Los tres secretos que han forjado el fenómeno social de Mercadona
¿Por qué son felices los empleados? ¿A qué obedece la fidelidad de los proveedores? Conoce el secreto de su éxito
josé jiménez
Mercadona es el Apple de la distribución española , algo más que una cadena de supermercados, un fenómeno social en toda regla. No diseña tecnología pero ofrece decenas de productos nuevos cada año. Tampoco necesita hacerse promoción porque de eso se encargan sus propios clientes. ... Tiene sus adeptos incondicionales y en muchas localidades de España, sus aperturas son fenómenos de masas. ¿Cómo ha conseguido llegar a la cima una de las miles de pequeñas empresas locales de distribución que había en España nada más estrenarse la democracia?
Esta es la pregunta que se ha hecho el periodista Javier Alfonso en la obra "Historia de un éxito: Mercadona" (Conecta). Y la respuesta daría para varios tomos, aunque todo podría resumirse en una sola expresión: "La cultura del esfuerzo". Bien sabe Juan Roig, el presidente de la empresa, qué significa esto del esfuerzo, precisamente porque él mismo no lo practicó durante su época de estudiante. Nacido en el seno de una familia acomodada, jamás pasó necesidades, aunque tampoco destacó por sus notas brillantes. Cuando decidió "hacerse a sí mismo", pasaba ya de los treinta. Con su título de licenciado en Económicas bajo el brazo, llegó a Cárnicas Roig en 1975 (el germen de Mercadona) con ideas frescas (como aplazar el pago a proveedores para financiar la actividad) y con ideas románticas (procurar la felicidad de los clientes y los trabajadores).
Pronto llegaría el primer revés, pues Roig no aceptó ser solo director financiero, lo que le costó ser despedido por su propio padre. Se hizo emprendedor a la fuerza aunque regresó a Mercadona como consejero delegado a principios de la década de los 80, para terminar controlando la sociedad tras comprar la participación de tres de sus hermanos. Fue entonces cuando tuvo que hacer frente a las grandes cadenas de distribución francesas como Continente o Pryca, más tardes fusionadas en Carrefour. A partir de ahí comienza el crecimiento en base a una estrategia, la Gestión de la Calidad Total en la que el cliente "es el jefe" y tanto empleados como directivos están consagrados a satisfacer sus necesidades. Estos son los tres principales secretos en los que se apoya el éxito de Mercadona.
1.- El «jefe»
En Mercadona, el cliente es "el jefe". Esta fue una de las lecciones que aprendió Juan Roig del consultor italiano Alberto Galgano, creador del modelo de calidad total de Toyota. Los clientes son el centro del trabajo diario. Para ellos elige marcas, lanza productos o abre tiendas. Y también son el principal peligro si deciden hacerse infieles. La estrategia pasa por mantener los precios bajos, en no ceder a la tentación de subir el margen en aquellos productos con mucha rotación, en convencer a los clientes (sin publicidad) de que les saldría mucho más a cuenta comprar en Mercadona.
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