2013: «año cero» para el sector de la construcción
KPMG determina que el 54% de los directivos prevé aumentar su cartera de obras, lo que apunta al comienzo de «un ciclo expansivo» en todo el mundo

Han pasado ya más de cinco años desde que el «pinchazo» del sector de la construcción en nuestro país pasó de ser una hipótesis probable, el desenlace inevitable del desmesurado crecimiento de la construcción (residencial, sobre todo), a una realidad tangible. La crisis ha echado por tierra todas las previsiones y las necesidades de consolidación fiscal han obligado al Gobierno a apretarse el cinturón. Desde el año 2010 la partida destinada a las infraestructuras públicas ha caído de manera rápida y contundente: si hace tres años representaba un 4 ,5% del Producto Interior Bruto (PIB) hoy apenas supone un 1,4%. Es decir, España ha aprobado una reducción en un periodo relativamente breve que equivale a la que países como Alemania realizaron a lo largo de más de 40 años.
Sin embargo, a diferencia de otros sectores golpeados por el desmoronamiento del sector de la construcción, en los que la crisis ha abierto una profunda brecha ( como la industria cementera ), las grandes constructoras españolas - ACS , Acciona , FCC , Ferrovial , Sacyr y OHL - se mantienen entre las primeras compañías internacionales, gracias al peso de sus carteras de obras en el extranjero, una situación que no tiene visos de variar, al menos a corto plazo. «Los actuales agentes globales seguirán estando en la cúspide de los grandes proyectos», explica Fernando Vizoso, director senior del sector de infraestructuras de KPMG .
Aproximadamente, el 83% de la cartera de proyectos en los que trabajan estas compañías está conformada por contratos en el extranjero , lo que supone 74.063,9 millones de euros a cierre del primer semestre de 2013, según la patronal de los mayores grupos de construcción españoles ( Seopan ). Por tanto, cualquier atisbo de recuperación internacional en el sector contribuiría a que estas empresas se mantuvieran en la parte alta de la tabla, una tendencia a la que apunta el informe global de la construcción que elabora KPMG.
Esta auditora, que ha realizado una encuesta entre 165 firmas de todo el mundo, subraya que el 54% de los directivos de estas compañías de la construcción confían en que sus empresas cerrarán el actual ejercicio con un aumento de sus carteras de pedidos. Este hecho supone para los responsables de KPMG en España una señal de que el sector ha comenzado a dejar atrás la incertidumbre del pasado y se encuentra « al principio de un ciclo expansivo global », según Vizoso.
En concreto, el 31% de los entrevistados prevé que sus firmas aumentarán sus obras con respecto al año 2012 en más de un 10%, mientras que el 23% restante esperan un crecimiento más moderado, de entre el 5% y el 10%. Llama la atención la reactivación entre las empresas europeas , que son las que más optimistas se muestran:el 35% de los directivos cree que su cartera repuntará, frente al 24% de los asiáticos o el 29% de los americanos.
España, recuperación lenta
El caso de la inversión de infraestructuras en España no resulta, sin embargo, comparable al de sus empresas. Pese a que Cándido Pérez, socio responsable de infraestructuras, transporte, Gobierno y sanidad de KPMG España, reconoce que nuestro país «está de moda» gracias a los primeros indicios de recuperación económica y el creciente interés de los inversores extranjeros, estima que la recuperación de la inversión tardará en recuperarse al menos « dos o tres años », debido esencialmente al proceso de «consolidación fiscal» en el que está inmersa la Administración.
La incertidumbre sobre la evolución del sector en España se enmarcan en la sequía de financiación derivada de los ajustes presupuestarios: el 72% de los encuestados destacan el déficit y la « escasez de fondos públicos » como el obstáculo más significativo. En segundo lugar se sitúa otro factor relacionado con la viabilidad económica de dichos proyectos, pero esta vez la que procede de los inversores privados ( considerado como problema por el 43% ).
Además, la escasez de financiación ha generado en nuestro país la «conciencia» sobre «la necesidad de realizar un estudio previo sobre la utilidad, la necesidad y rentabilidad de una infraestructura antes de construirla». Es decir, frente a las previsiones optimistas en las que se años de bonanza se fundamentaron algunas inversiones hoy vistas como excesivas -aeropuertos fantasma, autopistas, entre otros- la inversión española se encamina hacia un modelo en el que prime la cautela y el análisis de riesgos .
Solución para las autopistas
Este mayor celo a la hora de examinar estas obras, sumado a la «debilidad que aún presenta la economía y el hecho de que aún no «es sencillo financiar este tipo de proyectos» lleva a Pérez a determinar que «recuperar la cartera» de la que se disponía antes de la crisis « no se va a producir en el corto plazo ».
En este punto jugará un papel esencial la solución que el Ejecutivo alcance con las compañías de construcción y concesionarias sobre el problema de las autopistas en quiebra. Fomento trata de que todas las sociedades acepten integrarse en una sociedad pública , en la que el Ejecutivo participaría con un 80%, mientras que las concesionarias que actualmente explotan dichas autopistas controlarían el 20% restante. Alcanzar un acuerdo con las compañías aportaría «competitividad y facilitará la financiación del sistema concesional español», destaca Pérez.
Mientras tanto, todo parece indicar las compañías españolas seguirán orientando su negocio al exterior. El continente africano es la opción de expansión preferida para el 35% de los participantes -no solo españoles, sino de todo el mundo-, seguido de Estados Unidos y Canadá (28%) y Oriente Medio (22%). Son las menores empresas, las que tienen un presupuesto de menos de 1.000 millones de dólares, las más proclives a instalarse en África . En cuanto a áreas de negocio, el sector energético se erige como la gran apuesta de las compañías del ramo para diversificarse (54%). En segundo lugar, se sitúan las actividades relacionadas con el agua (28%) y la minería (27%).
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