Un incremento del 10% de los pagos electrónicos reduciría un 5% la economía sumergida
El libro «Pagos electrónicos. Costes y beneficios de la sustitución del efectivo por tarjetas» del IEE pone en valor el pago con tarjeta en aras de la transparencia
Un incremento del 10% de los pagos electrónicos reduciría un 5% la economía sumergida
El incremento un 10 % de los pagos electrónicos permitiría una reducción de la economía sumergida del 5 % gracias al aumento de la transparencia y al seguimiento de las transacciones que permite la detección de comportamientos fraudulentos.
Esta es la principal conclusión del informe «Pagos ... electrónicos. Costes y beneficios de la sustitución del efectivo por tarjetas», elaborado por los economistas del Instituto de Estudios Económicos (IEE) Marta Otero, Manuel Sánchez y Pablo Almagro.
En la presentación del informe han intervenido el director del IEE, Joaquín Trigo y la directora general adjunta de Servired, Carmen Carnero, quien ha subrayado que en España la penetración del pago con tarjeta bancaria sobre el consumo privado es del 17,1 %, muy por debajo de Portugal (50,1 %) o de Francia, con un porcentaje del 36 % y a diez puntos de la media europea, que está en el 27,7 %.
Según Carnero, «en España algo está pasando» que no tiene nada que ver con el nivel de infraestructura técnica de los medios de pago, que es óptima. Carnero también ha subrayado que en 2007 la penetración del pago de tarjeta era del 16,7 % y a finales de 2012 «sólo se ha movido al 17,10 %».
Sobre estos datos, el director del Centro de Estudios de Economía de Madrid, Pascual Fernández, ha destacado que en la eurozona, en comparación con Estados Unidos, el uso del efectivo se multiplica , en especial en países como Alemania, Italia, Grecia o España mientras que las transacciones por medios de pago distinto al efectivo crecen pero a un ritmo excesivamente suave.
Según datos revelados por Fernández, el coste de la gestión de efectivo en la UE representa 84.000 millones de euros al año, lo que equivale a 130 euros por habitante.
Fernández ha valorado la «mejora en transparencia fiscal» que supondría dejar de usar efectivo en beneficio de medios de pago electrónicos y ha recalcado que un aumento del 10 % de las tarjetas produciría un incremento de la actividad económica del 1,7 %.
«Lo que ocurre es que el consumidor español no percibe las ventajas de un uso mayor de las tarjetas de pago». Fernández ha comentado que no hay incentivos suficientes y, además, el consumidor percibe que «soporta costes inadecuados».
Ha añadido que aunque los costes, en su conjunto, los soportan esencialmente la banca minorista y el comercio, estos al final los transmiten al consumidor. En este marco ha recordado las «fortísimas comisiones anuales» que pagan los consumidores por una tarjeta.
Por ello, ha señalado que, tal y como recoge el informe, se debería incentivar el uso de las tarjetas con descuentos en tributos o multas o para determinadas prestaciones públicas. También ha abogado por fomentar el uso con un marco regulatorio óptimo con acuerdo de todas las partes: banca, comercio y consumidores.
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