«En China todo es posible si trabajas 365 días al año»
Emprendedores españoles relatan su experiencia en China, el mercado más difícil del mundo. Una joyera, un arquitecto, un representante de una multinacional, el dueño de un restaurante y un experto en comercio electrónico analizan sus ventajas e inconvenientes

Algunos se fueron de España por culpa de la crisis y otros mucho antes, cuando en el cerebro se les encendió la bombilla de China, el mercado más vasto y dinámico del mundo . Con 1.350 millones de potenciales consumidores, cualquier empresario firmaría con los ojos cerrados tener acceso al 1% de tan abundante clientela, pero su experiencia demuestra que ni siquiera eso es tan sencillo. Una joyera, un arquitecto, el representante de un importante grupo agroalimentario, el dueño de un restaurante y un experto en comercio electrónico relatan a ABC Empresa su experiencia profesional y personal en China, el país con el que todo emprendedor sueña para sus negocios. Gracias a su extraordinario crecimiento económico de las tres últimas décadas, el gigante asiático ha atraído el interés no solo de las grandes multinacionales, sino también de las pymes, que aspiran a hincarle el diente a tan jugosa tarta. O, al menos, a la porción que les corresponda.
Espoleadas por la crisis, que ha hundido el consumo en el mercado doméstico, a las empresas españolas no les ha quedado más remedio que dar el salto al exterior, sobre todo a los mercados emergentes. En la actualidad, 12.500 firmas españolas venden sus bienes y servicios a China. Creciendo a un ritmo de dos dígitos anuales desde 2010, se calcula que las exportaciones españolas alcanzaron el año pasado una cifra real de 5.000 millones de euros, incluyendo las reexportaciones desde Hong Kong y otros países europeos que no figuran en la balanza comercial oficial. A ello habría que sumar los 1.000 millones exportados en servicios por empresas como estudios de arquitectura, abogados, consultores, transportes y finanzas.
Aunque en menor medida que a otros países, como Alemania por ejemplo, miles de jóvenes españoles han emigrado a China para buscarse la vida en medio de la crisis. La Embajada calcula que suman unos 14.000, pero los consulados solo tienen registrados oficialmente a más de 2.000. Entre ellos resaltan los 300 arquitectos censados que han huido del desplome del «ladrillo» español, y que en realidad podrían ser el doble.
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