Sergio W. Smit - Poniendo la Proa
Responsabilidad y resiliencia
El empresario es responsable de estar preparado de cara a cuando se levante esta cuarentena y salir a comerse el mundo
Sergio W. Smit
Esta columna de opinión acostumbra a estar centrada en el sector náutico o marítimo pero en esta ocasión me voy a permitir su generalización ya que el paralelismo existente dentro del mundo del mar es notoriamente válido.
Llevamos casi un par de semanas de confinamiento ... legislativo, las noticias siguen siendo dramáticamente inciertas y si estás entre los elegidos, el golpe recibido, con suerte, no estará siendo muy duro.
Nuestro cautiverio comenzó liderado por la responsabilidad de romper la cadena de transmisión de nuestro enemigo invisible.
Una responsabilidad aceptada por la gran mayoría por una mezcla entre resignación y un aplastante acojonamiento de la realidad que estamos viviendo.
Pero esto llegará un momento que pasará y ahí dará el comienzo de nuestro siguiente desafío donde los actuales héroes cederán, merecidamente, el testigo para que otros se enfrenten al temporal con la misma responsabilidad que ellos tuvieron. Será el momento de los empresarios. Sean pequeños, medianos o grandes detentarán la responsabilidad de levantar este país de los rescoldos.
Y por ello, los empresarios tienen la responsabilidad de estar lo mejor preparados posible para que cuando se levante esta cuarentena salgan a comerse el mundo y devolverles a esos héroes que no nos han dejado caer, y a la sociedad en general, la esperanza de seguir adelante y de recuperar cuanto antes el estado del bienestar que hace dos semanas disfrutábamos.
Los emprendedores y empresarios se caracterizan por disponer un grado de resiliencia superior a la media que les empuja a seguir adelante cuando una situación traumática les golpea. Esa resiliencia es la que les impide agachar la cabeza y seguir luchando.
Estos días de confinamientos me han permitido darme cuenta que un enorme porcentaje de estos empresarios están dedicando gran parte de su energía diaria para estudiar la mejor forma de minimizar los daños colaterales en los que ellos, y todos, nos vamos a ver afectados.
Los empresarios tienen muy claro que, evidentemente, de esta no nos va a sacar el «tío Sam» y que más les vale prepararse para dar el Do de pecho desde el primer momento que el cielo comience a escampar. Tienen claro que Sam tan sólo va poder darles un poco de agua cuando sus gargantas estén ásperas de tanto tragar polvo.
Con esto no quiero decir que toda la responsabilidad para que salgamos del agujero recaiga sobre los empresarios. El primer golpe de riñón si les corresponderá, y los que mandan bien saben que van a responder, pero inmediatamente todos los que pertenecemos al tejido productivo tendremos que volver a ser igual o más responsables de lo que estamos siendo en estos momentos con este inmovilismo forzado.
Es hora de demostrarnos y demostrarles el valor de la responsabilidad y la resiliencia.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete