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Chipre acepta la quita a los grandes depositantes tras las amenazas de la UE

El Eurogrupo estudió anoche las condiciones de este «plan B» de Nicosia, forzado después del amago de la UE de expulsar a Chipre del euro

Chipre acepta la quita a los grandes depositantes tras las amenazas de la UE reuters

M. nuñez, d. iriarte

Órdago fallido de Chipre. El Gobierno ha tenido que dar marcha atrás y aceptar una tasa o quita para los depósitos de más de 100.000 euros, dejando a salvo a los pequeños ahorradores, tal y como le exigía la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros. Pero la decisión no ha sido voluntaria ya que ayer estuvo en juego nada menos que la salida de Chipre del euro.

Europa estaba dispuesta ayer a dejar caer a Chipre, a tenor del anuncio de artillería pesada realizado por el BCE de que daría liquidez a los bancos chipriotas solo hasta el lunes si antes no llegaba a un acuerdo con la Unión Europea sobre las condiciones del rescate. Esta línea de oxígeno financiero es la que está alimentando los cajeros automáticos y que está permitiendo que los ciudadanos chipriotas estén retirando parte de su dinero en efectivo, con el miedo de que a medida que pasaban las horas los bancos o el propio país se declarase en quiebra. Mientras, a cientos de kilómetros de la isla mediterránea, en Bruselas, los miembros del Eurogrupo mantuvieron ayer tarde una teleconferencia de urgencia para analizar los términos del «plan B» de Chipre.

Pequeños ahorradores

La principal conclusión de la reunión fue que Nicosia tiene que presentar un «plan de ajuste que respete los parámetros definidos», en referencia a los 7.000 millones de euros que tiene que aportar al rescate de la troika, y «garantizar los depósitos inferiores a 100.000 euros», tal y como le habían recomendado el pasado lunes al gobierno chipriota.

El Gobierno del país, haciendo caso omiso a estas recomendaciones llevó al Parlamento el martes una propuesta que incluía un impuesto para todos los ahorradores, incluidos los de menos de 100.000 euros, desobedeciendo así, las peticiones de Bruselas. Y el Parlamento del país, fue más allá, y rechazó hacer una quita a ningún depósito. Fue un auténtico órdago que, finalmente, ha tenido que rectificar con el anuncio de una reestructuración del sector bancario del país y una tasa a los depósitos de más de 100.000 euros, con los que podría obtener unos 2.500 millones.

Además, el Gobierno chipriota acordó anoche con la oposición la creación de un llamado «Fondo Solidario de Inversión», en el que se podrían incluir los fondos de pensiones de empleados públicos o los inmuebles de la Iglesia ortodoxa. Además, se podrían imponer un cierto control de capitales y de una regulación especial que permita asignar poderes extraordinarios al ministro de Finanzas o al gobernador del Banco Central para imponer algunas medidas restrictivas.

Reestructuración del segundo banco

Dentro del sector financiero, la segunda entidad del país, Popular Bank o Laiki en griego, sería muy probablemente reestructurada, de modo que se rebaje la factura total del rescate de los bancos, muy debilitados por su elevada exposición a la deuda griega. Tampoco se descartan fusiones entre entidades.

Otra de las bazas del Ejecutivo, el gas natural, podría ser saboteada por Turquía, que siempre ha insistido en que las reservas descubiertas en 2011 deben beneficiar también a los habitantes de la República Turca del Norte de Chipre, el Estado establecido en la parte septentrional de la isla, reconocido solamente por Ankara. «Este recurso pertenece a dos comunidades, y su futuro no puede estar sujeto a la voluntad de Chipre del sur solamente. Actuaremos contra ello si es necesario», aseguró ayer un alto funcionario turco a la agencia Reuters.

«El uso exclusivo de este recurso por Chipre del sur está fuera de toda cuestión y es inaceptable. Estamos discutiendo todas las medidas legales. Podemos llevar el caso a la Unión Europea, pero usaremos todos los canales legales y políticos», afirmó.

Rusia, un país clave

En cuando al Fondo Solidario de Inversión, una colaboración rusa podría ser el auténtico «as» en la manga de Nicosia, aunque desde Europa se ha alertado ya al Gobierno de Chipre de los riesgos de aceptar dinero proveniente de Moscú ya que no mejoraría la sostenibilidad de la deuda. De hecho Moscú ya dio un crédito de 2.500 millones de euros a Nicosia hace un tiempo para contribuir a la financiación de la isla. Una de las posibilidades que se había barajado es que Chipre pidiera una moratoria en la devolución de este crédito o una ampliación del mismo.

Cabe recordar que Chipre es un país que ejerce una política fiscal agresiva, lo que ha hecho que recalen allí numerosas fortunas de todo el mundo, y sobre todo rusas buscando un trato fiscal «benévolo». La imposición de una tasa a los depósitos les podría haber supuesto a los impositores rusos de la isla pagar alrededor de 3.000 millones de euros, según estimaciones de los expertos.

Chipre, miembro de la UE desde 2004 y de la Eurozona desde 2008, debe encontrar necesariamente 7.000 millones para contribuir a los 10.000 millones que pondría la troika para rescatar al país. El plan inicial preveía que Chipre recaudara 5.800 millones con la tasa a todos los depósitos.

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