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Jaume Soler - Tripulante 18

El deporte, el último de la fila

Estamos cansados de que en lugar de políticos, parezcan candidatos a participar en un reality show

Todo cambio de gobierno comporta cambios estructurales de primerísimo nivel. La llegada de Pedro Sánchez y el PSOE a través de una moción de censura, ha cogido con el pie cambiado a medio país, que vio como de un día para otro cambiaba la visión política. Yo no entraré a valorar si será bueno o malo, lo que sí me ha llamado la atención es al poco, por no decir nulo interés que le han dedicado al deporte. De acuerdo que no se trata del elemento más importante de un estado, pero sí lo es para cuando interesa al político para decir lo buenos que somos, ya sea con la Selección Española de Fútbol, Rafa Nadal, Pau Gasol o el equipo español de vela cuando era el deporte olímpico de referencia; ahora por desgracia la vela ha pasado a la cola del pelotón, precisamente por una gestión federativa que va de capa caída desde hace más de una década.

Teniendo en cuenta que la gestión de los anteriores gobiernos en tema de deportes fueran las más ejemplares. Jaime Lissavetzky y Miguel Cardenal dejaron mucho que desear y a José Ramón Lete se le veía con ganas de intentar arreglar algo, pero se quedó en eso, en un intento, ya que a la hora de tomar decisiones importantes se quedaban solo en buenas palabras.

Con el cambio desde hace casi un mes, el ministerio de deportes está siendo un galimatías. Primero la llegada de Màxim Huerta, un personaje televisivo, que lo más redondo que había visto era un melón y que en su anterior vida había puesto el deporte a parir a través de las redes sociales. Luego vino a decir que no le gustaba practicarlo, pero que no te guste correr no es excusa para haber puesto a los deportistas de vuelta y media. Eso sí, se fue a Roland Garros a hacerse la foto. Pero este ya no está.

El siguiente de la lista para ser ministro de deportes ha sido José Guirao, que lo primero que pidió en su presentación como máximo responsable del deporte español, es que no sabía mucho de deportes y que no se le diera mucha caña. Pues sí que empezamos bien, si el que tiene que tomar decisiones sobre un tema no sabe nada de él, como se puede primero ofrecerle el cargo y segundo, moralmente como lo puede aceptar.

A ver tenemos clara una cosa. Ser ministro es demasiado importante como para ser lo suficientemente honrado moralmente para no aceptar el cargo si no se sabe sobre la materia que tendrás que dirigir. ¿Cómo se puede tratar a nivel nacional e internacional un tema si no se tiene la más remota idea? A mí que me lo expliquen.

Y luego tenemos el tema del secretario de estado. Para el del CSD se ha tardado casi un mes para ser nombrado. Está claro que si ha tenido dos ministros inútiles en la materia como iban a nombrar a uno. Aunque sea un deporte, no es un juego, al final han nombrado a la ex esquiadora María José Rienda. Esperemos que sepa lo que tiene entre manos y que realmente actúe, cambie la obsoleta Ley del Deporte y controle mejor a las federaciones, que hace muchos años que se pitorrean del CSD y de sus federados.

Estamos cansados de que en lugar de políticos, parezcan candidatos a participar en un reality show.

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