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Grecia, la encrucijada de la recuperación europea

El triunfo de Syriza en las próximas elecciones del próximo 25 de enero podría suponer la ruptura de los compromisos del país y un nuevo cataclismo político y financiero en la maltrecha Europa

Grecia, la encrucijada de la recuperación europea reuters

begoña castiella

Elecciones anticipadas el domingo 25 de enero, en un país hundido en la recesión desde hace seis años y que se siente despreciado por el resto de Europa y por los mercados internacionales. Criticados fuera de sus fronteras, los griegos llevan viviendo desde 2010 con austeridad: viendo cómo sus sueldos y jubilaciones han sido recortados hasta un 30% mientras los impuestos han aumentado y un tercio de la población se encuentra en riesgo de pobreza.

En opinión de muchos ciudadanos, la culpa es de los políticos y de los ricos, ladrones y corruptos. Para algunos más, la responsabilidad recae en la troika , si bien fueron los gastos y las deudas disparadas del ineficaz Estado griego los que provocaron la catástrofe.

La pregunta no es austeridad o no, es elegir con qué sistema político sobrevivir y superar la crisis los próximos años. La propuesta de los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas del Pasok es continuar las reformas con calma, tranquilizando a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional (FMI), buscando nuevas ayudas y, posiblemente, un tercer rescate (con otro nombre), atrayendo nuevos inversores. Para ello tienen que convencer a sus electores descontentos que les abandonaron en las elecciones generales de 2012 y en las europeas del año pasado.

La propuesta de la Coalición Radical de Izquierda (Syriza) representa un enorme cambio teórico : el dejar de lado los ajustes y reformas impuestos por la troika, renegociar la deuda helena -con quita incluida- y la amenaza de dejar de pagar hasta que haya auténtico desarrollo económico. Y al mismo tiempo proclaman que quieren quedarse en la UE y en la Eurozona (pero no en la OTAN) y separar la Iglesia Ortodoxa del Estado. Apuestan por aumentar el salario mínimo interprofesional, ayudar a las familias en dificultades y crear empleo. Un cóctel de medidas que seduce a los ciudadanos más castigados por la crisis, pero también a los que creen en una sociedad de izquierdas tras años de austeridad.

Semanas de inquietud

La apertura del parlamento tras los comicios está convocada para el 5 de febrero. Por el momento, los sondeos dan como ganadores a Syriza, formada por antiguos comunistas y grupos variados de izquierda a los que se añaden socialistas descontentos del Pasok. Pero difícilmente conseguirán la mayoría absoluta para gobernar en solitario y necesitarían apoyo de otras formaciones.

Nueva Democracia, partido del actual primer ministro Andonis Samarás, va a la zaga en las encuestas. Y la distancia con la coalición liderada por Alexis Tsipras se reduce. Según un sondeo publicado por «Alpha TV», Syriza obtendría un 28,1% de los votos frente al 25,1% de Nueva Democracia. Ello demuestra que muchos de los que votaron a Syriza en los comicios generales de 2012 o las europeas de 2014 lo hicieron para castigar a conservadores y socialistas, y que ahora podrían apoyarles por miedo a un caos estatal, a la amenaza de una quiebra y a la destrucción del tipo de sociedad imperante desde el final de la guerra civil a principios de los años cincuenta.

¿Qué se puede perder? El PIB heleno repuntó un 1,7% interanual en el tercer trimestre de 2014, un dato que demuestra, según Samarás, que «el crecimiento continuará con ritmo mas acelerado» y que el paro comienza a disminuir. Y los turistas: el 2014 fue un año sensacional para el turismo. La asociación griega de empresas del sector estima que las llegadas de visitantes el año pasado se acercaron a los 23 millones (15% mas que en 2013) y los ingresos relacionados se dispararon para el país un 12% más que en 2013 y un 32% más que hace dos años.

La carrera entre radicales, por un lado, y socialistas y conservadores, por otro, podría hacer desaparecer del parlamento la izquierda moderada y el partido populista de derechas Griegos Independientes, pero mantendría a los neonazis de Amanecer Dorado, algo inquietante y poco comentado. A este escenario se añade una variable más: el exprimer ministro socialista Yorgos Papandreu presenta un nuevo partido, una maniobra que podría robar votos al PASOK , pero también a los radicales.

Lo mas difícil está por hacer: el nuevo gobierno deberá elegir al nuevo presidente de la República, negociar la salida del programa de rescate actual y cubrir las necesidades de este año. Un abanico de deberes pendientes queel Ejecutivo heleno, de color aún incierto, acometerá en un clima difícil y tenso. En definitiva, las elecciones griegas recuerdan a la UE que en muchos países hay una enorme distancia entre los tradicionales grandes partidos y sus electores, entre la incertidumbre política y la inestabilidad financiera.

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