TOUR DE FRANCIA
La etapa que no ganó Armstrong
Fédrigo triunfa en la escapada que no coronaron ni el americano ni Barredo; a Contador le silbaron otra vez en el podio
JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
No ganó Armstrong. En el Tour de su despedida, la oficial, la buena esta vez sí, el norteamericano que dominó la carrera desde 1999 a 2005 no dio con la tecla para fortalecer su ego con una victoria a los 41 años. Lo impidió ... su decadencia física y la ley no escrita del Tour, aquella que sólo corona a los mejores en el mejor momento de su vida. La era Armstrong ya pasó. Camino de Pau fabricó una escapada potente junto a ocho corredores más, que no pudo, no supo culminar con éxito. Ganó otro francés, Pierrick Fédrigo, en la meta a la que aspiró hasta el último kilómetro el asturiano Carlos Barredo.
A Alberto Contador volvieron a silbarle cuando subió al podio en Pau a recoger su segundo maillot amarillo. El incidente con Andy Schleck en el Port de Balés le va a pasar factura, por lo que se ve. El español habló con el luxemburgués en el transcurso de la etapa, mientras subían el Tourmalet, y su explicación fue esta: “Tenemos una muy buena relación y nos hemos dicho que así tiene que seguir, a pesar de lo que pasó. Él se ha mostrado de acuerdo”.
Pese a ello, en la meta se alternaron los pitos y los aplausos para el español, mientras que el derrotado, Schleck, se ha convertido en el favorito de los franceses. Recibió una ovación. Suele pasar . El público siempre se pone de parte del débil, pese a que Contador tuvo el gesto de gallardía y amor propio al pedir disculpas por su ataque en el salto de cadena .
La etapa con visita al Peysesourde, el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque –los colosos que han alimentado el mito del Tour- no cuestionó su autoridad. Fue el turno de los segundos espadas. Enorme tensión en los primeros puertos con Armstrong hiperactivo, buscando compañeros de viaje. Los encontró en el Tourmalet, que se ascendió por la vertiente legendaria, desde St Marie de Campan y la Mongie. Allí se formó una reunión de ocho que anuló la emoción de la etapa. Schleck no atentó contra Contador y todo se jugó en el descenso del Aubisque, donde el asturiano Carlos Barredo voló en pos de la victoria.
Ocho tripulantes jugaron por detrás con él y le cazaron sobre la “flame rouge”, la pancarta del último kilómetro. Armstrong lo intentó frente a siete ciclistas, pero lo suyo nunca fue el sprint. Ganó Fedrigo, perdió Armstrong. Así es el Tour. Inclemente.
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