Bosch pide una «campaña a favor del diésel» tras el escándalo de Volkswagen

La industria alemana saca pecho tras el escándalo de Volkswagen, un caso que ha socavado la imagen de un sector que supone el 14% del Producto Interior Bruto del país y emplea a más de 700.000 personas. La canciller alemana, Angela Merkel, ha presidido la inauguración del nuevo centro tecnológico de uno de las firmas de ingeniería más representativas del ADN de innovación, carácter emprendedor e investigación asociado al sector empresarial germano, Bosch.

En las proximidades de la ciudad de Stuttgart, cuna (además del taller que fue el germen de la multinacional fundada por Robert Bosch) de Mercedes y de Porsche, Bosch ha invertido 310 millones de euros para la creación de un nuevo campus en el que trabajan más de 1.700 investigadores y con el que la compañía quiere imprimir un cambio de rumbo, inspirado en las incubadoras de empresas «start up» norteamericanas. El presidente del consejo de administración de la compañía, Volkmar Denner , explicó que el objetivo del nuevo proyecto es incentivar la iniciativa empresarial, reducida en Europa en comparación con la estadounidense. « En Alemania no existen ni las oportunidades ni la voluntad de crear nuevas empresas . Necesitamos fomentar el espíritu emprendedor, especialmente en los jóvenes graudados», detalló en un encuentro con los medios de comunicación.

Sin embargo, el caso del sistema trucado de emisiones de óxido de nitrógeno que ha afectado a uno de sus principales clientes (Bosch es el fabricante del «software» que manipuló Volkswagen) no ha pasado desapercibido durante la presentación del campus de Renningen. Preguntado por los periodistas, Denner negó que VW, que ha anunciado una reducción de 1.000 millones en inversiones que podrían afectar a los productos y los costes suministrados por los proveedores, se haya puesto en contacto con su empresa.

Denner rechazó dar su opinión sobre si le sorprendió el uso fraudulento de dicho «software», pero mostró su confianza en el futuro del gasóleo, al que augura un amplio recorrido como energía de «transición» hacia los modelos eléctricos . El máximo responable de Bosch pidió una legislación con límites de emisiones «razonables» para lograr un equilibrio que facilite la progresiva implantación del coche eléctrico. Denner negó que el caso Volkswagen haya dañado el mercado del diésel y pidió una estrategia informativa de la industria para eliminar la desconfianza que ha generado el «dieselgate» sobre este tipo de combustible. «La incertidumbre debe eliminarse con una campaña a favor del diésel ».

La canciller, Angela Merkel, que no mencionó el caso de Volkswagen, dio la razón al presidente de Bosch sobre la necesidad de impulsar la iniciativa empresarial, «dada la carencia de espíritu emprendedor» en Alemania. Llamó, en este sentido, a llevar a cabo una estrategia conjunta entre todos los países europeos para destinar al menos un 3% del presupuesto a inversión y desarrollo. Merkel se refirió, como uno de los posibles caminos para el avance tecnológico en su país, al «big data» (gestión de grandes bases de datos, gracias a internet), que definió como una «oportunidad».

Quien sí fue más explícito con el caso de las emisiones de diésel fue el presidente de la región de Baden-Württemberg, el miembro del partido verde Winfried Kretschmann , quien parafraseó al fundador de Bosch al aludir al caso Volkswagen. «Es mejor perder dinero que la confianza en los clientes» . El presidente del «Lander», que gobierna gracias al apoyo del SPD, también identificó el gasoil como un combustible «necesario» en la transición hacia los automóviles eléctricos. El escándalo, admitió, ha provocado cierto «descrédito» en la industria germana, aunque se trate de un caso «eventual» que, confía, no se volverá a repetir. La alemana, añadió, es una industria con capacidad innovadora. «No necesitamos mentir», remachó.