El pacto de Iberia con los pilotos, solo «pendiente de redacción»

Del «sí» de Sepla dependen dos de los aspectos más relevantes para la recuperación de la aerolínea: la capacidad operativa del grupo IAG en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas y el desarrollo de su filial de bajo coste, Iberia Express.

En este sentido, el principio de acuerdo incluye la supresión del escalafón único entre las plantillas de Iberia Express e Iberia que impuso el laudo dictado en 2012, aunque se mantendrían las limitaciones de oferta para la filial de bajo coste en un porcentaje aún en negociación. Esto no será óbice para que a los segundos de a bordo de la matriz se les permita ser transferidos a la «low cost». Tras ello, podrían volver a Iberia de nuevo como segundos a la espera de una vacante.

Otro de los puntos más relevantes será la modificación del anexo 10 para acercarlo al modelo de British Airways . Esta cláusula, presente en su convenio, determina que los vuelos de largo radio hacia y desde el «hub» madrileño deben ser realizados por pilotos de la antigua aerolínea de bandera.

Preguntada por este periódico, un portavoz de la compañía rechazó realizar comentarios sobre las negociaciones en curso. Pero, en principio, esta propuesta se amolda a las exigencias de la compañía, que siempre ha defendido Iberia Express como un modelo de eficiencia y alternativa a las «low cost» extranjeras.

Aunque pilotos y compañía han avanzado de manera significativa, el consenso parece estar lejos para el resto de colectivos (tierra y tripulantes de cabina). La situación continúa sin variaciones desde mediados de enero. Las organizaciones de los trabajadores exigen un compromiso adicional de la empresa para «avalar el cumplimiento» del convenio durante el tiempo que esté en vigor (hasta 2017) y garantías de empleo. Para los trabajadores de tierra, la fecha en que se suscriba el acuerdo es esencial: en marzo AENA comienza a licitar los concursos de «handling» (asistencia en tierra), en los que Iberia tiene previsto competir