Sinner lidera el auge italiano y se clasifica para octavos sin desgaste

Después de crear dudas al abandonar el Mutua Madrid Open antes de su partido de cuartos y no comparecer en el Masters 1.000 de Roma, Sinner convence en sus actuaciones en París. Apenas ha sufrido en sus tres choques, con un estreno plácido ante Christopher Eubanks y algo más de presión en su segunda ronda contra Richard Gasquet por esa grada que ha elevado los decibelios, y los malos comportamientos, cuando se trata de animar a los suyos.

Pero el número 2 del mundo ha seguido su camino sin perturbaciones, consciente de que empieza a empinarse el camino hacia el objetivo: un título en la Philippe Chatrier que, además, llevaría de premio asociado sentarse en el trono de la ATP. De hecho, podría encaramarse al número del mundo antes, pero depende de que Novak Djokovic no alcance las semifinales, y después de su actuación del jueves contra Roberto Carballés, parece difícil que no llegue.

Lidera el italiano esta hornada de jóvenes tenistas que se complementan de maravilla con los veteranos. Mientras España inscribió a catorce jugadores en el cuadro final, casi la peor cifra de los últimos tiempos (en 2023 fue la más baja, con trece), y solo han podido alcanzar la tercera ronda Carlos Alcaraz y Paula Badosa, Italia luce músculo con el citado Sinner; Matteo Arnaldi, que venció a Andrey Rublev (7-6 (6), 6-2 y 6-4) y también está ya en octavos; Musetti, que se enfrenta el sábado a Djokovic; y Elisabetta Cocciaretto y Jasmine Paolini peleando por entrar en esa cuarta ronda.

Desde hace unos años Italia ha apostado el todo por el todo por el tenis. Proliferaron los torneos de categorías inferiores, se trabajó para encontrar y tallar promesas, se atrajo a las grandes estrellas con los torneos de la Copa de Maestros júnior a Milán y la absoluta a Turín, la televisión ofrece horas y horas de este deporte... Y así, Berrettini, Cobolli, Paolini, Cocciaretto, Sonego, Musetti, Sinner... que beben todavía de los experimentados e incombustibles Fabio Fognini y Marta Trevisan.

Y vive ahora el país los aires de triunfo que hasta hace poco todavía soplaban en España, envuelta en los dos últimos años en un ciclo que se acaba después del éxito de las últimas décadas. Por lesiones o retiradas, las raquetas nacionales han pedido presencia y brillo en Roland Garros, mientras las italianas lo empiezan a experimentar.