el caso de los cuerpos policiales autonómicos, cuyo salario depende de la comunidad autónoma pertinente, la cifra asciende a casi el triple. Un mosso d´esquadra cobra de media un salario que oscila entre los 35.829 y 89.029 euros al año teniendo en cuenta las retribuciones básicas y los complementos, mientras que los agentes de la Ertzaintza perciben de media 30.000 euros al año contando los complementos de destino y peligrosidad.

Desde el Congreso de los Diputados, la manifestación recorrió algunas de las zonas más céntricas de la capital, desde la Plaza de Cibeles al paseo de Recoletos y la Plaza de Colón, donde finalizó el acto con la lectura del manifiesto por parte de Miguel Borra en representación del CSIF y Aarón Rivero en nombre de Jusapol.

Aaron Rivero fue el primero en hablar, destacando una de las reclamaciones históricas de la Guardia Civil y Policía Nacional como es la equidad salarial entre todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Además, destacó la buena valoración de la ciudadanía de ambas instituciones. Finalizó su intervención advirtiendo al Ejecutivo que si desoyen sus reclamaciones, se enfrentarán a un «invierno caliente».

Por su parte, Miguel Borra afirmó que «lo que ha ocurrido hoy es la primera evidencia de que el Gobierno está perdiendo el apoyo de la calle y muy pronto lo pagará en las urnas si no atiende nuestras justas demandas». El presidente del CSIF añadió que el Gobierno está siendo ingrato con las trabajadoras y trabajadores de este país, tanto del sector público como del sector privado».

Asimismo, dedicó unas palabras a aquellos trabajadores públicos, a los que en ocasiones se les tacha de «vagos» o de «tomarse demasiados cafés», y su labor durante los meses más duros de la pandemia, cuando pasaron de ser denostados a «héroes».

Por último, Borra reconoció que el compromiso mostrado por los manifestantes les dará fuerza de cara a la reunión que tendrá la próxima semana con el ministerio de Hacienda para negociar la actualización de los salarios públicos en 2022, con carácter retroactivo, para recuperar el poder adquisitivo perdido este año en línea con la medida adoptada por Francia el pasado julio.