FCC, la constructora en crisis que seduce a los magnates de Wall Street
La constructora controlada por la familia Koplowitz afronta un periodo difícil, lastrado por la refinanciación de su deuda, pero logra atraer a las grandes fortunas

El pasado mes de octubre, una noticia que podía haber pasado desapercibida por su importe (algo mas de 110 millones de euros , una cantidad no excesivamente alta para este tipo de operaciones corporativas) fue amplificada por los políticos españoles y los medios de comunicación: Bill Gates , el fundador de Microsoft y una de las mayores fortunas del mundo, adquiría un 6 % del capital de FCC y se convertía en el segundo mayor accionista de la histórica constructora española ligada a la familia Koplowitz .
No se trataba solo de una muestras de interés hacia la compañía que hace unos años se encontraba en la cúspide de la edad dorada del ladrillo en nuestro país, sino que, además, por la relevancia de sus comprador, evidenciaba que los grandes capitales extranjeros habían dejado de ver a España como ese país que caminaba por la cuerda floja del rescate y la ruptura del euro. Un país que no ofrecía garantías de inversión.
Por su parte, FCC volvía a acaparar los titulares, tras un año difícil en el que el único soplo de aire fresco había llegado desde Arabia Saudí, con la consecución de un contrato valorado en más de 1 . 700 millones de euros para construir tres líneas de metro en Riad. 2013 bien podría ser el “año cero” de una compañía que ha reflejado, probablemente con mayor fidelidad que ninguna otra, los claroscuros de la economía española y que también puede simbolizar su incipiente restablecimiento y su renovado atractivo internacional, como puso de relieve, de nuevo, la entrada de otro magnate de renombre, George Soros , en el accionariado de FCC la semana pasada.
La ecuación del alza y declive de esta compañía contiene algunos de los principales factores que han lastrado a la economía española: mercado inmobiliario , obra pública y elevado endeudamiento . Este grupo de construcción era uno de los más expuestos del sector al “boom” del ladrillo residencial, a través de Realia (cuyo capital se repartía con la extinta Caja Madrid).
La inmobiliaria logró el pasado mes de septiembre sortear el concurso de acreedores al que parecía abocada tras lograr la refinanciación de 847 millones de euros (que ha reducido hasta los 792 millones) ligados a un préstamo suscrito por numerosas entidades financieras, entre las que figuran BBVA , Santander y CaixaBank . Un proceso en el que ha jugado un papel esencial el llamado “banco malo”, la Sareb , que asumió parte de esta deuda. Sin embargo, el pasivo financiero de esta sociedad inmobiliaria continúa siendo elevado, superior a los 2.100 millones de euros. Tanto Bankia como FCC ya han puesto el cartel de “se vende” a sus respectivas participaciones y han encomendado la búsqueda de interesados a Goldman Sachs.
Caída de la obra pública
De manera paralela, la caída de la inversión en obra pública en España y la morosidad de las instituciones ha castigado durante los últimos años sus balances. Hasta la aprobación del plan de pago a proveedores FCC cargaba con una deuda de más de 2 . 000 millones procedente de las administraciones . La medida aplicada el año pasado por el Gobierno de Mariano Rajoy contribuyó a aliviar su pasivo (actualmente dispone de un saldo de 600 millones en derechos de cobro), pero solo parcialmente.
El grupo carga con una deuda total cercana a los 6 . 000 millones , de los cuales 5 . 000 millones vencen este año y el que viene . Por ello, durante los la nueva directiva de la compañía trabaja de manera frenética en los últimos meses para recabar un acuerdo de refinanciación. Un pacto que ya cuenta con el visto bueno de la mayor parte de las entidades acreedoras y que, por fortuna para el equipo de Juan Béjar (el nuevo consejero delegado de FCC), se podría cerrar en los próximos días.
Y, a diferencia de lo que sucede para otros grupos de construcción españoles, sus inversiones internacionales no les han deparado buenas noticias durante 2013. Su filial austriaca, Alpine , terminó en suspensión de pago tras buscar durante meses, infructuosamente, una inyección de capital e incluso una quita de su deuda . La caída de la sociedad que a FCC le servía de base de operaciones para buscar proyectos en Europa del Este dejó un agujero de 607 millones en la matriz .
El objetivo de Béjar y la nueva presidenta de FCC, Esther Alcocer Koplowitz, es pasar página y crecer en el nuevo año, tras aplicar el plan de saneamiento presentado el pasado mes de marzo. Sus prioridades pasan por desinvertir en los negocios de energía , así como en la mencionada Realia y la concesionaria Globalvía (golpeada por la crisis de las autopistas en quiebra ). Al mismo tiempo, la compañía ha aprobado cuatro expedientes de regulación de empleo en las áreas de construcción, administración y energía, que han afectado a más de 1 . 100 trabajadores . Su filial cementera, Cementos Portland , tampoco ha sido inmune a los ajustes laborales: el pasado mes de octubre planteó un ERE temporal para la práctica totalidad de la plantilla ( 638 trabajadores ), después de que en los últimos meses presentara un ERE de extinción para más de 1.000 trabajadores.
No obstante, como destacan los analistas y pone de relieve la apuesta de Gates y Soros, el mercado empieza a confiar en la nueva senda de la compañía , gracias a los nuevos contratos en los servicios medioambientales y la gestión de agua y la buena marcha de los puntos fundamentales del plan diseñado por la nueva cúpula directiva: la refinanciación del pasivo y las ventas de los negocios no estratégicos.
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