Historia de las preferentes, el otro «pinchazo» de la burbuja española

Aunque empezaron a colocarse años antes antes, el mayor auge en la venta de participaciones preferentes comenzó en 2007 y se mantuvo hasta bien entrada la crisis en España. Solo entre 2008 y 2011, las entidades financieras colocaron un total de 12.552 millones de euros entre inversores minoristas , según datos recopilados por Europa Press.

Los empleados de banca, presionados a su vez por sus superiores, convencieron a clientes con escasa cultura financiera -jubilados en un más de un 80% de los casos- para invertir en productos que ni ellos mismos entendían . En primer lugar, a los ahorradores no se les informó explícitamente de que la rentabilidad no era fija a partir del segundo año, ni tampoco de que no estaba garantizada, ya que se calculaba a partir del Euribor. El dinero tampoco estaba protegido por el Fondo de Garantías de Depósitos y el producto se contrataba a muy largo plazo, tanto que en algunos casos resultaba imposible recuperar el dinero invertido hasta pasados 20 años, según denuncia la OCU .

En algunos casos era imposible recuperar la inversión hasta pasados 20 añosMucha de esta información sí se contenía en un contrato de 30 páginas plasmada en una letra muy pequeña. Un argumento que el antiguo expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha esgrimido en su defensa en el juicio que se celebra en estos momentos en la Audiencia Nacional . «Cualquiera que tuviera la más mínima curiosidad por las preferentes debería haberse leído el tríptico informativo que se les entregaba al contratarlas», declaró el banquero ante el juez el pasado 3 de marzo.

Sin embargo, el «engaño» no se quedó ahí y se siguió enredando. Algunas entidades como Bancaja, Caixa Laietana, Bankia y BFA han sido incluso expedientadas por la CNMV el marzo pasado por comisión de una «infracción muy grave» en operaciones de intercambio de prefrentes entre clientes «a precios significativamente alejados de su valor razonable».

Los tenentes de preferentes también han tenido que pagar parte de las consecuencias de la ayuda financiera de Bruselas a la banca española. A cambio del dinero inyectado a los bancos, la Comisión Europea exigía en el MoU que estos inversores sufrieran una quita en sus productos. El FROB, haciéndose eco de este mandato europeo, estableció más tarde una quita para los clientes de la banca rescatada : del 38% para las participaciones preferentes de Bankia; del 61% para las de Catalunya Banc del 43% para las de Novagalicia Banco; del 50% en el caso de Banco Gallego y del 90% en el de Banco de Valencia. En algunos casos, como el de Bankia, las preferentes fueron además canjeadas por acciones, condenadas a bajar de precio en su salida a Bolsa.

Gracias a los procesos de arbitraje, más de 60% de los pequeños ahorradores de Bankia, Novagalicia Banco y Catalunya Banc que recurrieron al arbitraje habían recuperado su dinero hasta febrero de este año, tal y como anunció entonces el presidente del FROB, Fernando Restoy. Traducido a cifras absolutas, esto supone que a un total de 269.379 clientes se han embolsado 1.890 millones de euros. Una cifra que, obviamente, seguirá aumentando hasta que se cierren todos los procesos de arbitraje.

Los casos en los que ha perdido la Banca son aquellos en los que los clientes han demostrado no tener ni idea de que productos contrataban. Otros, una minoría, sabían dónde se estaban metiendo y por tanto han rechazado reclamar tanto por esta vía como por la judicial. Esta última vía para recuperar la inversión, utilizada principalmente por quienes depositaron más de 10.000 euros y que reclaman en su totalidad unos 175 millones de euros, también está siendo favorables a más de la mitad de los clientes. De momento, y según el presidente del FROB, «solo se han cerrado en torno al 14% de los procesos judiciales iniciados por estos casos».

El cliente ha de acreditar que no sabía dónde se estaba metiendo Uno de estos ejemplos que se acercan final feliz es el del matrimonio José Luis C.M y Milagros M., quienes demandaron al Banco Ceiss para pedir la anulación del contrato de preferentes y deuda subordinada. La sentencia del Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Cáceres, sobre la que todavía cabe recurso, estableció que la entidad debía devolver casi 26.000 euros a los dos clientes por «error» en la prestación del consentimiento.

También se han registrado decisiones judiciales a favor de los bancos. Como muestra encontramos dos sentencias de los Juzgados de 1ª Instancia número 6 y 2 de Salamanca a favor de Banco Ceiss que respaldan la venta de preferentes y subordinadas por 145.000 euros a varios clientes al considerar los jueces que se les proporcionaron datos convenientes a los ahorradores a través del tríptico informativo.

Mientras, el proceso continúa, y aunque ya empieza a ver el final, ha dejado hondas cicatrices en la sociedad española. Los últimos años hemos asistido a agresiones a empleados de banca y a frecuentes manifestaciones de jubilados estafados en las calles españolas. También hemos visto a expresidentes de grandes entidades, como Blesa sentados en el banquillo de la Audiencia Nacional, que investiga ahora la comercialización de estos productos que han hecho estallar la segunda «burbuja» española.

Por otro lado, ha cambiado la forma de operar de los bancos. Tras el rescate bancario, algunas entidades, como es el caso de Bankia, ha simplicado y agrandado la letra de sus contratos e incluso ha introducido un código ético a tener en cuenta a la hora de comercializar productos financieros.

Gran parte de la ciudadanía sigue sin saber con precisión qué son las preferentes, pero su estallido ha sembrado la desconfianza en las entidades financieras entre la sociedad española. La regla de oro a aplicar para no meterse en problemas financieros sigue siendo muy básica: si no lo entiende, no lo contrate. Y vaya más allá, no dude en salir corriendo.