China profundiza su desaceleración

En los últimos años el PIB ha descendido progresivamente en un país en el que, además, existen dudas de que los datos oficiales reflejen la situación real de su economía, debido a la escasa transparencia de sus instituciones. Según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas china, el PIB alcanzó los 12,82 billones de yuanes (1,5 billones de euros) en un «entorno económico severo». El Ejecutivo chino se ha fijado para el año pasado un objetivo de avance económico del 7,5%, porcentaje inferior al de 2013 y 2012 (7,7%), 2011 (9,3%) y 2010 (10,3%).

La ralentización de la economía china, aparte de suponer un factor importante de riesgo para el resto de países emergentes y asiáticos, permite entrever cierto agotamiento de su modelo productivo, después de que hayan caído las exportaciones y se haya incrementado la deuda privada. Con este fin, China está llevando a cabo medidas para incentivar el consumo interno y reducir la dependencia de las exportaciones.

Durante el último año el comercio chino ha acusado la devaluación de las divisas por parte de varios países, lo que generó un alza del yuan y restó atractivo a las exportaciones del gigante asiático , que el pasado mes de marzo se contrajeron un 15% con respecto al mismo periodo del año pasado.