La familia regatera «Coconuts»

Ícaro, el hijo del arquitecto Dédalo, tuvo el atrevimiento de volar más cerca del Sol a pesar de que su padre le advirtió que ello podría despegar sus alas y caerse al mar. Pero Ícaro no hizo caso y ascendió todo lo que pudo, hasta que irremediablemente se precipito al mar tras quedarse sin plumas en sus alas.

El atrevimiento implica ser audaz, valiente, ser capaz de encarar con soltura y decisión las empresas más difíciles. Y eso es lo que a diario practica la joven familia “Coconuts”, formada por la pareja Jay Thompson, de California, y Natasha Gonzalez, de Costa Rica; junto a sus cuatro hijos, dos niñas adoptadas y otros dos niños naturales: Luna (2006) nacida en Costa Rica, Caribe (2012) de Martinica, Ártico (2015) nacido en Islandia y Sol (2005) nacida en Estados Unidos de Norteamérica.

Su aventura náutica la iniciaron en 2010 con la comprar de un antiguo velero de regatas, y ahora afrontan un nuevo reto con la construcción de un nuevo prototipo Mini 650 diseño de Guillaumer Verdier para competir en la próxima Mini Transat 2017.

A finales de enero Jay Thompson ya tenía el casco de su nuevo Mini 650. Y aún tiene por delante poner el barco en el agua, puesta a punto, hacer el mayor número de millas para poder participar en la Mini Transat, y conseguir la financiación necesaria.

Como ellos dicen, navegando para ser libres.