El «trading» se impone en una Argentina que parece resistirse a cotizar el discutible «default»
¿Cómo se lo están tomando los activos del país?
El «trading» se impone en una Argentina que parece resistirse a cotizar el discutible «default»
Hace más de una semana el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, anunciaba que su Gobierno no había llegado a un acuerdo con los fondos buitres que reclamaban al país recuperar el principal de los bonos que compraron en el año 2008. Estos fondos se ... creían con el derecho a ello pese a que adquirieron los activos después de que Argentina declarara el impago y después de la reestructuración de la deuda que implicaba una importantísima quita que aceptó más del 92% de los acreedores. Estos mismos fondos, pues, compraron los bonos muy por debajo de su valor nominal. Y la oferta realizada por el Gobierno argentino (asumir las condiciones de la reestructuración) implicaría un beneficio para los buitres del 300%. Era lógico que no lo aceptaran teniendo en cuenta que la justicia neoyorkina les había dado la razón en su aspiración de conseguir una rentabilidad mucho más elevada consiguiendo el valor nominal al que el Tesoro argentino emitió tales activos.
La decisión del juez que lleva el caso, Thomas P. Griesa, ha tenido un efecto muy negativo para Argentina: mientras el país no pague a los buitres no puede hacer frente a sus otros compromisos de pago. Griesa ha establecido un orden de prelación muy claro que pone en primer lugar a los buitres. Argentina no paga, no porque no tenga dinero para hacer frente a esos 1.500 millones de dólares que debería a los buitres, sino porque alega que violaría las condiciones que cualquier reestructuración de deuda tiene que cumplir para resultar exitosa: tratar a todos los acreedores por igual, no devolver todo el dinero a quienes no acuden al canje de deuda años después, dado que, con esa esperanza, ninguno de ellos asumiría en primera instancia la quita. Además, de acuerdo con una cláusula de la reestructuración, la claúsula RUFO, el resto de acreedores podría reclamar el principal y, entonces sí, Argentina podría volver a tener problemas de deuda.
Dado que Argentina, por la decisión del juez Griesa, no está pudiendo hacer frente a ciertos vencimientos, S&P y Fitch han decretado que Argentina se encuentra ahora mismo en una situación de impago selectivo. El ministro Kicillof ha reiterado que Argentina no ha incurrido en un impago puesto que el país ha efectuado el pago: ha depositado el dinero en los bancos para que sus acreedores cobren lo que le corresponde. Otra cosa es que los bancos, por orden de Griesa, hayan bloqueado esos fondos.
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