La banca solo podrá devolver la mitad de las ayudas públicas recibidas

Así, según ha podido saber ABC, la recuperación de ese capital no llegará al 50% de la cifra total. Eso sí, BFA-Bankia , la entidad que más dinero ingresó en ayudas, y sobre la que había muchas dudas respecto a su capacidad y compromiso de devolución, podría hacerlo en hasta el 60% de los 22.424 millones recibidos (13.454 millones). De hecho, ya ha empezado a devolverlas.

Y es que a día de hoy, el total de las cantidades públicas recibidas por el sector, sin contar con las aportaciones del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD, que alimenta el propio sector) y participaciones preferentistas, asciende a 56.997 millones de euros (ver cuadro adjunto). El 80% de esa cantidad fue a parar a manos de tres entidades españolas que tuvieron que ser nacionalizadas para ser salvadas: Bankia, Novagalicia y Caixa Catalunya. Es decir, 43.528 millones.

Mientras, el propio gobernador del Banco de España, Luis María Linde , no se ha atrevido a garantizar que los contribuyentes españoles fueran a recuperar toda la ayuda concedida al sector. «¿Cuánto se recuperará del dinero público a la banca? No lo sé», se preguntaba y respondía en el Senado tras ser interpelado por la vuelta al Estado de los más de 60.000 millones inyectados, no solo capital público, al sector. Sí daba por seguro que al menos una parte será recuperada, pero ignoraba en qué cuantía. Según cifras de la autoridad presidida por Linde, la banca española ha obtenido ayudas financieras -comprometidas en diferentes formas de capital- por valor de 61.366 millones de euros desde mayo de 2009, cuando el sistema financiero empezó a mostrar sus goteras. El primer pago de los 41.000 milllones inyectados desde Europa llegó en diciembre de 2012.

Del total de esos 61.366 millones, el Banco de España desagrega los tipos de ayuda: las aportaciones del FGD , además de las ejecutadas en forma de compra de participaciones preferentes convertibles, computables como recursos propios, resultantes del decreto de 2009 (FROB 1); seguidas de las adquisiciones de acciones (FROB 2, de 2011), aunque más de la mitad son capital inyectado después de la ley de septiembre de 2012, en el marco del rescate europeo.

Ahora bien, algo de ese capital sí se está recuperando. Es lo comprometido con Bruselas, y algunas entidades están haciendo sus deberes, sobre todo, Bankia , en la que el Gobierno tiene puestas todas sus esperanzas para recuperar gran parte de lo inyectado al sector. Su presidente, José Ignacio Goirigolzarri , sigue con el tremendo ajuste «obligado» que comportaba el recibir capital público. Y, tras solo un año bajo el plan de Bruselas, lograba volver a beneficios en 2013 (Bankia, un beneficio de 509 millones y el grupo BFA, de 648). Un beneficio que aprovechaba para provisionar 825 millones de cara a pagar el coste del arbitraje de las preferentes. Un dinero que, al igual que las ayudas recibidas, vuelve al contribuyente.

En paralelo, Bankia aceleraba a lo largo de 2013 los ajustes pactados con Bruselas con lo que en breve cerrará el recorte previsto de 1.100 oficinas y 4.500 empleados y, se sometía un plan de desapalancamiento, especialmente centrado en la cartera inmobiliaria. Pero con lo que realmente convencía al Gobierno y al mercado, fue con el esperado proceso de su privatización y sacaba a Bolsa a finales de febrero el 7,5% de las acciones en manos del Estado que, tras esta primera colocación, posee aún casi el 61%. El objetivo de la venta era dotar a la acción de Bankia de mayor liquidez. Y fue todo un éxito. Los compradores, institucionales todos, fueron fundamentalmente fondos de inversión y fondos de pensiones, lo que le sirvió al Gobierno para sacar pecho: «esto demuestra que se ha producido un cambio en la percepción y en la realidad de nuestro sistema», afirmó De Guindos.

Fuentes financieras aseguran que que durante 2014 habrá al menos una nueva colocación, si bien la privatización total -con margen dado por Europa hasta 2017- estará en dos años. Esta colocación, el primer paso definitivo para la devolución de las ayudas, no da como para compensar los 22.424 millones de dinero público inyectados en Bankia, pero la venta de este 7,5% ha permitido al Estado recuperar 136 millones de euros. Mientras, la matriz del grupo BFA, de la que el FROB tiene el 100% del capital, ingresó 1.304 millones por las acciones.

Una salida a Bolsa que se completará con los siguientes tramos de privatización, el reparto de dividendos que previsiblemente se empezará a realizar en 2015 -con cargo a los resultados de 2014- y la venta de las participaciones que BFA tiene en empresas como Iberdrola o Mapfre. Hasta ahora, el grupo BFA ha logrado 2.500 millones por venta de cartera, que se han destinado a provisiones. Cantidad que crecerá puesto que aún conserva, por ejemplo, un 25% de Realia, un 18% de Deoleo y un 5,1% de Iberdrola.

Sin embargo, fue CaixaBank la primera entidad en devolver las ayudas públicas que Banca Cívica -adquirida en 2011 por la catalana- recibió del FROB 977 millones de euros. Mientras, Catalunya Banc (controlada en un 66% por el FROB y en un 32% por el FGDEC, recibió 12.052 millones) y Novagalicia (de la que el FROB controla el 63% del capital y el FGDEC tiene el 26%, 9.052 millones), son las otras dos nacionalizadas a las que más fondos públicos se les inyectó, pero de las que no se espera mucho más de lo visto hasta hoy.

En el caso de la gallega, se han podido recuperar 71 millones de euros, tras la venta de acciones a varios empresarios gallegos, y los 1.003 millones de la reciente venta de la entidad a la venezolana Banesco: 913 millones por Novagalicia en sí y otros 90 por la cartera de fallidos. Además, la operación se realizará a plazos, con un primer pago de 313 millones en cuanto se cierre la operación y el resto a desembolsar hasta 2018. A bote pronto, la operación arroja unas pérdidas para las arcas públicas de 8.000 millones teniendo en cuenta el importe total del rescate, pero la letra pequeña del acuerdo puede ampliar este agujero.

De hecho, el propio presidente del FROB, Fernando Restoy, avanzaba en su comparecencia ante el Congreso tras esta venta de que habrá que añadir «pérdidas adicionales» a Novagalicia. «En todo caso, debemos ser conscientes de que si no hubiéramos ido por esta vía de la nacionalización y venta, la única alternativa era una liquidación de la entidad y eso habría costado 13.000 millones», defendía Restoy.

Y mientras aumentan las dudas sobre la posibilidad de poder recuperar ni medio euro de lo inyectado a Catalunya Banc -el FROB no encuentra quién compre la entidad, y ha tenido que posponer ya en dos ocasiones su subasta, por lo que está intentando vender alguna de sus unidades de negocio y carteras de fallidos más participaciones-, Liberbank y BMN cumplen con lo pactado.

Liberbank, entidad surgida de la fusión entre Caja de Extremadura, Caja Cantabria y Cajastur -que previamente había absorbido CCM-, tiene intención de devolver este año los 124 millones que recibió del FROB a través de una emisión de cocos o bonos contingentes convertibles, una modalidad que evitó la presencia directa de capital público en el accionariado de la entidad, que salió a cotizar en mayo de 2013. Además, según lo pactado con Europa, Liberbank tiene de plazo hasta abril de 2015 para devolver esas ayudas, igual que el resto de entidades del denominado grupo 2, aquellas que recibieron capital público pero evitaron la nacionalización: BMN, Caja3 y Ceiss.

BMN es otra de las entidades que cumple y de la que el FROB se siente especialmente orgulloso y esperanzador. De los saneamientos que ha tenido que realizar, cerca de 8.500 millones, recibió ayudas por un total de 1.645 millones. Una ayuda que espera devolver, y que podría hacerlo una vez que salga a Bolsa, en línea con la estrategia seguida por Bankia, eso sí, no antes de 2015. «La entidad va por muy buen camino gracias al esfuerzo y a la profesionalidad de sus directivos y empleados. Su futuro es muy positivo porque ha preservado su implantación regional, ha mantenido la generación de ingresos y ha reducido los gastos», aseguraba hace unos días el director general del FROB, Antonio Carrascosa.

No obstante, parte del dinero inyectado se había dado por perdido hace tiempo. De ese dinero perdido la cuantía mayor, hasta el momento, la constituye la correspondiente a los recursos inyectados en entidades financieras que, tras ser rescatadas, han sido vendidas a precios simbólicos a otras entidades «sanas»: La CAM -vendida por 1 euro a Banco de Sabadell tras recibir una inyección de 5.800 millones; Unnim -vendida por un euro a BBVA tras recibir 948 millones; Banco de Valencia, vendido por un euro a Caixabank y una inyección de 5.500 millones; y de las ya casi olvidadas Cajasur y CCM. La última, Ceiss. Comprada finalmente por Unicaja con 241 millones del FROB.

En definitiva, más vale pájaro en mano... Y los depósitos, a resguardo.