Volotea prepara su salto bursátil y apunta a quedarse con las rutas que Iberia necesita soltar para integrar a Air Europa

Volotea llevó el año pasado a 10,4 millones de pasajeros en las 410 rutas que opera en Europa y son ya 60 millones de viajeros los que han volado con la compañía española desde que pusiera los motores en marcha en 2012. La aerolínea creada por los fundadores de Vueling, Carlos Muñoz y Lázaro Ros, conecta 110 ciudades de 16 países y apunta ya a los 70 millones de pasajeros con la programación de 12,49 millones de asientos para todo 2024, un 11% más que el año pasado.

La estrategia de Volotea se centra en conectar pequeñas y medianas ciudades europeas. Actualmente dispone de 21 bases en el viejo continente, tras abrir el año pasado en Florencia y las aperturas de Brest (bretaña francesa) y Bari (Italia) que se esperan en 2024. Francia es su principal mercado con 7,4 millones de asientos ofertados en 2024 y le siguen Italia y España. Para este ejercicio, la compañía espera obtener una faturación de 800 millones de euros y un ebitda récord, un 3,6% por encima del de 2019.

Para afrontar este aumento operativo, la compañía espera elevar su plantilla hasta los 2.000 trabajadores durante la temporada alta, después de cerrar el 2023 con 1.800 empleados, un 10% más que en 2022. Parte del incremento corresponderá a los 180 nuevos puestos de trabajo generados en España dentro de su actividad de 'autohandling.

La aerolínea tiene una ambiciosa hoja de ruta y analiza ya 1.200 potenciales trayectos donde plantar sus aviones. En esta proyección podría tener un rol fundamental los derechos de vuelo ('slots') que la matriz de Iberia, IAG, tendrá que soltar para que la Comisión Europea le deje integrar a Air Europa. «Nos hemos postulado por activa y por pasiva» como 'remedies taker' , ha asegurado este martes el consejero delegado de Volotea, Carlos Muñoz, en un encuentro con medios de comunicación en la ciudad francesa de Lyon. Muñoz cree que Volotea podría operar «cualquiera» de las rutas que Bruselas dictamine problemáticas para la competencia y se muestra especialmente interesado en los vuelos domésticos, como los que conectan con Canarias y Balares, y en el puente aéreo Madrid-Barcelona.

«Si la Comisión Europea dictamina que esas rutas tiene que tener 'remedies' nosotros estamos dispuestos a cogerlas», ha subrayado el también fundador de Volotea. La compañía ya estuvo en las quinielas durante el análisis de Bruselas para hacerse con los 'slots' problemáticos del primer planteamiento de fusión Iberia-Air Europa -fue rechazado a finales de 2021- y ahora rivalizará con Ryanair o Binter por ellos.

La aerolínea también tiene pendiente la amortización de los préstamos públicos adquiridos para combatir el parón de actividad durante la pandemia. Muñoz ha asegurado este martes que Volotea ha amortizado 37 de los 150 millones correspondientes a los préstamos ICO -avalados por la entidad pública al 70%-, pero también tiene pendientes otros 210 millones de euros del apoyo del fondo de rescate para empresas estratégicas de la SEPI, que tendrá que liquidar en julio de 2029, según ha apuntado el directivo.

La compañía también calienta su salida a Bolsa para este año tras su intento fallido en 2015. Muñoz ha asegurado que ve factible que el toque de campana se produzca este año, «en el mejor de los escenarios durante el segundo semestre», aunque admite que podría retrasarse a 2025 o incluso 2026. «Todo depende de factores que no podemos controlar», ha explicado el consejero delegado.

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Con todo, el CEO de Volotea ha celebrado que los resultados financieros de 2023 son «sólidos» con unos «márgenes históricos para una compañía con poco más de 10 años de vida». «2023 supuso un punto de inflexión para la compañía gracias a una estrategia flexible y eficiente con la que hemos podido sacar partido a la reactivación de la demanda». La compañía, sin embargo, no ha detallado si el beneficio neto de 2023 fue positivo.