La titánica tarea de abordar el desempleo juvenil

Pero al igual que las esperanzas laborales de una generación se desplomaron a la misma velocidad que la bolsa, ahora, con la lenta recuperación de los mercados, las cifras de empleo también vuelven a florecer. En comparación con cifras del mismo mes de 2013, el desempleo juvenil en la Unión Europea disminuyó en 322.000 personas este año. Y de momento los pronósticos para 2014 y 2015 apuntan a que la estabilización continuará a paso lento pero firme.

Eso si, una mejora no significa que el problema se haya resuelto. Precisamente se ha celebrado esta semana el Evento Europeo de la Juventud para abordar el tema en cuestión.

Para varios países, la implantación del programa «Youth Guarantee», adoptado por el Consejo de Ministros de la Comisión Europea (CE) el pasado abril, supondrá también tener que imponer reformas estructurales. Por ejemplo, los servicios públicos de empleo deberán asegurar que los jóvenes reciben la ayuda adecuada para incorporarse al mercado laboral. En otros casos, los cambios deberán implementarse más a fondo, a nivel educativo. Este programa tendrá un coste fiscal pero desde la CE recuerdan que el precio a pagar por no actuar será mucho mayor. Ese dinero saldrá principalmente de dos fondos distintos: el Fondo Europeo Social y la Iniciativa para el Empleo Juvenil.

El trabajo a realizar no solo se debe focalizar en la ayuda económica a los jóvenes sino también impulsar aquellos sectores que se muestren más propicios para la creación de empleo. Por ejemplo, en el sector de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), según datos de la CE, en 2020 hasta 90.000 trabajos se podrían quedar sin cubrir debido a la falta de personal cualificado. Únicamente en el sector de las aplicaciones móviles se estima que en 2018 pueda dar trabajo a 4,8 millones de personas. Lo mismo ocurre en los sectores de la eco-industria, donde ya trabajan más de 4,2 millones de personas. La tendencia apunta a que esta cifra seguirá creciendo a medida que progresamos hacia economías sostenidas sobre estructuras de bajo consumo de carbono.

La movilidad será otro de los grandes retos de la Unión Europea. La tendencia actual muestra una preocupante división entre los mercados de los países del norte y del sur: en el norte falta mano de obra mientras que en el sur hay en exceso. Con iniciativas como Erasmus+ se aspira a abrir las fronteras entre distintos países y facilitar la colaboración dentro de la propia Unión Europea.

Asimismo, programas de microcréditos como el Programa para el Empleo e Innovación Social darán acceso a microcréditos por un valor total de 920 millones , buscando busca impulsar el emprendimiento..

Con tantas medidas, queda la cuestión de si los resultados se ven o no. A día de hoy, la Comisión Europea afirma que el trabajo de campo ya se ha hecho y que la prioridad ahora es acelerar la implementación. El éxito o no de las medidas dependerá de los estados miembros y la capacidad del propio sector privado para crear oportunidades.