La gran apuesta del lujo «made in Spain»

En la actualidad, rusos, alemanes y chinos (con una clara previsión de crecimiento en otros países asiáticos) son los principales clientes de este sector, que a nivel mundial ha tenido un crecimiento positivo, del 10% en 2012, según el citado estudio. La estimación es que el mercado global de bienes de lujo crecerá un 50% más rápido que el PIB mundial, con expectativas de crecimiento del 4 ó 5% en 2013 y un promedio de entre un 5 ó 6% anual en 2015, camino de sobrepasar el umbral de los 250.000 millones de euros a mediados de la década.

En España, 2012 se cerró con una cifra de facturación de productos y servicios de lujo de 4.788 millones de euros, un 15% más que en 2011. Barcelona es hoy la ciudad que corona el ranking de destinos de lujo en España, con un 32%, seguida de Madrid (27%), Marbella (18%), Ibiza (8%) y Mallorca (5%). Y dentro de este sector, el de la belleza es uno de los más destacados y que más consumidores atrae. Solo el mercado de la perfumería logró en 2012 mantenerse facturando más de 6.000 millones de euros, de los cuales 2.400 millones proceden de la exportación, según cifras aportadas por la Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), quien concentra al 81,10% del sector. Los porcentajes no dejan de ser significativamente «pequeños» si se comparan con el peso global de la industria y las posibilidades de atracción de la misma en un país que se caracteriza por su lúdico estilo de vida.

No obstante, los datos demuestran que «España es un valor seguro y en alza en cuestión de belleza» , tal y como afirman desde Luxury Spain, y que las posibilidades de crecimiento son inmensas una vez que se han abierto nuevas vías comerciales con países y zonas geográficas con un alto poder adquisitivo. Quizá la mayor apuesta sea dar a conocer algunas de nuestras marcas de lujo más importantes, auténticas desconocidas para el ciudadano medio español.

Es el caso Tresserra Collection, que exporta el 95% de su producción. Con sede en Barcelona, fabrica refinados muebles cuyo precio oscila entre los 2.800 euros de una silla y los 110.000 de una mesa de billar. Emplea a doce trabajadores y posee dos tiendas propias, una en la capital catalana y otra en París. En España no se valoran demasiado sus productos, pero fuera sí: sus creaciones decoran las mansiones de Margaret Thatcher, Keanu Reeves, Tina Turner, Brad Pitt y Donatella Versace. Pero también es el caso de una de las firmas de lujo españolas con más seguidores en China y Estados Unidos, y menos asociada al lujo y el buen gusto en suelo patrio, las porcelanas de Lladró.

Volviendo al caso de la belleza y coméstica, es un sector que -según el Ministerio de Trabajo- genera unos 35.900 empleos directos y unos 150.000 indirectos. Pero son medio centenar de empresas las que resaltan dentro del sector y de cara al exterior, en el mundo de la cosmética, peluquería, estética, spa y wellness.

Con la intención de impulsar este sector, la Asociación Española del Lujo presentó recientemente el sello de calidad «Luxury Spain Beauty». Por primera vez, marcas españolas que son la referencia en el sector de la cosmética de lujo -Alqvimia, Ángela Navarro, AntiagingShop, Carmen Navarro, Germaine de Capuccini, Hierbas de Ibiza, Mesoestetic o Ramón Monegal, entre otras- han presentando un proyecto conjunto amparado por la Asociación Española del Lujo.

Con esta iniciativa empresarial se plasma una apuesta por seguir creciendo también fuera del territorio nacional, internacionalizando e incrementando el número de ventas en el mercado exterior.

Hoy en día, los principales países consumidores de cosmética de lujo son Turquía, Hong Kong, Alemania y México; pero sobre todo, Oriente Próximo, donde destinan un gran porcentaje de su consumo a la cosmética y perfumería. Arabia Saudí se sitúa en primer lugar dentro de los tres países de la zona con mayor consumo de este tipo de productos, seguido muy de cerca por Irán y Emiratos Árabes Unidos.

Otro gran protagonista es el «Gran Turismo de Lujo», un mercado que ha vivido una enorme expansión, impulsado principalmente por factores como el prestigio y la gran reputación de las marcas nacionales, profesionales, spas y centros de belleza, entre otros. Y otro de los mercados nacionales que tiene la posibilidad de atraer al turista internacional del lujo.