110 motivos para admirar a españa

Seat, la marca que puso a los españoles sobre ruedas

Volkswagen ha hecho una decidida apuesta por la expansión mundial de la firma

Seat, la marca que puso a los españoles sobre ruedas andreu dalmau

juan carlos valero

Como los cambios de turno que marca el ulular de las sirenas en la fábrica de Martorell (Barcelona), Seat ha logrado adaptarse a la globalización y ahora es una de las marcas españolas de éxito en el mundo. Chinos, rusos, mexicanos, pero sobre ... todo los alemanes, aprecian los nuevos Ibiza y León como vehículos que combinan el diseño deportivo y mediterráneo con la ingeniería y precisión de una marca que el grupo Volkswagen adquirió en 1986.

Podemos discrepar en materia de construcción europea; en la Champions League somos rivales, pero no hay duda de que alemanes y españoles tenemos en Seat un motor y destino común. La apuesta del conglomerado Volkswagen por su filial española se ha revalidado en el peor año de la crisis. Prueba de ello son los 652 millones que la marca ha destinado a inversiones en I+D+i, casi cien más que en el ejercicio anterior. Un empeño que se completa con una ofensiva de nuevos productos, a razón de un modelo nuevo cada tres meses; un decidido impulso a la internacionalización de la marca, que ya circula por China, Rusia, el norte de África y Oriente Medio; y el reconocimiento de la calidad y competitividad de su planta con el encargo de fabricar el primer vehículo «Premium» en España, el Audi Q3.

Aunque el nacimiento de Seat se sitúa en una notaría tres años antes, no fue hasta mayo de 1953, pronto hará 60 años , cuando empezó a funcionar la cadena de montaje en una nave de la Zona Franca de Barcelona con una plantilla de 925 personas. Seis meses más tarde, en noviembre, nació el primer Seat de la historia, un 1.400, imponente sedán de tracción trasera y motor delantero de cuatro cilindros y 44 caballos que se matriculó B-87.223 cuando el parque automovilístico español apenas alcanzaba los cien mil coches. La elección de la capital catalana no fue del agrado de las autoridades de la época.

Aunque desde inicios del siglo XX Barcelona era el centro neurálgico de la producción automovilística del país , tanto autóctona (Hispano-Suiza, Elizalde) como foránea (Ford Motor Ibérica, General Motors Peninsular) y contaba con un tupido tejido industrial y recursos humanos competentes; fueron los italianos de Fiat, los socios industriales del proyecto, los que impusieron la ubicación de Seat junto al puerto barcelonés por razones logísticas. De otra forma, se hubiera encarecido el trasiego de piezas de Italia a España. De ahí viene que el acrónimo Seat mutara en la época por la expresión popular «Siempre Estamos Apretando Tornillos», ya que la factoría barcelonesa fue en sus primeros años una planta de ensamblaje de los componentes que procedían de Italia.

Me juego lo que me van a pagar por este artículo que no hay ni un solo español que no haya tenido en su vida alguna relación con un automóvil Seat, aunque no sea más que un viaje en taxi. La Sociedad Española de Automóviles de Turismo, S.A . puso literalmente a España sobre ruedas e hizo sentir a los españoles el viento de la libertad en el gris contexto de la posguerra. Los 90 kilómetros a la hora que alcanzaba el recio 600 , que se convirtió en el coche hegemónico del parque móvil nacional, representaron todo un símbolo de modernidad y apertura económica en la España de los planes de desarrollo. No sólo fue el primer coche para muchos españoles, sino que contribuyó a mejorar sus condiciones de vida al permitirles acceder a la libertad mediante la movilidad.

Un papel integrador

La Cataluña actual tampoco se entendería sin tener en cuenta que los 30.000 empleados que Seat llegó a contar en la década de los 70 procedían en su mayoría del medio rural del resto de España. La empresa jugó un papel integrado r. Los convenios de Seat suponían y siguen siendo el marco de referencia para todo el sector. Un modelo de diálogo que trabajadores y dirección plasman en acuerdos donde se materializan conceptos como «flexiseguridad»: facilitar que la producción se amolde a los vaivenes del mercado a través de una visión nada rígida de la jornada laboral a cambio de mantener el trabajo. El contrato relevo para rejuvenecer la plantilla, la bolsa de horas, los incentivos según beneficios y una organización del trabajo basada en equipos, casi autogestionaria, facilita la corresponsabilidad de todo el personal en favor del bien común.

Seat es la única compañía del sector c apaz de diseñar, desarrollar, fabricar y comercializar automóviles en España , gracias a un centro técnico inaugurado en 1975 donde trabajan mil ingenieros y que es único en el sector del motor en España. Seat genera una actividad económica fundamental para nuestro país, ya que el 83% de su producción va al extranjero mientras consume el mismo porcentaje de piezas y materias primas que compra en el mercado nacional, lo que contribuye al equilibrio de la balanza de pagos.

La multinacional española se ha reinventado varias veces y jamás ha depuesto su espíritu de superación . La marca acaba de renovarse totalmente, desde el logotipo a la presidencia. El 1 de mayo el galés James Muir cederá el testigo al alemán Jürgen Stackmann, u n cambio que emula al de Guardiola y Tito en el banquillo del Barça, pues comparten filosofía y coinciden en la estrategia de la marca. Con este símil futbolístico explica el relevo Francisco García Sanz, presidente del consejo de administración de Seat y el español que más alto ha escalado en una multinacional alemana, al ser vicepresidente de compras del grupo Volkswagen. El corazón español de la ingeniería alemana.

Seat, la marca que puso a los españoles sobre ruedas

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