Mutua Madrid Open
La tecnología del tenis también hace ruido: «Esto no es el VAR, esto es cien por cien preciso»
Tras algunas críticas de jugadores, ABC habla con Foxtenn, el sistema de revisión electrónica del Mutua Madrid Open, que señala su «cero por ciento de error» frente a las interpretaciones sobre la marca de la pelota
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Una imagen de la revisión electrónica, durante un partido del Mutua Madrid Open
Alejandro Davidovich solicita ver el bote de una pelota en un saque de Holger Rune. El malagueño la ha visto fuera. El sistema de revisión electrónica señala 'in' (dentro). Davidovich no se lo cree: «Llama al revisor. No voy a jugar con el Foxtenn, que ... me han mangado ahí [una anterior] y ahí. Esa bola se ha ido y esta la estás viendo desde ahí y me la estás cantando buena», exclama el jugador al juez de silla. Este, Carlos Bernardes, le explica que es lo que ha cantado la máquina. «Que me da igual la máquina -sigue el jugador-, llama al supervisor, no voy a jugar». Jaume Munar pide ver el bote de un saque de Daniel Altmaier en la pista Arantxa Sánchez. El mallorquín la ha visto fuera. El sistema señala 'in'. Munar no se lo cree. «Es muy muy clara que ha sido fuera. Esto es una vergüenza», le replica al juez de silla, que le indica que el sistema prevalece.
El sistema es el Foxtenn. Cuarenta cámaras de alta velocidad y sensores por toda la pista que recogen datos de más 1.500 botes por partido, medio millón en un torneo. «Es el único sistema que funciona con el bote real de la pelota. Las cámaras recogen 2.500 imágenes por segundo por lo que no es una proyección de la trayectoria, como otros sistemas. Esto no es el VAR. Esto es cero por ciento de error, cien por cien de precisión», señala a ABC Axel Martínez, vicepresidente de Foxtenn.
Apuntan que las citadas discusiones son excepciones a más de trescientas peticiones que ATP y WTA han certificado en este torneo. De hecho, un miembro de estas asociaciones es el encargado de validar que el bote que se muestra en pantalla es el que ha pedido el jugador. Por eso, recalcan: «El sistema no falla, y pocos jugadores lo ponen en tela de juicio». Y así explican los malos entendidos: «El sistema cantó claramente un 'in' (dentro) y el jugador interpretó que la marca era un sitio diferente. En tierra batida, llevamos más de cien años evaluando el dentro o fuera dependiendo de la marca que deja en el suelo. Y eso es lo que induce a errores de interpretación. La marca del suelo no siempre está diciendo la verdad. Hay diferencias demostradas y verificadas de hasta dos centímetros entre la realidad y la huella. Puede haber acumulación de tierra en esa zona, que la línea esté más alta o más baja y deje lugares en los que es imposible que se marque, que la bola vaya con efecto y por eso haya más marca en un sitio que en otro… Casuísticas que hacen que no sea legítimo que nos fiemos de esa huella del bote», prosigue Martínez.
Feliciano López, director del Mutua Madrid Open, aporta también su visión a este periódico: «La bola se queda marcada y eso a veces genera mucha confusión. El bote que deja no es exactamente como el bote que dice el sistema. Porque en tierra no es fácil, como tampoco era fácil cuando no había tecnología ponerse de acuerdo en según qué marcas. Un jugador puede pensar que toca y el otro no y eso dificulta. Es muy difícil que coincida a la perfección; el Foxtenn detecta el bote, pero vemos que queda reflejado de diferente forma según si la pista está seca, mojada, si salta tierra cuando bota que puede ocultar esta marca...».
Desde Foxtenn defienden que estos ojos que todo lo ven hacen más justo el juego. «Habrá quien le gusta el sistema tradicional del bote en el suelo por la polémica que puede suscitar, o por si se equivocan, pero nosotros hacemos más justo el deporte, sin interpretaciones ajenas que interfieran en el juego», dice Martínez.
El Mutua Madrid Open instaló en 2021 este sistema que superó pruebas, condiciones, comprobaciones y requisitos de la Federación Internacional de Tenis, las asociaciones de tenistas profesionales (WTA y ATP) y los Grand Slams en un proceso que se alargó más de dos años. De hecho, es el único certificado para ser usado en tierra batida. «Apostamos por dar una imagen de planos bajos para que permita ver el impacto y la deformación de la pelota, sin embellecer nada porque esto es cien por cien real, sin artilugios».
La tecnología ya es parte del tenis desde hace tiempo. El US Open prescindió de los jueces de línea en 2021; lo siguió el Abierto de Australia en 2022. A partir de 2025, todos los torneos masculinos sustituirán el ojo humano por el 'electronic line calling'. Foxtenn ya tiene preparada toda la tecnología para ese reto. «El sistema es capaz de detectar, analizar y emitir el juicio en 200 milisegundos», subraya Martínez.
Hay una opinión dividida entre los jugadores, como señala Daniil Medvedev: «Con una máquina no puedes discutir. Para el deporte, será lo más justo; para la vida..., no tanto». Aunque no ven que la figura del juez de silla también vaya a desaparecer: «Yo creo que no. Los árbitros intervienen en muchas funciones: conceder el tiempo, calmar a los jugadores y al público, establecer las normas y que se cumplan... Tienen un trabajo más complejo que el de cantar el resultado. El arbitraje electrónico es una ayuda, para eliminar aleatoriedad, pero para hacer que el juego crezca. Porque si los deportistas tienen confianza en los sistemas, mejoran su rendimiento al estar cien por cien centrados en el juego», concede Martínez.