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Iberdrola, la energía que conquista el mundo

La mayor compañía eléctrica española está ya presente en cerca de 40 países, en los que emplea a 31.000 personas

Iberdrola, la energía que conquista el mundo ABC

luis p. arechederra

La historia de Iberdrol a es la de unas semillas empresariales que se sembraron hace muchos años. Unas semillas que germinaron y se unieron en un gran tronco energético, uno de los grupos más importantes del mundo, con actividad en cerca de ... 40 países, 31.000 empleados y más de 30 millones de clientes . Aunque sus raíces se asientan sobre España, tiene importantes ramas en Estados Unidos y Reino Unido.

Todo empezó a comienzos del siglo XX, cuando la luz se contrataba en función del número de bombillas que había en las casas. En 1901, Iberdrola plantó la primera semilla: un grupo de empresarios vascos encabezados por el ingeniero Juan de Urrutia fundó con 20 millones de pesetas (¡una cifra notable para la época!) Hidroeléctrica Ibérica . Lo hizo en Bilbao, ciudad en la que la empresa tiene su sede social actual en la torre de Iberdrola, un rascacielos que preside el bonito paseo de Abandoibarra.

Hidroeléctrica Ibérica obtuvo la concesión de la explotación hidroeléctrica de los principales ríos del norte de España. Europa se apuntaba entonces a la segunda revolución industrial y aquellos empresarios supieron verlo: l os recursos hidráulicos eran una gran oportunidad para suministrar energía a España . La primera gran construcción fue la central de Quintana Martínez Galíndez, en el río Ebro, desde donde se llevaba electricidad a las casas de un Bilbao industrial.

Pronto surgieron más propuestas para llevar la luz a los hogares de toda España y se fueron arrojando más semillas. En 1907, los accionistas de Hidroeléctrica Ibérica fundaron Hidroeléctrica Española para ocuparse de Madrid y Valencia. No fue la única: en 1918, unos empresarios vascos liderados por José Orbezogo crearon Saltos del Duero, una compañía que hizo historia con la inauguración del primer gran aprovechamiento hidroeléctrico del país: el salto de Ricobayo, en la provincia de Zamora. Aquella construcción marcó otro hito: la creación del primer laboratorio de la que después sería Iberdrola.

El aislamiento de la España de la posguerra hacía complicado comprar materias primas para el sector eléctrico. Pero la demanda de energía seguía aumentando y se empezaron a construir muchas de las centrales que hoy pueblan la geografía de España. En aquel difícil contexto, Saltos del Duero e Hidroeléctrica Ibérica unieron sus fuerzas en Iberduero en 1944.

Una de aquellas obras que se pusieron en marcha fue la presa de Aldeadávila, en Salamanca, una central que sigue siendo una de las hidráulicas más importantes del país. En su túnel subterráneo se grabaron las escenas finales de la mítica película «Doctor Zhivago». A mediados del pasado siglo también comenzaron las obras de la planta hidroeléctrica de San Esteban entre los cañones del Sil en Orense, o las de la de Alcántara en Cáceres.

El desarrollo de la energía nuclear en la década de los sesenta diversificó la actividad de estas empresas. Una irrupción que se inició con la central de Santa María de Garoña , que lleva enchufando energía a la red desde 1971. Una bandera atómica que ondea hoy a media asta, ya que su continuidad está en entredicho: sus empresas gestoras, Iberdrola y Endesa, la tienen parada alegando falta de rentabilidad por los nuevos impuestos.

El gigante de la eólica

Las últimas semillas, Iberduero e Hidroeléctrica Española , se unieron en 1992 y entonces nació formalmente Iberdrola, cuyas futuras ramas ya habían comenzado a crecer con el nacimiento, en 1990, de ScottishPower , empresa escocesa que suministra energía en Reino Unido y que fue adquirida por la española en 2007. El primer presidente de la empresa fue Iñigo de Oriol Ybarra, madrileño de ascendencia bilbaina y sevillana, que ingresó joven en Hidroeléctrica Española. No podía ser de otra manera: su abuelo, José María de Oriol, y su padre, José Luis de Oriol, fueron dos de los principales capitanes que impulsaron el sector eléctrico.

Estos orígenes también nos trasladan a EE.UU., donde a mediados del siglo XIX nacieron varias eléctricas que se unieron en 1998 para formar Energy East Corporation , comprada por Ibedrola en 2008 y que ahora es Iberdrola USA. Una historia centenaria que se lanzó al siglo XXI de la mano de su actual presidente, Ignacio Sánchez Galán, en el cargo desde 2006 e incorporado como consejero delegado en 2001. A partir de entonces, la empresa se centró en sus negocios energéticos y creció hacia fuera, en mercados como México o Brasil, donde en 2011 compró la compañía Elektro.

Desde comienzos de este siglo, Iberdrola decidió apostar por las energías renovables e invirtió fuerte por la entonces incipiente energía eólica: el parque de Whitelee, que inauguró en 2009 en Escocia, es el más grande de Europa.

Estas iniciativas han permitido a la empresa multiplicar sus activos desde 19.600 millones de euros del año 2000 a los casi 98.000 millones actuales . Un crecimiento imparable: lo que empezó como un grupo de pequeñas semillas es hoy un parque energético con más de 46.000 megavatios. Y los que quedan por sembrar.

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