La Golden Globe Race una vuelta al mundo en solitario a lo «Suhaili»

De la misma manera que deportistas escaladores han buscado la gloria de coronar el Everest; navegantes solitarios llevan más de medio siglo tras la aventura por ser el dueño de los mares. Así en la actualidad no se organizan regatas de vuelta al mundo tanto en solitario como con tripulación, sin paradas o por etapas.

La actual Golden Globe Race retrotrae el espíritu original de hace más de cincuenta años al organizar una vuelta al mundo en solitario sin escalas ni ayuda externa con veleros a los que ahora les llamaríamos “románticos”: embarcaciones con formas redondas, quillas corridas, lentos, sin tanques de lastre y mínimas ayudas electrónicas siendo los más tecnológico el equipo de radio BLU (Banda Lateral Única) y el Weatherfax.

Nos encontramos en la celebración de la segunda edición, la primera se celebró en 2018 y fue ganada por el francés Jean-Luc Van den Heede con el Matmut en 122 días, con una partición de 16 navegantes solitarios y de los cuales 3 de ellos se han tenido que retirar.

A los 49 días de regata la flota se encuentra en el hemisferio sur liderada por el Simon Curven con el Clara (modelo Biscay 36 construido en 1976), puesto en el que se mantiene desde el principio de la competición; con una ventaja de tan solo 78 millas sobre el segundo Tapio Lehtien cuando navegan con los vientos favorables del anticiclón de Santa Elena.

El hemisferio sur no ha sido muy acogedor, y la flota se enfrenta a un mar confuso de más de 4 metros, y a vientos de 15 a 20 nudos, con rachas de 40 nudos. Las embarcaciones y los marineros han pagado un alto precio: los patrones han resultado heridos y varias embarcaciones han sufrido daños.

Damien Guillou (FRA) llamó al cuartel general del GGR para informar de que la mecha de su piloto de viento se había roto justo encima del timón. El timón estaba asegurado en un extremo y así no se perdió. Damien sigue navegando de ceñida sin piloto. Se llevó un sistema de timón completo en piezas, incluyendo una mecha y una pala de timón nuevas. Ahora tiene que desmontar la antena y la transmisión, retirar la mecha rota y sustituirla, antes de volver a montar la transmisión. Es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo en el mar, ya que tendrá que entrar en el agua para volver a montar el timón.

Confía en poder arreglarlo, pero las condiciones no son favorables en este momento. Este tipo de daño es muy inusual para un Hydrovane y el agente local sugirió que podría ser el primer fallo de este tipo en la historia de sus productos. Todos los participantes en el GGR, excepto dos, utilizan el mismo sistema. Este es el segundo problema de este tipo con el que se encuentra Damián. Había regresado a Les Sables d'Olonne para reparar y reforzar las armas de montaje de su gobernador, dejando seis días de retraso a la flota.

Damien está obviamente decepcionado y se pregunta si está forzando demasiado la mecánica en las duras condiciones. Pasarán varios días antes de que las condiciones de viento y mar mejoren para permitir una reparación. Sabe que se está acercando al anticiclón de Santa Elena y apuntará a la zona de calma para su reparación, con Tristán da Cunha como alternativa.

Simon Curwen (Reino Unido) y Tapio Lehtinen (FIN), más al sur y al este, fueron los primeros en beneficiarse de los buenos vientos y cambiar de rumbo, avanzando hacia Ciudad del Cabo, mientras que la posición del oeste de Abhilash Tomy (IND) y Kirsten Neuschäfer (RSA) les penaliza en la distancia a la siguiente marca, pero también en relación con Damien Guillou (FRA) que mantuvo un rumbo ajustado, lo más al este posible justo después de pasar Trindade.