El plan de futuro de Pescanova dice que generará 150 millones al año sin trocearse

Esta cifra está en línea con los resultados obtenidos por la pesquera antes de la crisis que ha terminado llevando a la compañía a declarar el concurso de acreedores y a sus antiguos responsables al banquillo de los acusados. Según las cifras desveladas por KPMG, la encargada de elaborar la auditoría forense de la compañía, en 2010 registró un Ebitda de 156,1 millones, en 2011 de 188,07 millones y el año pasado de 87,4 millones.

El documento de trabajo elaborado por la consultora también estima unos gastos de capital (Capex) de entre 250 y 300 millones de euros en el plazo de tres años. Los gastos de capital reflejan la inversión necesaria para mantener los activos de la compañía, tales como las fábricas y la maquinaria, importantes en una empresa como Pescanova.

El plan de viabilidad elaborado por PwC es el paso previo a la firma del convenio de acreedores y de ahí la relevancia de las cifras estimadas. Según las mismas fuentes, el documento defiende la viabilidad de la compañía con su estructura actual, aunque para ello serán necesarios importantes esfuerzos por partes de las 45 entidades financieras acreedoras. La quita a asumir propuesta por la consultora asciende al 75% y ello teniendo en cuenta que Pescanova reciba una nueva inyección de fondos que le permitiría seguir adelante con el negocio en condiciones óptimas. De no haber acuerdo para un nuevo crédito la quita podría elevarse hasta el 90%.

Fuentes financieras consultadas por este diario aseguran que el elevado porcentaje de pérdidas que debe asumir la banca está siendo uno de los principales escollos de todo el proceso. Incluso la búsqueda de un consejero delegado para la entidad está pendiente de la resolución final de la banca acreedora. Porque, aunque no faltan los candidatos para liderar el proyecto, ninguno ve con claridad las condiciones en que tomarían el grupo y se mantienen a la espera de un pacto que por ahora parece lejano.

Justo el mismo día en que fue nombrado presidente de Pescanova en sustitución de Manuel Fernández de Sousa, el pasado septiembre, Juan Manuel Urgoiti ya exigió públicamente a los bancos acreedores que acepten una quita del 75% a sus deudas –otra parte de la deuda la cobrarían en acciones y otra se les devolvería– para evitar la liquidación del grupo. Las entidades, con las que la compañía acumula una deuda de 1.000 millones, que en parte ya han provisionado, la rechazan, y proponen en su lugar una quita de un porcentaje menor, en el entorno del 50%, y capitalizar el grueso de los créditos, convirtiéndose en accionistas de Pescanova.

Así se lo hicieron saber al empresario ese mismo mes en su primera reunión formal, durante la cual, la banca, molesta con esas declaraciones de Urgoiti en las que reclamaba una suerte de acto de responsabilidad por parte de las entidades, recordó que si Pescanova sigue aún en pie es gracias al crédito urgente de 56 millones de euros que le concedió en junio el Sabadell, Popular, Novagalicia, Caixabank, Bankia, Santander y BBVA junto a la Xunta de Galicia.

Dinero sólo hasta marzo

Con esa cantidad, de la que se han consumido más de 30 millones, Pescanova puede seguir con su actividad normal hasta, como mucho, el primer trimestre del próximo año, según fuentes financieras. Hasta entonces las negociaciones entre la empresa y la banca no se acelerarán. «No es que ahora estén atascadas, es que van despacio porque hay tiempo para negociar», señalan esas fuentes. Pero a partir de ese momento, si todavía no hay acuerdo, el juez de Pontevedra encargado del concurso, Roberto de la Cruz, ante las tensiones de liquidez de la compañía, urgiría un pacto. A fin de cuentas él es quién tiene que avalar las cifras finales del convenio de acreedores.

Lo que está claro es que para evitar la liquidación, el grupo debe recapitalizarse. Según ha podido confirmar este diario, varios fondos de inversión, nacionales e internacionales, tienen a Pescanova en el punto de mira a la espera de conocer el plan de viabilidad elaborado por PwC.