Taiwán, una economía joven que busca su lugar en el mundo

La economía del país asiático se basa en un sector exterior dinámico, la apuesta por la innovación empresarial y unas cuentas públicas saneadas

Taiwán, una economía joven que busca su lugar en el mundo abc

víctor ruiz de almirón

Cuando uno piensa en el desarrollo económico de los países asiáticos, el modelo productivo chino, basado en la producción masiva, los precios baratos y los bajos costes laborales, impregna inmediatamente cualquier análisis. Pero también suele venir a la mente la pujanza tecnológica de Japón. Es ... entre esos dos gigantes donde la economía taiwanesa busca su lugar. Ante la imposibilidad de competir con el modelo chino, su desarrollo empresarial se basa en la introducción de criterios de valor añadido en sus productos. El precio de éstos dista mucho de poder ser etiquetados como mercancia barata. En el año 1970 las autoridades del país crearon TAITRA (Taiwan External Trade Development Council), una organización encargada de promover el comercio exterior y vender el modelo «made in Taiwan» en todo el mundo. Y es que se trata de un país con un peso muy importante del sector exportador, que equivalen al 74% del PIB. Según datos del Bureau of Foreign Trade, el valor de las exportaciones de Taiwán decreció un 2,3% en 2012 respecto a 2011.

En los últimos años el país ha afrontado un intenso proceso de privatización y liberalización del mercado, aunque el Estado siempre se ha reservado el control de algunos sectores de interés estratégicos como la energía, a través de Taiwan Power Corporation o el petróleo, mediante Chinese Petroleum Corporation. No obstante, recientemente, el ejecutivo ha anunciado planes de privatizar la compañía petrolera estatal en 2016.

Una economía con vigor

La economía de Taiwán logró recuperarse rápido de la crisis de 2009 alcanzando un crecimiento anual del 10,72% en 2010, pero seguidamente se vio afectada por la desaceleración económica mundial y los desastres naturales ocurridos en Japón, reduciéndose su tasa de crecimiento al 4,04% en 2011, y al 1,25% en 2012. Además, de estar realizando un gran esfuerzo por impulsar acuerdos de libre comercio con terceros países. Las previsiones de crecimiento para el año 2013 han mejorado y se sitúan en torno al 4%.

En el año 2012 sus exportaciones alcanzaron los 301.076 millones de dólares, frente a unas importaciones de 270.707 millones de dólares, arrojando un saldo en su balanza comercial positivo de 30.369 millones. Sus cuentas públicas gozan de buena salud, en comparación con los estándares de Europa o Estados Unidos.

El déficit público en 2012 fue del 1,6% del PIB. El dato significó un descenso desde el 3% de 2010. Esta caída se debió principalmente a diversas reformas fiscales que originaron una mayor recaudación de impuestos por parte del Estado. Además, la deuda pública se encuentra controlada en el 35% del PIB. Taiwán es, por otro lado, con 403.169 millones de dólares a finales de 2012, la cuarta mayor reserva de divisas del mundo, tras China , Japón y Rusia.

Uno de los grandes objetivos del Gobierno fue el de reducir la tasa de desempleo por debajo del 5%. Según las últimas estadísticas gubernamentales de diciembre de 2012, la tasa de desempleo anual de Taiwán fue del 4,18%. Según la última revisión de 2011, el salario mínimo que en euros se situaría en unos 470 euros mensuales.

Potenciar las empresas

En una economía que depende tanto de su actividad comercial, Taiwán ha emprendido una campaña para dar a conocer a sus empresas en el mundo. Vender la marca «made in Taiwán» en el mundo como un modelo empresarial que ha optado por la introducción de la innovación y el valor añadido desde las raíces, desde el tejido prodcutivo de las pequeñas y medianas empresas.

Con ese objetivo, TAITRA otorga desde 2010 los galardones «Taiwan Excellence», que pretenden potenciar la excelencia empresarial. Y en un país en el que el sector manufacturero representa el 24,67% del PIB, en la edición de 2013 se han destacado proyectos centrados en la economía verde, en la innovación en material deportivo o en la creación de complementos para el hogar.

Sin tratarse en la mayoría de los casos de grandes innovaciones tecnológicas, el patrón de actuación parece claro: fomentar la creación de un tejido empresarial capaz de competir en el mundo mediante los estándares de calidad y no por los bajos costes que imperan no solo en China sino en toda la región del sureste asiático.

Taiwán, una economía joven que busca su lugar en el mundo

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