vivienda
Empieza el colapso inmobiliario chino, ¿hasta dónde llegará?
Uno de los signos más evidentes de la burbuja son las ciudades fantasma que salpican la geografía china, con Ordos como principal exponente

Que el sector inmobiliario chino está en crisis no es ninguna novedad. Son muchos los analistas e indicadores que vienen adelantándolo desde hace tiempo. Uno de los más evidentes, las ciudades fantasma que salpican la geografía china, con Ordos como principal exponente. La Bolsa también lo ha anticipado. Desde 2009, el CSI 300 Real Estate, el índice que mide el comportamiento de las inmobiliarias cotizadas del país del dragón, se desploma un 40%.
A principios de año había quien dudaba de dicho colapso. Pero a estas alturas del año, distintas estadísticas están empezando a mostrar descensos de los precios en ciertas poblaciones chinas. "En el mercado físico estamos viendo caídas entorno a un 5% y un 10% en mercados selectivos. Especialmente, en tres o cuatro ciudades, donde hay más oferta. Por tanto, el ajuste ya está en marcha y la manera en que se está produciendo sugiere que el colapso en volúmenes y precios se va a producir a unas magnitudes mucho más elevadas de lo que hemos visto hasta ahora", explica Jana Sehnalova, gestora del LFP Forum Securities Global Income Real Estate. El pasado junio, la Oficina Nacional de Estadística china aseguraba que durante el mes de mayo los precios de la vivienda habían caído en 35 de las 70 ciudades seguidas por el Gobierno.
¿Cuándo se producirá el estallido? Si recordamos la experiencia española, la tasa de endeudamiento privado jugó un papel muy importante en los peores años de la crisis. Pues bien, la cifra de deuda privada china sobre PIB empieza a llegar a los niveles que espantaron a los inversores internacionales de nuestro mercado: el 200%. Con todo, es cierto que aún hay espacio para alcanzar las cotas de algunos países desarrollados. Por ejemplo, según datos recogidos recientemente por Deutsche Bank, la deuda de viviendas y empresas supone en España un 254% del PIB, a la que habría que sumar un 102% del sector financiero. Si atendemos a estas cifras, puede que el crédito siga fluyendo en el mercado chino y permita evitar a medio plazo lo que los anglosajones denominan el "hard landing" (aterrizaje forzoso) de su economía. Pero si no se ataja de alguna manera, el golpe podría ser muy doloroso.
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