2014: la clave, los autónomos

Solo hay que ver las últimas previsiones de organismos internacionales o la evolución de nuestra prima de riesgo para darse cuenta de que hemos recuperado la confianza como país y que cada día se alcanza un mayor consenso en el exterior sobre nuestra capacidad de recuperación.

Hay solamente una mancha negra en nuestro expediente, el paro. En poco más de dos años, hemos iniciado un proceso de restructuración profunda de nuestro sistema financiero, del sector público y de nuestras cuentas. Se ha reformado el mercado laboral y, por primera vez, se han tomado iniciativas concretas para y por los autónomos y emprendedores españoles.

Pero al igual que todavía la economía real no ha percibido la mejora macroeconómica de España, tampoco nos hemos dado cuenta de que estamos ante un profundo cambio de paradigma en el empleo que muchos aún no están dispuestos a aceptar o que algunos creen que será pasajero.

Y ese nuevo paradigma es el trabajo autónomo . Una figura capaz de autoemplearse y emplear a su vez, asociada a una nueva cultura del trabajo basada en la iniciativa empresarial, el esfuerzo y la innovación. Cuya masa crítica es tal, que puede por sí sola transformar nuestro modelo productivo o reducir el paro a la mitad de un plumazo contratando cada uno de ellos a un solo trabajador. Un colectivo que cada día tiene más voz. Una voz cada día más única, unida y más reivindicativa. Porque son muchos, pero serán más.

La mejora de los datos de empleo especialmente en el último tramo de 2013, ha estado protagonizada principalmente por este colectivo. El trabajo autónomo ha creado en un año de recesión 90.000 puestos de trabajo (29.000 autoempleados más y 59.000 puestos de trabajo asalariado). Y lo han hecho, pese a la falta de crédito, la excesiva carga fiscal, la morosidad o la competencia desleal de una economía sumergida cada día más fuerte.

Tras cinco años de caída, en 2013 España ha liderado el crecimiento de autónomos en Europa creciendo a un ritmo seis veces superior que la media de la Unión Europea. Los autónomos son por tanto los claros protagonistas de la mejora de la evolución del empleo en 2013 y serán la clave de la recuperación del mismo durante 2014. Un año en el que seguirán recuperando terreno perdido y que con un crecimiento de la economía que ronde el 1%, podrían llegar a generar 150.000 nuevos puestos de trabajo y constituirse 50.000 autónomos más.

Pero no debemos ser complacientes, queda mucho camino, muchas personas en el paro y muchos autónomos asfixiados por la situación económica. Por eso nos quedan grandes retos este año.

Necesitamos que fluya el crédito de verdad . Seamos imaginativos y busquemos sistemas alternativos de microfinanciación, bancarizada o no, para los autónomos y emprendedores persona física. Regulemos que hoy el 80% de los banqueros de este país son familiares y amigos e incentivemos que el ahorro se convierta en inversión productiva.

Es de sentido común, y no de izquierdas o derechas, que la economía real necesita que se alivie su carga fiscal para reactivar el consumo y la actividad. Busquemos mayor justicia fiscal estableciendo, por ejemplo, la progresividad en las retenciones a profesionales. No debe ser igual retener un 21% al autónomos que tiene unos ingresos de 1.000 euros como al que tiene unos ingresos de 6.000 euros, como no es lo mismo la retención al asalariado mileurista que al que está en la base máxima.

Tampoco tiene lógica que existan 700.000 autónomos con unos rendimientos superiores a 30.000 euros anuales y cotizando por una base mínima de 11.000, ni 400.000 autónomos cuyos ingresos no superen los 10.000 euros cotizando por la misma base.

Las cotizaciones tienen que ir claramente en función de los rendimientos netos, para que los que ganen más paguen más y los que ganen menos paguen menos. Los autónomos necesitan mejores prestaciones, pero para ello el RETA debe ser viable y solidario, y los responsables deben huir de las subidas lineales que solo perjudican al más débil.

Como en otras ocasiones, parece que España está a punto de sorprender al mundo, pues como en veces anteriores, nos hundimos más que nadie pero salimos antes y más fuertes que el resto. Y como siempre, aunque algunos solo lo vean ahora, los autónomos son la clave. Nos están arrastrando a la superficie, pero los flotadores deben ponerlos otros, si no nunca llegaremos a la orilla, ni podremos evitar que otra ola nos hunda de nuevo.