Wolfgang Schäuble: «Los resultados de las reformas en España son impresionantes»
El hombre fuerte de Merkel elogia las reformas españolas: «España ha logrado enormes avances con Rajoy y va por buen camino»

Venía de una rueda de prensa, pero el ánimo del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble , de 71 años, era inmejorable. El democristiano bávaro recibe a ABC en su despacho, austero y decorado con una pintura de rabiosamente contemporánea de Jörg Immendoff. Maneja su silla de ruedas con agilidad –fue víctima de un atentado en 1990–. Nos invita a su mesa de reuniones y él se sitúa en la cabecera. No ha habido ni un respiro durante la hora que nos concedió de entrevista, que fue muy intensa, pero en la que tampoco faltaron risas ni comentarios futbolísticos.
Hemos tocado todos los asuntos de más dura actualidad, sin trabas ni tabúes: el conflicto –o ausencia de conflicto– entre austeridad y crecimiento, la deuda pública, la banca, la crisis económica y los responsables de la misma; la situación en España y las reformas llevadas a cabo por nuestro país... el desempleo en general y, en especial, el fuerte paro juvenil. Así como el futuro de la eurozona, la evasión fiscal, los rescates, la transparencia, la situación que atraviesa la economía alemana y los errores a la hora de introducir el euro. Sus posiciones se anclan en Alemania, pero tienen también una clara dimensión europea. Nunca olvida la proyección que, ineluctablemente, tiene sobre todo el Viejo Continente la actuación alemana. Estas son las opiniones de uno de los políticos más poderosos de Europa.
–Cada vez más economistas, periodistas e instituciones internacionales, como el FMI, ponen en duda la efectividad de la austeridad a rajatabla para volver a la senda del crecimiento.
–Les voy a ser honesto: conozco una serie de declaraciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), en cuyas reuniones siempre participo, que dicen repetidamente que una consolidación de los muy altos déficits presupuestales de los países industrializados y una reducción del endeudamiento público y el déficit público de los países industrializados son condiciones para un crecimiento sostenible. Ello hay que llevarlo a cabo teniendo en cuenta la coyuntura, eso es cierto. Pero la simplificación que aparece en muchos medios, que apunta a una supuesta oposición entre política fiscal responsable y crecimiento, no corresponde al criterio del FMI. En ese sentido, tengo que salir en defensa del FMI. Hace poco el jefe económico del FMI dijo en una entrevista de manera explícita que Alemania cumple con todos los requisitos de la política acordada en el marco de los G20. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) declaró lo mismo, y también la Comisión Europea. Por lo tanto, se trata de un malentendido muy extendido afirmar que Alemania ejerce el austericidio mientras otros apuestan por políticas de crecimiento. Eso es absurdo. Con nuestra política moderada fomentamos un crecimiento sostenible, y hasta ahora nadie en Europa nos ha demostrado que haya otra política más exitosa que la alemana.
–Políticos, como Gerhard Schick, de Los Verdes, advierten de que el mantenimiento de una política de austeridad sin incentivos para el crecimiento podría convertir a España en una segunda Grecia.
–A diferencia del señor Schick, yo estoy convencido de que gastar dinero que no se tiene no puede generar crecimiento. Al contrario, una política como esta durante un largo periodo tiene su precio, y este lo termina pagando siempre la población. Esta situación puede observarse con dolor en algunos países europeos.
–En Alemania está muy extendida la opinión de que países de la llamada periferia europea (España, Italia, Grecia) han vivido por encima de sus posibilidades. Buena parte de los acreedores de los bancos españoles, griegos o italianos son fondos de inversión y bancos alemanes. ¿Cree usted que los bancos y fondos de inversión alemanes han prestado por encima de sus posibilidades?
–Puede haber voces en Alemania que opinan que España e Italia hayan vivido por encima de sus posibilidades. Y que los riesgos vinculados no se hayan reflejado correctamente en los precios de los mercados. No comparto esta visión demasiado limitada. España sufre las consecuencias de la burbuja inmobiliaria, que, tras explotar, llevó al sector bancario español a grandes dificultades. España ha logrado enormes avances durante los últimos años bajo el Gobierno de Mariano Rajoy y va en el buen camino. España cuenta con una economía fuerte, ha reducido sus costes laborales, ha aumentado significativamente sus exportaciones y ha hecho un buen trabajo en la reestructuración de su sector bancario, también después del juicio de la troika.
Italia se encuentra en una situación completamente diferente: desde hace tiempo, tiene un alto endeudamiento público, pero también hay un gran ahorro privado. Italia cuenta con una estructura industrial robusta. En lo que respecta a la producción industrial, Italia es la segunda economía más grande de Europa tras Alemania. Italia va camino de ser liberada de los procedimiento de déficit europeos. Bajo el Gobierno del ex primer ministro Mario Monti, Italia consiguió poner en marcha una serie de exitosas reformas.
Estos cambios fueron necesarios para ganar nuevamente la confianza de los inversores en la capacidad de España e Italia de crecer de tal manera que fueran capaces de devolver sus deudas y de esa forma bajar los costes de refinanciamiento de ambos países.
Por cierto, debo recordar que la crisis no ha empezado en Europa, sino en el mercado inmobiliario estadounidense. La crisis de las «subprime» de Estados Unidos provocó una gran desconfianza en los mercados financieros, que después se fue ampliando hacia Europa, cuando la necesaria estabilización de los sistemas financieros en nuestro continente ha conducido a un aumento de las deudas fiscales. En este contexto, la complejidad de la unión monetaria europea ha potenciado la crisis, una complejidad que a muchos actores del mercado les cuesta entender. España e Italia sufrieron bajo esta inseguridad, tuvieron que pagar intereses crecientes a sus acreedores, lo que también condujo a un encarecimiento de la financiación en losmercados para las empresas . Las dudas que de pronto tuvieron estos inversores con miedo al riesgo ya no existen. Los intereses de los préstamos estatales españoles e italianos han caído notoriamente. Los mercados financieros hoy reconocen esta política exitosa. Ahora nos toca combatir de manera conjunta el desempleo, que es un problema común europeo, así como el inaceptablemente alto paro juvenil. Eso es lo que hacemos a nivel europeo y bilateral. Mi colega en el Ministerio de Trabajo alemán y yo estamos en constante intercambio con nuestros socios españoles y portugueses, discutiendo lo que podemos hacer a nivel europeo y bilateral. Dentro de poco, daremos pasos muy concretos en esta dirección.
–Podemos decir que las reformas en España han dado fruto
–Las cifras y los resultados son impresionantes
–¿No cree usted que en una crisis de deuda como la que sufre la UE la culpa debería ser repartida entre deudores y acreedores?
–La cuestión no es quién tiene la culpa o no, sino cómo superamos la crisis. Se trata de estabilizar nuestra moneda común de manera sostenible y esto lo hacemos juntos, solidariamente. Cada uno emprende las reformas necesarias y el resto de los estados ayudan si hace falta. Y en referencia a los créditos, España rechazaría frontalmente la posibilidad de no devolver los créditos asumidos. Un sistema económico estable se basa en la confianza, que, a su vez, se basa en la certeza de que se cumplen los contratos y se devuelven los créditos. Sin esta condición básica no funcionaría ninguna economía. Durante un periodo, España ha sufrido bajo los intereses de los mercados financieros: en la fase en que tuvo que reestructurar parte de su sector bancario –como consecuencia de la crisis inmobiliaria–, la necesidad de capital del Estado no pudo ser financiada bajo condiciones aceptables. Esta es la única razón por la que España ha tenido que pedir ayuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad para recapitalizar sus bancos. De lo contrario, España no habría necesitado nunca pedir ayuda.
–¿Por qué Alemania es tan reticente a poner en marcha la unión bancaria? Hay quien dice que le da miedo la transparencia que esto exige y que los bancos alemanes tienen mucho que esconder.
–No, de ninguna manera. Esto es completamente falso. El Gobierno federal fue el primero que propuso el proyecto de una unión bancaria, hace casi exactamente un año. Estamos por una rápida realización de la unión bancaria. Sin embargo, para nosotros es indispensable que la base legal para tal unión bancaria sea incuestionable. Nuestro Tribunal Constitucional y nuestro Tribunal Supremo nos han frenado. Por esta razón debemos tener mucho cuidado de que se respete la base jurídica. Eso ocurre en cualquier Estado de Derecho. Por esta razón hemos dicho que l a unión bancaria, en su forma definitiva, solamente es posible a través de cambios limitados en los tratados de la EU. Pero también estamos preparados para hacer todo lo que sea posible realizar bajo los actuales tratados de la UE. No hace mucho he comentado en un artículo periodístico cómo podría instalarse rápidamente una unión bancaria.
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