¿Caminan Rusia y Ucrania hacia la recesión?
La inversión empresarial cae en Moscú y arrastra su economía, mientras Ucrania espera un rescate internacional de su deuda
luis p. arechederra
Los conflictos geopolíticos (Siria, Snowden , Ucrania) han alejado el foco de la situación económica de Rusia, en claro declive. Una economía que creció «solo» un 1,4% en 2013 y que apunta hacia el estancamiento, una situación impensable hace unos años. «En 2014 el ... crecimiento, si lo hay, será menor del 1%, y hay una probabilidad significativa de que caiga en registros negativos», explica el analista Oleksiy Blinov, del think tank Alfabank, con sede en Kiev. El Banco Mundial también ha rebajado sus expectativas: espera un aumento del 1,1% del PIB en 2014, cuando antes preveía un 2,2%.
Hace poco tiempo, Rusia era una de las locomotoras del mundo. En 2008, por ejemplo, su economía creció un 8,5%. La crisis financiera global debilitó las exportaciones del país, al empeorar el poder de compra de muchos países del entorno. Entonces la demanda interna y la inversión sostuvieron un crecimiento importante, aunque más moderado (un 4,3% en 2011; un 3,4% en 2012). Pero desde mediados de 2012 esa inversión está cayendo. Y, con ella, toda la economía.
El principal problema, según Mark Adomanis, experto en Rusia y colaborador de Forbes, es «el declive de la inversión, seguido por la huida de capitales». «La gente está cada vez menos convencida de que sus inversiones en Rusia son rentables y seguras», explica. «No es un problema de demanda, como en Europa Occidental». Ildar Gazizullin, analista del think tank Ukrainian Institute for Public Policy, opina que «la única razón por la que Rusia ha sido popular entre los inversores es el gran tamaño de su mercado».
Muchos expertos asumen que el país debe reformar su modelo. Como Andrei Makarov, presidente del comité de presupuesto e impuestos de la Duma (la cámara baja del Parlamento ruso), quien dijo a finales de 2013 que «esto es una crisis de modelo».
¿De qué modelo económico hablamos? El crecimiento del país depende de la exportación de petróleo y gas , materias que suponen dos tercios del total de exportaciones. «Esto hace que Rusia sea muy vulnerable al precio y la demanda de petróleo», opina Gazizullin. Rusia, no se puede olvidar, es el primer suministrador de petróleo del mundo, con un 13% de la producción. Aporta el 30% del gas natural que consume Europa. El problema es que la fuerza de este sector impide el desarrollo de otros. Sin petróleo, el país tiene un déficit del 10%.
Mal clima de negocio
La crisis política y militar con Ucrania puede incrementar los problemas. A comienzos de marzo, la tensión hizo que los mercados bursátiles rusos cayeran un 10%. A la vez, el banco central del país elevó los tipos de interés y gastó 10.000 millones de dólares de reservas para fortalecer la moneda nacional, el rublo. Una moneda que se depreció en febrero un 4,3% respecto al dólar norteamericano y un 4,4% respecto al euro. Adomanis cree que el banco central no tenía alternativa para proteger su moneda, pero vaticina que los elevados tipos de interés llevarán a Rusia a la «recesión en los próximos dos o tres trimestres». Todo ello está acelerando el ritmo de salida de capitales, coinciden Blinov y Gazizullin.
A todo esto se añade el efecto de las sanciones que están imponiendo la UE y EE.UU. Unas represalias que impactarán «a largo plazo, en tres o cinco años», razona Gazizullin. «Rusia tendrá problemas para acceder a los mercados de capital extranjeros y para mejorar su competitividad». Adomanis es más escéptico: argumenta que la mayor parte de las exportaciones de Rusia son materias primas (un 90%) que van al mercado mundial, «algo que no es fácil castigar». En su opinión, el daño a la economía rusa será natural: en la bolsa, en los mercados de bonos y en la caída de la inversión extranjera.
Unas sanciones que, en cualquier caso, serán decididas con cautela, ya que muchos países europeos tienen grandes lazos comerciales con Moscú. Congelar sus activos financieros, por ejemplo, golpearía a los bancos franceses, predice Deustche Bank. Alemania ya está sintiendo los daños colaterales. Debido a la crisis, la confianza de las empresas alemanas se ha frenado por primera vez desde octubre. En cualquier caso, estas medidas dañarían más a Moscú que a la UE, concluye un informe del Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo).
La situación económica es mucho más alarmante en Ucrania, que apenas ha crecido en los últimos años: un 0,3% en 2012 y un 0% en 2013. Está estancada. La actividad que más aportó en 2013 fue la agricultura y el único tirón vino del consumo privado.
Pero Ucrania lleva mucho tiempo siendo improductiva. Gazizullin señala que la explicación más sencilla es que «no ha habido reformas durante muchos años. Ucrania está mucho peor que sus vecinos en todos los ránkings internacionales: transparencia, facilidad para hacer negocios...».
El colaborador de Forbes argumenta que «Ucrania ha dado una lección de cómo no dirigir una economía». «Desde que se independizó de la URSS ha manipulado el tipo de cambio y ha subvencionado la compra de gas natural ruso».
Uno de sus principales problemas es que no puede afrontar el pago de su deuda, para lo que espera un rescate del FMI . El primer tramo de la ayuda podría llegar a finales de este mismo mes, sostiene Hanna Cherednychenzo, del think tank The International Centre for Policy Studies.
Blinov cree que uno de los grandes riesgos es la presión que puede ejercer Rusia, a la que Ucrania destina el 26% de sus exportaciones. «Sobre todo en lo relativo al acero, la maquinaria de construcción y los alimentos». Ucrania es un gran jugador en el mercado mundial del maiz y del trigo.
El turismo de Crimea
Muchas de las exportaciones industriales van a parar, precisamente, a compañías públicas rusas, un flujo que podría entorpercerse con la tensión. Cambiar la dirección de este comercio no será fácil, razona Cherednychenzo. «Algunos bienes no pueden competir en otros mercados». La industria del acero es una de las más importantes: la caída de sus precios fue lo que provocó el gran descenso de su PIB en 2009: de un 15%, recuerda Adomanis.
El actual foco del conflicto, Crimea , la región anexionada por Moscú, supone un 4% del PIB de Ucrania. Vive de la agricultura y, sobre todo, del turismo y los servicios (suponen un 40% de su economía). «Es una región pobre según los parámetros rusos. Será una carga para el Kremlin, ya que no tiene ninguna industria productiva», concluye Adamonis.
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