De las críticas a los elogios: los temidos pronósticos del FMI
Desde el comienzo de la crisis, las previsiones de Christine Lagarde han hecho temblar al país
De las críticas a los elogios: los temidos pronósticos del FMI
A lo largo de estos años de crisis, las conclusiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) han puesto contra las cuerdas en varias ocasiones a la nación española. Las últimas noticias que nos llegan desde Whashington D. C. han sido alentadoras, con una previsión de crecimiento ... del PIB del 1,2% para este año, el doble de lo que se dijo en enero.
Sin embargo, incluso ahora, en momentos de mayor estabilidad, el FMI continúa pidiendo más reformas, como el aumento del IVA, para lograr el objetivo de déficit . Las recomendaciones de este organismo para nuestro país no siempre han sido del agrado de los españoles. ¿Cómo han evolucionado las previsiones de la institución de Christine Lagarde en torno a España?
Retornamos a 2008. El mercado de hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos se ha propagado a otros mercados de crédito y muchas economías avanzadas han visto reducido su crecimiento, al mismo tiempo que la escalada de los precios de los alimentos y el petróleo aviva las presiones inflacionarias en todo el mundo, provocando graves penurias en muchos países de bajo ingreso. Para España, las previsiones no son buenas.
Según el informe creado por el FMI en diciembre de 2008, «las perspectivas a corto plazo son sombrías». Los indicadores ofrecen un paisaje «desolador», y se espera que la producción para el año siguiente se reduzca un 1%. Según dicho informe, en el país se produjo un descenso de la demanda externa «justo cuando España necesita mayores exportaciones». La contracción del PIB esperada era del 3% para el 2008 y de más del 5% para 2009. Los consejos que dio en su momento fueron la liberalización de los servicios y los transportes y una reforma laboral que facilitara los despidos , algo que causó mucha polémica.
Sin luz al final del túnel
El año 2009 fue el periodo de confirmación de lo que fue la peor desaceleración económica de las últimas décadas, que desembocó en el colapso más marcado del comercio internacional de la segunda mitad del siglo XX. España, con Zapatero en el poder y un sistema financiero basado en la construcción, un aspecto calamitoso debido al pinchazo inmobiliario. Durante los meses siguientes, la organización dirigida por Lagarde afirmó que el crecimiento de España no volvería a aumentar al 2% hasta 2016. En 2010, el pronóstico fue de un descenso del PIB del 0,4%.
Desde Washington D.C. pedían medidas nuevas que se complementaran con «reformas estructurales que estimulen el crecimiento, reformar el progreso que se está realizado en el mercado productivo y el inmobiliario». El FMI afirmaba que España tenía un «mercado laboral disfuncional, una burbuja inmobiliaria venida a menos, un gran déficit fiscal, un enorme nivel de endeudamiento externo y del sector privado, un anémico crecimiento de la productividad, una competitividad débil y un sector financiero con bolsas de debilidad».
Las reformas del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no terminaban de convencer a Christine Lagarde, que pedía profundizar en la reforma laboral para abaratar los despidos: «se necesita un ambicioso fortalecimiento de las reformas laborales» para reducir el desempleo. «El mercado laboral se está reformando en la dirección correcta », pero no se estaba produciendo una mejora en el mercado laboral tan fuerte como la gravedad del problema exigía.
Camino a la estabilidad
La reforma laboral de 2012, impulsada por el nuevo gobierno de Mariano Rajoy, fue aplaudida por el FMI, que pese a todo, demandó un aumento del IVA y la reducción de los sueldos de los funcionarios: «los políticos de todo el mundo tienen que aumentar los esfuerzos para garantizar un crecimiento robusto ». Aconsejaron mayores progresos en la reestructuración y la reforma del sector financiero para recapitalizar y reestructurar los balances de los bancos y mejorar la transmisión de la política.
En lo que se refiere al sector financiero, el informe del FMI correspondiente adviertió pese a los grandes esfuerzos de los bancos para mejorar sus balances, «la presión del mercado persiste», por lo que insistió en la reestructuración, el aumento de los mínimos de capital y la intervención y venta de las entidades débiles que no los alcance.
Durante los últimos meses han aparecido síntomas de recuperación, que han suavizado las voces del Fondo Monetario Internacional y que han supuesto un pequeño oasis en el país. El FMI destaca la mejora generalizada de la economía española gracias a las medidas del Gobierno, pero continúa alegando una profundización en la reforma fiscal y un incremento de los impuestos indirectos para «impulsar el empleo».
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