Déficit 2012, objetivo desenfocado
Las cuentas de la Seguridad Social y el rescate financiero dificultan cumplir el 6,3% de déficit en 2012
javier tahiri/ luis p. arechederra
«Lo prioritario es cumplir con el objetivo del déficit». El eterno mantra dictado a lo largo del año por el Gobierno después de cada subida de impuestos y medida de ajuste se acerca a su fecha definitiva. La cifra del 6,3% del PIB ... de desviación fiscal acordada con Bruselas para 2012 ha sido un dogma para el Ejecutivo. Tras dos ejercicios de incumplimiento de los compromisos de déficit público, el dato será una prueba de confianza para el Ejecutivo de Rajoy en Europa. Pero el tope parece relajarse en las declaraciones de miembros del Gobierno a medida que se agota el año. «La cuestión no es ese guarismo mágico del 6,3%, sino la importancia de la reducción del déficit estructural de forma rápida sin ahondar en la recesión económica», afirmó el pasado martes el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
Desde Bruselas admiten pulpo como animal de compañía y la línea roja, más que en el 6,3%, estará en torno al 7% , sin tener en cuenta el impacto del rescate bancario. Según los datos que el Gobierno remitió a Eurostat, las ayudas de Europa al sistema financiero español elevarán el déficit al 7,3%, por lo que la decisión de la Comisión Europea supone un balón de oxígeno para nuestro país. Así, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Olli Rehn, ya descartó, antes de que el Gobierno no revalorizara las pensiones, que no serían necesarias medidas de ajuste adicional en 2012.
Esta relajación del objetivo también responde al deterioro de las previsiones de crecimiento de la eurozona, lo que afecta a la economía española y, por tanto, eleva el gasto de las administraciones en partidas como las prestaciones por desempleo ante la mayor destrucción de puestos de trabajo.
Como fuere, ningún organismo internacional cree que se vaya a cumplir el 6,3% . La cuestión es no alejarse en exceso de este 7% marcado por Bruselas. Contabilizando las ayudas a la banca, la Comisión cifra la desviación fiscal de España para 2012 en el 8% y en el 6% en 2013, mientras que el FMI lo sitúa en el 7% en 2012 y en el 5,7% en 2013. Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), cree que el déficit público de este año, incluyendo las ayudas a la banca, acabará en el 8,4% del PIB. Sin este impacto, lo cifra en el 7,3%.
Según el organismo, el incremento de este dato se producirá, sobre todo, a causa de las cuentas de la Seguridad Social . Una partida que en 2012 arrastra un déficit que se mueve en el entorno de los 7.000 millones, según la previsión que envió el Gobierno a Bruselas el mes pasado. Esta desviación viene provocada por el embudo del desempleo: mientras los cotizantes a la Seguridad Social siguen cayendo, el gasto en pensiones continúa creciendo.
A este desvío hay que sumarle el del servicio público de empleo estatal , que presentará un déficit de 3.000 millones, tres décimas del PIB. Así, el conjunto de administraciones de la Seguridad Social tendrá este año unos números rojos de 10.500 millones, en torno al 1% del PIB. Un lastre más que acerca la previsión de Funcas.
Sin embargo, tampoco está garantizado que el Estado cumpla con este 7,3% remitido a Bruselas. Por un lado, los datos de desviación autonómica presentados esta semana invitan a la cautela. Hasta septiembre, las comunidades redujeron su déficit al 0,93% del PIB, frente al 2,2% cosechado durante el mismo período en 2011. No obstante, la cifra se va al 1,14% si se sustraen los anticipos concedidos por el Estado. A pesar del importante esfuerzo, todas las miradas se centran en las cuentas de las comunidades.
Desde Fedea estiman que el déficit autonómico será mayor del fijado por el Gobierno y se disparará al 2%, medio punto porcentual por encima de lo comprometido. Javier Morillas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad CEU-San Pablo, lamenta que los gobiernos autonómicos no introduzcan las reformas necesarias por miedo a «perder las próximas elecciones». Una conducta contra la que advirtió Montoro el jueves pasado, quien recordó que el Gobierno tomará medidas contra las comunidades que no pongan toda la carne en el asador.
Si bien aún queda por conocer el dato del último trimestre de 2012, la época no ayuda. «Hacia final de año se acumula buena parte de la carga de gastos de las administraciones y el déficit suele engordar de forma significativa. Los últimos años han sido prueba de ello. Y las actualizaciones posteriores han arrojado datos peores que los iniciales. Se espera que esto se repita», afirma Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor Business School. Morillas cree, en cambio, que este proceso no será tan acusado, al tomarse medidas «para evitar agotar partidas presupuestarias no utilizadas o prescindibles». En 2011, el déficit autonómico pasó de los 12.783 millones del tercer trimestre a 31.541 millones en los últimos tres meses del año.
Varios frentes abiertos
En este sentido, los datos de la Administración Central también bailan al borde de la navaja. A cierre de octubre, la cifra de desviación fiscal es del 4,13%, a escasas décimas del 4,5% fijado como tope para todo el año. En este dato, las subidas de impuestos aprobadas por el Gobierno han tenido efecto dispar. En los diez primeros meses del año, los ingresos por IRPF sumaron 60.237 millones, un 1,2% más que hace un año.
Por su parte, la subida del IVA no ha podido evitar una caída de la recaudación. Hasta octubre, el tributo ha proporcionado 43.865 millones, un 3,6% menos que en el mismo período del año pasado. Sin embargo, el alza compensó la caída que hasta junio registraron los ingresos por el gravámen los seis primeros meses del año, de un 10% respecto al primer semestre de 2011.
En este escenario, los últimos esfuerzos de ajuste del Gobierno suponen un «sprint» final hacia el objetivo. El último ha sido la no revalorización de las pensiones (3.890 millones), que supondrá un ahorro de 2.300 millones teniendo en cuenta que se han previsto subidas del 1% y el 2% para los jubilados en 2013 por importe de 1.513 millones. La eterna «prioridad» en el cumplimiento del objetivo de déficit ha sido el argumento de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, para no compensar a los pensionistas por la desviación de los precios en 2012 . Por otro lado, a pesar de que la amnistía fiscal solo recaudó 1.200 millones, desde Hacienda se prevé que esta cifra se amplíe con liquidaciones del impuesto de sociedades.
«El efecto de la amnistía fiscal será insignificante. Lo importante es la no revalorización de las pensiones. El déficit estructural -sin contar el rescate bancario- estará cerca del 7% tras esto», afirma José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea y profesor de la Universidad Complutense. Morillas también prevé que el dato se acerque al 7%.
«Los mercados no lo tomarán ni como una noticia positiva ni negativa, simplemente lo esperado, por lo que el interés de la deuda pública continuará siendo alto y la inversión entranjera seguirá bajo mínimos», considera Conde-Ruiz. Los expertos coinciden en que el esfuerzo ha sido titánico. Como la Comisión, que aplaude la tendencia. Pero espera la ansiada cifra del 7%. Un objetivo que, según los economistas, debería haber sido más dilatado en el tiempo y, por tanto, más alcanzable.
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