Uno de los grandes problemas del ajedrez actual es que un aficionado con la ayuda de su teléfono móvil y una aplicación gratuita podría derrotar a los mejores grandes maestros. Las plataformas de juego expulsan cada día a cientos de fulleros ... que no siguen las reglas. Los suelen detectar porque su juego es demasiado perfecto y por otros sistemas que prefieren no airear demasiado.
El caso Carlsen-Niemann, en cuya partida no se aprecia nada extraordinario, ha desatado todo tipo de teorías, conspiranoicas o no, sobre la posibilidad de realizar trampas al más alto nivel.
Un dispositivo escondido en el oído, en los zapatos o incluso en el ano -esto ya es una broma que se ha hecho viral- podría servirle a un gran maestro para convertirse casi en invencible. Hay antecedentes de casi todas estas opciones, no de todas.
Artículo solo para suscriptores
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete