BlackBerry, ¿la caída de un gigante?

A principios de 2012 los dos fundadores de BlackBerry, Jim Balsillie y Mike Lazaridis , los hombres que habían llevado a lo más alto a la empresa, tomaban la decisión de abandonarla dirección de la misma en favor del alemán Thorsten Heins , con la esperanza de que éste fuera capaz de reflotar un barco que parecía irse a pique irremediablemente. Desde 2008 la empresa canadiense ha cosechado una interminable lista de malos resultados: sus acciones han caído en picado, y el valor de mercado de la compañía ha pasado de 84.000 millones de dólares en 2008 a poco más de 4.800 en la actualidad. Solo este año, los títulos bursátiles de la compañía se han desplomado más de un 19%.

Además, esta misma semana la consultora IDC confirmaba que la cuota de mercado de BlackBerry, antaño propiedad de Research In Motion y desde febrero la compañía que da nombre al grupo empresarial, habían caído por debajo del 3%, viéndose superada por Nokia y el sistema operativo Windows Phone. En el tercer trimestre del año la empresa canadiense únicamente logró vender 6,8 millones de terminales , muy lejos de los 70 millones de la coreana Samsung y los 31 de Apple.

El declive de la compañía canadiense quedó patente en octubre de 2011 , cuando una caída del servicio mantuvo sin mensajería, correo electrónico y navegación en internet durante cuatro días a la mayor parte de sus usuarios en Europa, Oriente Medio, India y África .

Adaptación errónea

Sus problemas, no obstante, habían comenzado mucho antes. La empresa, que se había abierto un hueco en el mercado de los smartphones de lujo al ofrecer a los altos ejecutivos la posibilidad de enviar correos electrónicos seguros, pronto dio el salto al público generalista, atraído por su cómodo teclado y por la posiblidad de enviar mensajes gratuítos a través del sistema de mensajería BBMessenger. Sin embargo, no supo adaptarse a los nuevos tiempos. En 2010, un analista próximo a la dirección de la empresa afirmaba a EconomíaDigital que el principal causante de su pérdida de fuelle era una adaptación errónea a los cambios en las necesidades de los consumidores. «Conquistó el mercado muy rápido pero se equivocó con la estrategia de negocio. No vieron que el crecimiento de los teléfonos inteligentes había dejado de estar en la punta de la pirámide y se encontraba en la base. Creo que ya no hay manera de que se recuperen », afirmaba.

El éxito de los sucesivos modelos del iPhone de Apple, que se convirtieron en el objeto de deseo de los usuarios más acomodados, y el crecimiento imparable de los terminales con el sistema operativo Android de Google, cuyo código abierto permite que cualquier desarrollador no solo pueda modificar su código sino también mejorarlo, erosionaron inexorablemente el éxito de la compañía canadiense. El surgimiento de nuevas aplicaciones, como WhatsApp , que cubrían en estos terminales los servicios que antaño solo ofrecía BlackBerry, le asestaron el golpe de gracia, pese a que sus terminales aún mantienen las características que les llevaron a lo más alto: seguridad, estabilidad y, en líneas generales, mayor autonomía que los de la competencia .

Destino incierto

Ahora, el destino de la empresa es incierto. Si bien la posibilidad de dejar de cotizar en Bolsa le daría una mayor flexibilidad para afrontar los cambios que parecen necesarios, muchos especulan conque su irremediable final será su venta.

Según Reuters, los directivos de la compañía mantuvieron recientemente negociaciones con la firma de capital privado Silver Lake Partners sobre una potencial colaboración en el segmento de informática empresarial. Silver Lake se encuentra en medio de una larga y compleja batalla de 25.000 millones de dólares por la adquisición de Dell Inc, que dejaría de cotizar en bolsa. Si tiene éxito, se abriría la posibilidad de colaborar con BlackBerry en la informática móvil, área en la que Dell no ha podido ganar tracción. En cualquier caso, una fuente conocedora de la operación aclaró a la agencia de noticias que las negociaciones con Silver Lake no se relacionaban con ninguna compra o transacción.

Sin embargo, los posibles compradores podrían no querer arriesgarse a adquirir una compañía que registra pérdidas —solo en el primer trimestre de su año fiscal, que terminó el 1 de junio pasado, perdió 84 millones de dólares—, por lo que otras fuentes manejan el posible despiece de la empresa . Su cartera de patentes resulta muy atractiva para otras empresas tecnológicas deseosas de hacerse un hueco en el competitivo mundo de la telefonía inteligente. «Como un sola entidad dudo que sea atractiva para la compra, pero por separado hay muchas empresas que podrían acercarse», afirmaba Charles Golvin, analista senior de la empresa de investigación Forrester, a CNN .

Mientras tanto, los directivos de la empresa ponen sus esperanzas en el nuevo sistema operativo BB10 y la última generación de teléfonos, en los que han depositado toda su confianza pese a su decepcionante debut. «Estamos en el camino correcto» afirmaba Heins el mes pasado en la reunión anual con inversores. «Solo nos hace falta un poco más de tiempo».