Las fortalezas de un sector turístico español que bate todos los récords

Un marco incomparable

Motor económico infalible desde hace más de medio siglo, el sector turístico español ha vuelto a batir todos sus récords en 2013. 60,6 millones de turistas extranjeros visitaron nuestro país el año pasado, un 5,6% más que en 2012, ejercicio en el que, con 57,7 millones de llegadas, ya se había regresado a los niveles previos a la crisis (el anterior tope histórico fueron los 58,7 millones de 2007). Con estas cifras, España ha recuperado el tercer puesto del turismo mundial, solo por detrás de Francia y Estados Unidos, y supera a tradicionales competidores como China (que el año pasado aún ocupaba el tercer cajón del podio), Italia o Turquía. El PIB turístico creció en 2013 un 0,8 % y las previsiones son que este año lo haga un 1,8%, pese a que el mercado doméstico sigue aún débil. Y, a falta del dato del último mes del año, el gasto de los turistas extranjeros suma 55.896 millones de euros hasta noviembre, un 8,7% más que en el mismo periodo de 2012.

Es indudable que España juega con ventaja. El buen clima y un paisaje variado y espectacular (nuestro país ocupa el tercer puesto mundial por porcentaje de superficie protegida) son unas cartas excelentes, una mano ganadora. Pero el sector ha sabido renovarse y reinventarse para mirar de tú a tú a los principales jugadores mundiales. Nadie puede negar que el turismo en España es sol y playa, pero tampoco que es mucho más que eso.

Una oferta diversificada

Una de las claves del éxito del sector turístico español ha sido la de saber diversificar sus propuestas más allá del evidente reclamo de la costa. Multiplicar la oferta de ocio, aprovechar la riqueza histórica y monumental de un país que cuenta con el segundo patrimonio cultural a nivel mundial, explotar el filón del turismo de reuniones, intentar desestacionalizar la oferta y potenciar los destinos de interior son algunos de los factores que han permitido tomar impulso para dar el gran salto adelante que ahora evidencian las cifras de visitantes. El esfuerzo porque España no sea un destino exclusivamente relegado a los meses de estío se traduce en números como los 3,1 millones de turistas que eligieron nuestro país en el pasado mes de diciembre, un 16,3% más que hace un año.

La conquista desde el estómago

Una mención aparte en la diversificación de la oferta turística de nuestro país merece la gastronomía. En 2012, la reconocida cocina española atrajo a 5,6 millones de turistas internacionales, cuyo gasto medio diario destinado a actividades gastronómicas se incrementó en un 12,2% respecto al ejercicio anterior, con 107,65 euros. La gastronomía figura como valor destacado entre la satisfacción de los turistas internacionales que visitan nuestro país, según la encuesta Habitur, elaborada por el Instituto de Estudios Turísticos (IET), que mide anualmente los hábitos de los visitantes extranjeros. Los visitantes creen que la mejor mesa se disfruta en La Rioja, con 9,2 puntos de media, seguida por Asturias, Extremadura y Navarra, con 8,8 puntos, respectivamente. Una reciente encuesta de TripAdvisor situaba a nuestra gastronomía como la segunda favorita de los europeos, sólo por detrás de la italiana.

El equilibrio entre calidad y precio

Aprovechar al máximo las posibilidades que terreno y clima ofrecen y apuntalar la oferta apuntado en el mayor número de direcciones posible no hubiera servido de gran cosa sin el factor que marcó la verdadera diferencia: la calidad. En los años sesenta del pasado siglo, el sector creció febril pero desordenado bajo el impulso de unos precios que no admitían competencia en Europa, pero ese modelo tenía un vuelo corto. El turismo español supo reinventarse y reestructurarse a partir de los años noventa, acometiendo un importante esfuerzo en infraestructuras de comunicación y en la modernización de la planta hotelera que ha dado sus frutos. El 80% de los visitantes repite, al puntuar su estancia en España con una nota sobresaliente. Y el 40% lo hace como mínimo cinco veces. «No hay que seguir obsesionados con aumentar el número de turistas (...) sino que hay que aumentar el gasto medio del visitante, que ahora se sitúa por encima de los 900 euros. Y eso sólo se consigue con calidad», apuntaba ayer el Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros en el VII Foro de Liderazgo Turístico de Exceltur.

Diversificación de los destinos de procedencia

España fue capaz de mantener en 2013 el crecimiento en los principales países emisores de turistas, los que constituyen nuestra tradicional fuente de visitantes: Reino Unido, con un 23,6% del total, que creció un 5,2% (14,3 millones de turistas); Alemania, con el 16,2%, que aumentó un 5,8% sus turistas (9,8 millones), y Francia, con el 15,7% del total, que registró un alza del 6,8%, hasta 9,5 millones. Pero también ha ido fructificando en los últimos años la apuesta por la búsqueda de los visitantes procedentes de naciones emergentes y de los países nórdicos, reconocidos por su alto poder adquisitivo y capacidad de gasto (más de un 40% superior al de resto de visitantes). El año pasado, los Países Nórdicos supusieron ya el 8% del total, con un aumento del 16,9% (4,8 millones de visitantes). Y, de forma muy significativa, destaca el aumento del turismo ruso, que aportó un 2,6% de las llegadas internacionales en 2013, con 1,58 millones de visitantes. Esa cifra supone el mayor incremento porcentual, un 31,6%, de cualquier mercado emisor.

La crisis en el Norte de África

En el permanente sprint que vive el sector (cuatro años consecutivos de crecimiento de visitantes, dos con récord absoluto de ingresos) también ha tenido su parte de involuntaria contribución la inestabilidad política y social que ha azotado en este periodo a otros competidores directos, en especial el Norte de África. Exceltur calculó que las recientes tensiones políticas en Egipto y Turquía, especialmente virulentas en el primer caso, se habrán traducido en unos 730.000 turistas adicionales para nuestro país. «Lo más barato no es lo más seguro. España, siendo más cara, está a salvo de incertidumbres», afirmó el vicepresidente de este organismo, José Luis Zoreda. Pero como recuerda el presidente del World Travel & Tourism Council, Michael Frenzel, «estos destinos se recuperarán, por lo que que se debe trabajar para lograr una estrategia más sostenible basada en la calidad».