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Vendee Globe

Los auriculares con cancelación de ruido a bordo de los IMOCA serán muy importantes

La vida a bordo de los OPEN 60 se puede volver ensordecedora con los nuevos foils. Peyron dice que es una pesadilla incluso con buenas condiciones de navegación. El “crujir” de los cascos podría afectar al rendimiento de las tripulaciones oceánicas

Dury Alonso

Los problemas de acústica en el interior de veleros rápidos siempre han sido un peaje asumido por las tripulaciones, pero esto puede generar graves consecuencias de estrés. Desde hace años se viene estudiando los efectos que producen los golpes del casco contra las olas, en particular desde el punto de vista estructural hasta el extremo de conocerse las deformaciones en diferentes partes de la estructura del casco el cual las sufre de forma transitorias muy complejas.

El IMOCA «Virbac III», botado en mayo de 2010, fue un proyecto donde se realizaron estos estudios utilizando un modelo a escala. Tanto las pruebas de laboratorio como las de mar en el golfo de Hauraki (Nueva Zelanda) coincidían en los datos utilizando un sistema hidráulico de impacto. Una secuencia de impactos acaba producción un sonido en el interior del casco, que en el caso de los que son de regata que están prácticamente vacíos en su interior, la tripulación vive dentro de una caja de resonancia que puede generar stress, problemas digestivos, inmunológicos, respiratorios o dolor crónico.

Hay arquitectos navales que están preocupado con este excesivo ruido en el interior de los barcos, muchos tienen claro que los nuevos diseños están condicionados a la capacidad de aguante de los marinos; más del 60% de la distribución de carga y tensiones se concentran en el punto de sujeción de la quilla y cerca de la base del mástil. El ruido siempre estuvo asociado a los multicascos, sobre todo en los grandes trimaranes, pero ahora también la contaminación acústica se ha instalado en los IMOCA.

Sam Manuard, diseñador del «L'Occitane en Provence» para Armel Tripon, siempre tiene en mente los efectos que producen el “slamming”, el golpeteo longitudinal del casco contra las olas, sin llegar a lo que se conoce como “pantocazos”. De hecho, en las últimas semanas han estado reevaluando la estructura del casco para tener en cuentas esas cargas. Tripon suele enseñar su kit minúsculo de auriculares con cancelación de ruido.

En ediciones anteriores de la Vendée Globe muchos patrones utilizaron auriculares a bordo. Durante la edición de 2008-2009 el estadounidense Rich Wilson (licenciado en matemáticas y ciencias, profesor de matemáticas en Boston), con 59 años, se quejaba del ruido en el interior del «Great American III»; pero en 2016-2017, a sus 67 años, necesariamente tuvo que utilizar unos cascos con cancelación de ruido a bordo del «Great American III» (antiguo «Tenemos II», un casco más moderno en aquella época). Paulatinamente los patrones se veían obligados al uso de cascos para poder tener una vida más llevadera en el interior de los OPEN 60.

L

oïck Peyron lo dice con conocimiento de causa: “Tuve la oportunidad de navegar durante 24 horas en el nuevo «CORUM L'Epargne» que participará en la 9ª Vendée Globe. Las condiciones de mar y viento eran absolutamente perfectas, pero incluso en esta situación ya era una pesadilla… estos barcos son mucho más anchos, por lo que están golpeando mucho ante cualquier tipo de olas; y los foils son super ruidosos al igual que los cojinetes que crujen contra el casco. Ahora la pieza más importante a bordo es el kit de auriculares con cancelación de ruido”.

Lo que se conoce como “barco pelado”, sin nada en su interior, puede que cambie a corto plazo por la contaminación acústica. Ahí la pelea será contra el peso que pueda suponer la instalación de unos panales que amortigüen los decibelios para no cargarse la fisiología de los navegantes solitarios. Incluso el color de la pintura en el interior también puede afectar al estado anímico, algunos patrones pintan de color blanco el espacio vital del que disponen; otros prefieren no pintarlo porque sería un peso extra, caso del «Newrest – Art & Fenêtres» de Fabrice Amedeo o el «Hugo Boss» de Alex Thomson.

Entre 75 y más de 100 días invertirán los navegantes solitarios en dar la vuelta al mundo Vendée Globe, seguro que a muchos se le quedará la “cabeza pelada” de grillos.

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