Eduardo Sánchez, el peluquero de las «celebrities»

Pero no fue hasta 2014 cuando dio nombre a su propia firma: Maison Eduardo Sánchez (www.maisoneduardosanchez.com ), «un espacio único donde vivir experiencias enriquecedoras», comenta el propio Eduardo. «Lo que diferencia mi empresa de otros salones es un cuidado especial y exclusivo de la técnica y el servicio. Una de nuestras grandes fuerzas es el énfasis que ponemos en las relaciones humanas porque hoy en día en salones de alta categoría las técnicas y los profesionales suelen tener un buen nivel. El hecho de rodearme de un equipo internacioal me permite ofrecer a mis clientes hablar en más de nueve idiomas y obviamente un saber hacer de gran calidad y en constante evolución. Somos reconocidos por nuestro trabajo tanto en corte como en color. Nuestras mechas a pincel son una de nuestras señas de identidad», añade.

A pesar de que el sector de la peluquería se ha visto afectado en los últimos años por la situación económica de crisis global, la clientela de Sánchez ha sido leal «a sus manos», en claro reconocimiento a la profesionalidad y a la perseverancia del equipo. «La peluquería española tiene categoría, pero en algunos casos se ve dañada por la falta de continuidad en la formación y eso hace que la diferencia entre los profesionales que trabajan en salones de primera línea sea muy grande con respecto otros salones de infraestructuras más pequeñas. Sería bueno que el Estado invirtiera mucho más dinero en formación en el sector, pero no solo técnico, también en calidad humana y en gestión», comenta.

Por sus tijeras han pasado «celebrities» tan conocidas como la top model Linda Evangelista, la Reina Noor de Jordania y la Jequesa de Catar, o artistas como Prince. Una lista de personalidades públicas que parece interminable: los exjugadores Raúl Gónzalez y su esposa Mamen Sanz, así como Luis Figo y su esposa Helen Svedin -que siempre que vuelven a Madrid pasan por su salón de Claudio Coello-, y las presentadoras Susanna Griso o Carme Chaparro, entre otras.

La fidelidad de sus clientes y la buena marcha del negocio ha convencido a Eduardo para seguir expandiendo su marca por España. «Por supuesto que me gustaría abrir otros salones, de hecho esa fue una de las razones para volar solo: crear mi propia marca. En Madrid nos gustaría abrir dos salones más, y también instalarnos en otras ciudades españolas importantes». Y ¿el salto internacional? «Claro que me gustaría. Empezaría por Colombia, en concreto, por la capital, Bogotá. Sería como llevar todo mi conocimiento y experiencia a mi lugar de origen. Es un país con gran potencial de desarrollo y la mujer colombiana es muy coqueta», dice. Después, otros países iberoamericanos y por qué no ¿Europa?