El histórico declive económico de Argentina: de la Gran Depresión al «default»
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El histórico declive económico de Argentina: de la Gran Depresión al «default»

El país sudamericano no ha podido evitar su segundo impago de deuda en poco más que una década

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El país sudamericano no ha podido evitar su segundo impago de deuda en poco más que una década

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  1. 1930: Gran Depresión

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    Argentina no ha logrado llegar finalmente a un acuerdo con los acreedores para evitar su segundo impago de la deuda en poco más de una década. Ésta es la ultima crisis de las tres que el país suramericano ha sufrido desde 1930. En el siglo veinte, Argentina fue uno de los países mas ricos del mundo gracias a su producción de carne, trigo y otros productos agrícolas, además de por contar con una mano de obra cualificada, proveniente en su mayor parte de inmigrantes europeos y sus descendientes. Pero las constantes crisis, a menudo achacadas a la mala gestión del gobierno y a las fluctuaciones de los precios de las materias primas, sumieron a millones de personas en la pobreza y ha colocado al país en un escaparate solo apetecible para los inversores más atrevidos.

    Aquí va un repaso del declive económico de Argentina a lo largo de los dos últimos siglos:

    — 1930, Gran Depresión: afectó especialmente a Argentina por el repentino descenso de la demanda europea y estadounidense de sus productos ganaderos. Como los ingresos aduaneros se desplomaron, el gobierno tuvo problemas para pagar a los trabajadores públicos, causando un creciente malestar. Hartos de la crisis, los militares dieron un golpe de Estado en 1930 contra el presidente democráticamente electo, Hipólito Yrigoyen, estableciendo un precedente para eliminar a los gobiernos en tiempos de dificultad económica. Durante el resto del SXX, más militares (14) que civiles (11) gobernaron el país.

  2. Los precios de los productos se desploman en los 50

    reuters

    En 1955, el presidente Juan Perón, un populista que obtenía su apoyo de la clase pobre y trabajadora, sobrellevó un periodo de relativa prosperidad tras la Segunda Guerra Mundial. Los trabajadores de las fábricas recibían vacaciones pagadas y los sindicatos ganaron un poder sin precedentes mientras la economía creció a un ritmo de casi el 6%.

    No obstante, a principios de los años 50, los buenos tiempos se acabaron cuando los precios de los productos se desplomaron una vez más. Las nacionalizaciones de Perón de las vías ferroviarias británicas y otras propiedades le colocaron como el antagonista de los líderes de negocios y causaron que las inversiones de secasen.

    La inflación despegó hasta el 40% y los salarios reales se hundieron. La muerte en 1952 de la popular mujer del presidente, Eva, conocida como Evita, le hundió aún más. Tres años más tarde, mientras las huelgas paralizaban el país, los militares argentinos intervinieron y mandaron a Perón al exilio.

  3. 1976, una inflación anual superior al 600%

    abc

    En 1976 la economía de Argentina no conseguía estabilizarse bajo una sucesión militar y gobiernos democráticos que aplicaban políticas prácticamente contradictorias. Entre 1930 y 1983, la media de un presidente en la jefatura rondó los dos años. En 1970, muchos argentinos con buenos recuerdos de la prosperidad de la posguerra reclamaban que los militares permitiesen que Perón regresase a casa.

    Los generales accedieron y Perón asumió la presidencia una vez más. De nuevo, fue incapaz de sanear la economía o las violentas fisuras en la sociedad argentina. Perón murió de un ataque al corazón tan solo un año más tarde. Varias facciones lucharon por el control de la sucesión.

    A principios de 1976, con una inflación anual superior al 600%, los generales dieron otro golpe de estado. Los años que seguirían vieron como las desigualdades incrementaban y la deuda externa explotaba, así como la muerte de 30.000 militantes de izquierdas desataron rumores de la conocida como «Guerra Sucia».

  4. 1982: Guerra de las Malvinas

    afp

    En 1982, la milicia lanzó una invasión de las Malvinas. Los británicos contraatacaron y Argentina perdió. Varios sostienen que los militares usaron la guerra para distraer a la población de la agonía económica.

    En 1989 la democracia volvió a Argentina, esta vez para quedarse. Con las fuerzas armadas caídas en desgracia, una gran mayoría de argentinos no veían con buenos ojos una milicia en el poder.

  5. Menem fija un tipo de cambio insostenible

    efe

    Mientras las huelgas arrasaban la ciudad y los manifestantes saqueaban los supermercados en busca de comida, Alfonsín decidió entregar el mando cinco meses antes de lo previsto a su sucesor electo, Carlos Menem.

    Éste se pasó la década de los 90 amasando inversión extranjera, recortando las tarifas de importación y privatizando empresas nacionales en pérdidas. La inflación bajó al dígito único y a Argentina fue laureada por el FMI y otros como el modelo a seguir para las reformas del mercado libre. Para cuando Menem abandonó la jefatura en 1999, sin embargo, la corrupción corría libre y disuadía el interés de los inversores. El contagio de la crisis en el este de Asia y Rusia forzó que el capital saliese del país a la misma velocidad a la que llegó.

    El tipo de cambio fijo que usó Menem para calmar a la fiera de la inflación se volvió tan insostenible como su gobierno, incapaz de imprimir más dinero y teniendo qeu recurrir a tomarlo prestado.

  6. El impago de 100.000 millones de dólares

    efe

    En 2001, la tasa de desempleo se disparó más del 20% y surgieron informes de hambre y malnutrición generalizada en un país que durante mucho tiempo se enorgulleció de ser uno de los graneros del mundo.

    Cuando otra ola de revueltas y saqueos azotó la capital, el sucesor de Menem, Fernando de la Rua, presentó su dimisión. Era un periodo en el que pasarían cinco presidentes en tan solo dos semanas. Antes de que terminase la crisis, la economía se había contraído un 20% y miles de jóvenes argentinos habían emigrado a los antiguos hogares de sus abuelos en Europa.

    El gobierno también dejó de pagar sus más de 100.000 millones de dólares en deuda, la más alta de la historia.

  7. Desde 2001: el aislamiento

    reuters

    Desde la suspensión de pagos de 2001, Argentina ha permanecido aislada de los mercados de capital internacional y es considerada por la mayoría de los inversores como un paria. Pero la economía también ha desafiado las previsiones más apocalípticas de los analistas de Wall Street, entre otros. Y ha vivido su mejor racha de crecimiento desde la década de los 40.

    La mayoría de los economistas achacan los altos precios de la soja y otros productos argentina a la demanda generada en China. no obstante, su panorama financiero está pagando el precio del populismo de Cristina Fernández de Kirchner y sus políticas de intervencionismo, dicen los economistas y tiene previsto vivir su primera contracción a nivel anual desde 202.

    El alto gasto del gobierno en programas de ayudas sociales, la impresión de más billetes y una moneda nacional en apuros han alimentado una de las tasas de inflación más altas del mundo. En enero, el gobierno se vio obligado a devaluar el peso. Si Argentina entra hoy en default, una vez más, las previsiones económicas prevén una salida masiva de dolares que se apilarán, ejerciendo más presión, en las decrecientes reservas del banco central. De momento, nadie se espera una recesión tan profunda como la de 2002.

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