Valderrama inaugura un nuevo modelo de golf

En esta ocasión, el diseño de Robert Trent Jones va a tratar de ser un nuevo punto de inflexión en la historia de este verde deporte en España. Por primera vez un club de la Europa continental recibe un torneo del LIV Golf y la expectativa por ser partícipes del espectáculo que acarrea el circuito saudí es enorme en toda la Costa del Sol.

El nivel de profesionales es muy alto (acumulan 25 'majors' entre todos ellos, la cifra más alta nunca vista por estos lares) y el público está deseando ver a figuras del fuste de Phil Mickelson, Brooks Koepka o Dustin Johnson, entre otros.

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Phil Mickelson ya jugó aquí en la Ryder Cup de 1997 y en el AMEX de dos años después y reconoce sentirse «encantado de regresar porque me trae muchos recuerdos de los momentos pasados con Seve, uno de mis ídolos de joven»; Koepka, reciente ganador del PGA Championship, recuerda que en sus primeros años de profesional ganó dos torneos del Challenge Tour en España (La Gomera y Barcelona) «que me vinieron muy bien para adquirir experiencia internacional y conocer distintos tipos de campos y de torneos; guardo muy buenos recuerdos de España, por supuesto». Dustin Johnson, por su lado, nunca ha jugado aquí, pero lo que ha visto del campo le ha dejado impresionado. «Es un recorrido fantástico, que me corrobora todo lo que me contaron de él los compañeros que ya lo habían jugado previamente; estoy deseando que comience el torneo para comprobarlo».

Desde este viernes y hasta el domingo brillarán los 48 jugadores que componen los 12 equipos de este peculiar tour, que se caracteriza por romper los moldes establecidos en los torneos profesionales al uso. De entrada, salen todos los golfistas a la vez en lo que se conoce como un tiro, una modalidad habitual en las competiciones amateurs para ocupar todos los hoyos a la vez y que las llegadas también estén unificadas.

Luego, hay música a alto volumen por toda la finca, lo que acaba con el mito del silencio, y la información audiovisual es permanente con pantallas gigantes por todo el recorrido, justo lo contrario de lo que sucede en Augusta. Para compensar las pocas horas de juego (en apenas cinco horas se ventila la competición) el público dispone de una zona de entretenimiento en la que destacan todo tipo de juegos, tiendas y escenarios de música en los que relajarse y tomarse el golf como una actividad lúdica más.